MARIANNEÉl se quedó en silencio, miró a mi padre y a mi alternativamente, como evaluando la cruda y real situación.—¿Qué demonios esta pasando?— preguntó mi padre, mas alterado aún, él nunca me hablaba así pero estaba claro que necesitaba una explicación.Yo jamás había estado en una situación de encrucijada semejante, el temor a mi padre, el odio hacia Jessenia y hacia Michael, la decepción hacia Edgard, preocupación hacia Emmanuell, Jason y Amanda, todas esas emociones las tenia encogidas en un puño en mi garganta, que parecía a punto de explotar.— ¡Habla!— me gritó Michael, presionando.Amanda estaba tras de mi y le dijo intentando abalanzarse sobre él.—¡No la grites, bastardo insolente, yo te voy a contar que fue lo que pasó!——No, Amanda… — dije con la voz entrecortada, todos me estaban mirando. Me volví hacia Jessenia que inexplicable y cruelmente tenia una mueca burlona en la cara — Ganaste… — le dije— como siempre… disfruta de tu logro… Nadie se movía ni hablaba mas, todo
EDGARDSonreí contra mi cara cuando recogí mis cosas lo más rápidamente posible, tenia que olvidarme de todo esto cuanto antes. En el momento en que estaba devolviendo al ganchillo la chaqueta que Jason me había prestado, entró él precisamente a la habitación. Me miró por largos segundos pero no dijo nada.—Siento que todo haya terminado así — dije. Seguramente pensaba que era un avaro que había recibido dinero por Jessenia, cambiando a la prima de su novia por esa ¿Que había hecho a Marianne? él no sabia que ella estaba enamorada de mi ni yo de ella.—Creo que no es a mi a quien tienes que pedir disculpas…. No soy yo quien lo siente mas— me contestó él.—Yo no hice nada con esa zorra… —De repente tenia la urgencia de explicárselo. Al menos sentir que alguien creía en mi inocencia. Percibí una nota de comprensión que no esperaba ver…—Aún en los momentos mas difíciles… hay algo buenoSe volvió y comenzó a empacar las cosas de Marianne. Cuando él tuvo en sus manos el camisón de ella, s
EDGARDReaccione un poco y decidí apartar el tema para cuando Alex no estuviera aquí, cuando pudiera echarme a llorar como un niño sin sentir la mirada acusadora de nadie, sin sentir que era juzgado por haber aprovechado la inocencia que una mujer había tenido el valor de darme. Tomé la ultima de las facturas, la mas larga de todas en la que había plasmada una suma de dinero millonaria, le pregunté y él hablo de la poderosa cantidad por los últimos servicios prestados…—¿Quien presto el servicio?— pregunté sin entender.—Usted… — dijo él sencillamente — la cuenta depositante es la de Marianne… —Cooper…..— terminé yo, él se calló cuando el apellido resonó en mis labios, reconociendo de quien era, yo me quedé de piedra ya que solo lo había mencionado una vez a Alex, fue como miel en mis labios, como caricia a mis sentidos. Hacia un mes… ella había girado el dinero a mi cuenta.Me sentí mal, muy mal, y más mal aun recordando los términos en los que nos habíamos separado. Mi Marianne… no
MARIANNEAmanda me recibió en su casa mientras la cruenta y amarga decepción pasaba dejando su huella, accedí por que era mejor estar acompañada en momentos de crisis para no caer en la locura de la traición y el desamor, esa locura que en ocasiones nos llevaba a hacer locuras.Al final me convenció de que me fuera a vivir con ella, dejé mi casa de alquiler y trasladé mis cosas a la casa de ella, en donde practicante me alquiló un cuarto. Lo adorné con pocas cosas. En ocasiones Amanda se esforzaba en cantidades por hacer algo que me complaciera y bajo ninguna circunstancia dejaba que me quedara sola en la casa. Salía con ella y con Jason pero esto era peor, no me consideraba en absoluto una compañía agradable ni mucho menos me daba ánimos ser la violinista de la perfecta y amante relación que ellos mantenían.A los cuatro días de regresar mi candorosa madre llegó al límite de su intento por hacerme la vida aun más miserable. La invitación a la boda de Michael y Jessenia, con dos días
MARIANNEEmpecé a poner reversa y saqué el auto en su totalidad, cuando miré hacia atrás vi que había un auto negro parqueado en una esquina, si no me equivocaba era el mismo que había visto desde hace mas de tres semanas cuando salía hacia la empresa. Si definitivamente era el mismo, seguramente se trataba de algún conductor en espera de algún jefe que vivía por la zona.Apreté el acelerador a fondo y me mezclé con el poco tráfico de la hora.Estaba en medio de un leve embotellamiento cuando sentí unas horribles y desgarradoras ganas de vomitar….hice la arcada y todo pero sabia que mi estomago no tenia nada que devolver, sin embargo las nauseas estaban presentes… un sabor amargo me llenó la boca y me obligué a respirar despacio cuando el velo pasó nuevamente por mis ojos… definitivamente este desorden alimenticio iba a tener que parar. Ya había asociado mi apetito a mi tristeza durante mucho tiempo… comería por necesidad, tampoco la intención era morir de inanición a pesar de desearl
MARIANNELas imágenes de el fuego del infierno quemándome por no dar la oportunidad de vida a un ser que ni siquiera había tenido la ocasión de ver la luz me hicieron cerrar la garganta en un hondo sollozo. Yo nunca haría algo semejante… pero no sabia que debía hacer ahora… nunca pensé que algo así podía sucederla madre naturaleza había sido demasiado acertada conmigo…—Marianne… creo que debes pensar muy bien… — se puso de pie — Estaré afuera si me necesitasAsentí porque no me sentía capaz de mayor cosa, la noticia me había dejado conscientemente noqueada.Agradecí la soledad pero no porque Amanda no pudiera aportarme valiosos concejos, no era por eso… tenia la cabeza llena de miles de preguntas y ninguna de ellas tenía una solución medianamente brillante. Por mucho tiempo miré hacia la ventana intentando asociar el curso de mi vida hasta ahora con un pequeño… yo nunca pensé que tendría hijos si no estaba casada. Había visto los casos con un poco de pesar por esas mujeres que se ent
EDGARDEl modus operandi de la empresa de vigilancia que había contratado consistía en recopilar la información durante un mes y entregar el informe al final, dependía del cliente si quería continuar investigando. A pesar de que me interesaba todo lo que tuviera que ver con Marianne más me interesaba el particular aspecto de saber si estaba embarazada o no.De todas maneras, así no lo estuviera, estaba dispuesto a recuperarla por que ya no podía ver mi vida sin ella, me había hechizado de manera sublime, aquella encantadora bruja me había robado el corazón, el cerebro y el cuerpo y estaba dispuesto a todo con tal de tenerla en mi cama y en mi vida.Por momentos me entraba el inalienable impulso de levantar esa maldita bocina y llamar al investigador para que me trajera la información que hubiese logrado recuperar, no importaba si se trataba de tres líneas, pero necesitaba saber algo, cualquier cosa. Pero lo dejé a un lado, si quería hacer mi regreso a la vida de Marianne, debía hacerl
EDGARDAlex se alejó y tras el paso la sombra que luego se transformó en un hombre alto y vestido de negro y con gafas negras. Él debía ser Deverell.Entró en silencio, casi no se sintieron sus pasos y eso no tenia nada que ver con el costoso alfombrado del piso. Tuve el loco impulso de correr y arrancarle el fólder que tenia en su mano para ver si era lo que yo pensaba que era. Educación, hombre, educación.Extendió la mano hacia mí y se la estreché.—Liam Deverell, investigador privado — introdujo.—Siéntese por favor—GraciasPuso la carpeta sobre la mesa y yo la miré intensamente, haciendo uso de mi educación, que me impedía comportarme como animal—Tal como se prometió, los últimos cuatro meses de la vida de Marianne Cooper — informo seriamente, como su trabajo se lo debía exigía.El sonido de su nombre erizó cada poro de mi piel, la tensión que me envolvió se transformó luego en un juego de sensaciones monumentales. No sabia que mis sentimientos por ella eran tan intensos como p