MARIANNESus piernas rozaron las mías mientras yo gemía ante sus besos, otra vez sus manos apretaron con fuerza las mías y después me soltaron con lentitud para tocarme la cintura y las caderas, en lento descenso acariciando todo a su paso, él murmuro mi nombre mientras me besaba y mordía—Marianne… quiero tenerte… — con cada pausa a esa frase besaba uno de mis hombros — aquí… ahora… —Me desea… en verdad me desea — yo no daba crédito ante lo que pasaba, pero algo en él se resistía y tan precisa fue mi suposición que él me tomo la cara y me obligó a mirarle a los ojos. Seguramente mi mirada estaba teñida del más crudo deseo pero él me dijo empujando otra vez su cuerpo contra el mió, yo sentí el excitante contraste entre su cálida piel y la fría pared de baldosín:— Mírame, Marianne… Y yo lo miré estableciendo ese básico y a la vez conocido contacto visual entre nosotros, estaba perdida en la intensidad de sus ojos esmeraldinos.—Sé que te dolió — susurró con la voz enronquecida por e
MARIANNE —Necesitamos hablar, pero mas tarde cuando todo esto haya pasado… — él me miro fijamente aun sin ropa sobre la cama, intenté no mirar mas debajo de su cuello — También hay algo que quiero decirte. Pero debemos esperar… — sonreí levemente ante esto, le iba a decir que de verdad lo quería y que quería que se quedara conmigo, eso le propondría pero ahora debía ir con mi madre — Lo siento… te veré mas tarde Él se quedó mirándome por largo tiempo y después me di la vuelta dispuesta a salir de la habitación. Lo hice rápidamente para que mi madre no intentara entrar y viera el estado de desnudez de Edgard.Mientras bajaba las escaleras ella me fue dando las indicaciones y cuando llegamos a la cocina, sin ofrecerme siquiera la oportunidad de tomar al menos un zumo, me puso una caja llena de adornos con flores blancas.—Acomoda cada una en cada silla de la iglesia, dando hacia la entrada. Para crear un camino, el camino de la novia… Hablaba con tal orgullo que me pregunté si el día
EDGARDSacudí la cabeza y con un poco de decepción pensé en hallar la oportunidad perfecta de decirle a Marianne que la quería. Investigue en mi maleta buscando algo adecuado para asistir a la boda, antes de ponérmela me asomé a la ventana de la habitación y vi a Marianne empacando cosas en el auto, ella me miró y luego me mando un beso con la mano, yo me reí ante eso. Subió al auto y arranco rápidamente.Me puse el pantalón y la chaqueta cuando escuché que alguien golpeaba la puerta con suavidad, cuando abrí me sorprendió ver a Jessenia en el umbral, tenia una revista o algo parecido en la mano y se mecía como una cruda y barata imitación de niña buena que ha hecho algo malo.—¿Puedo hablar contigo?— me dijo con voz empalagosa, tenia una mirada de burla y el instinto me decía que tenia que tener cuidado con ella.Me hice a un lado sin responderle y ella entró meneando rítmicamente las caderas, cruzado de brazos yo miraba su andar orgulloso siendo asediado por la profunda necesidad de
MARIANNEÉl se quedó en silencio, miró a mi padre y a mi alternativamente, como evaluando la cruda y real situación.—¿Qué demonios esta pasando?— preguntó mi padre, mas alterado aún, él nunca me hablaba así pero estaba claro que necesitaba una explicación.Yo jamás había estado en una situación de encrucijada semejante, el temor a mi padre, el odio hacia Jessenia y hacia Michael, la decepción hacia Edgard, preocupación hacia Emmanuell, Jason y Amanda, todas esas emociones las tenia encogidas en un puño en mi garganta, que parecía a punto de explotar.— ¡Habla!— me gritó Michael, presionando.Amanda estaba tras de mi y le dijo intentando abalanzarse sobre él.—¡No la grites, bastardo insolente, yo te voy a contar que fue lo que pasó!——No, Amanda… — dije con la voz entrecortada, todos me estaban mirando. Me volví hacia Jessenia que inexplicable y cruelmente tenia una mueca burlona en la cara — Ganaste… — le dije— como siempre… disfruta de tu logro… Nadie se movía ni hablaba mas, todo
MARIANNEÉl se quedó en silencio, miró a mi padre y a mi alternativamente, como evaluando la cruda y real situación.—¿Qué demonios esta pasando?— preguntó mi padre, mas alterado aún, él nunca me hablaba así pero estaba claro que necesitaba una explicación.Yo jamás había estado en una situación de encrucijada semejante, el temor a mi padre, el odio hacia Jessenia y hacia Michael, la decepción hacia Edgard, preocupación hacia Emmanuell, Jason y Amanda, todas esas emociones las tenia encogidas en un puño en mi garganta, que parecía a punto de explotar.— ¡Habla!— me gritó Michael, presionando.Amanda estaba tras de mi y le dijo intentando abalanzarse sobre él.—¡No la grites, bastardo insolente, yo te voy a contar que fue lo que pasó!——No, Amanda… — dije con la voz entrecortada, todos me estaban mirando. Me volví hacia Jessenia que inexplicable y cruelmente tenia una mueca burlona en la cara — Ganaste… — le dije— como siempre… disfruta de tu logro… Nadie se movía ni hablaba mas, todo
EDGARDSonreí contra mi cara cuando recogí mis cosas lo más rápidamente posible, tenia que olvidarme de todo esto cuanto antes. En el momento en que estaba devolviendo al ganchillo la chaqueta que Jason me había prestado, entró él precisamente a la habitación. Me miró por largos segundos pero no dijo nada.—Siento que todo haya terminado así — dije. Seguramente pensaba que era un avaro que había recibido dinero por Jessenia, cambiando a la prima de su novia por esa ¿Que había hecho a Marianne? él no sabia que ella estaba enamorada de mi ni yo de ella.—Creo que no es a mi a quien tienes que pedir disculpas…. No soy yo quien lo siente mas— me contestó él.—Yo no hice nada con esa zorra… —De repente tenia la urgencia de explicárselo. Al menos sentir que alguien creía en mi inocencia. Percibí una nota de comprensión que no esperaba ver…—Aún en los momentos mas difíciles… hay algo buenoSe volvió y comenzó a empacar las cosas de Marianne. Cuando él tuvo en sus manos el camisón de ella, s
EDGARDReaccione un poco y decidí apartar el tema para cuando Alex no estuviera aquí, cuando pudiera echarme a llorar como un niño sin sentir la mirada acusadora de nadie, sin sentir que era juzgado por haber aprovechado la inocencia que una mujer había tenido el valor de darme. Tomé la ultima de las facturas, la mas larga de todas en la que había plasmada una suma de dinero millonaria, le pregunté y él hablo de la poderosa cantidad por los últimos servicios prestados…—¿Quien presto el servicio?— pregunté sin entender.—Usted… — dijo él sencillamente — la cuenta depositante es la de Marianne… —Cooper…..— terminé yo, él se calló cuando el apellido resonó en mis labios, reconociendo de quien era, yo me quedé de piedra ya que solo lo había mencionado una vez a Alex, fue como miel en mis labios, como caricia a mis sentidos. Hacia un mes… ella había girado el dinero a mi cuenta.Me sentí mal, muy mal, y más mal aun recordando los términos en los que nos habíamos separado. Mi Marianne… no
MARIANNEAmanda me recibió en su casa mientras la cruenta y amarga decepción pasaba dejando su huella, accedí por que era mejor estar acompañada en momentos de crisis para no caer en la locura de la traición y el desamor, esa locura que en ocasiones nos llevaba a hacer locuras.Al final me convenció de que me fuera a vivir con ella, dejé mi casa de alquiler y trasladé mis cosas a la casa de ella, en donde practicante me alquiló un cuarto. Lo adorné con pocas cosas. En ocasiones Amanda se esforzaba en cantidades por hacer algo que me complaciera y bajo ninguna circunstancia dejaba que me quedara sola en la casa. Salía con ella y con Jason pero esto era peor, no me consideraba en absoluto una compañía agradable ni mucho menos me daba ánimos ser la violinista de la perfecta y amante relación que ellos mantenían.A los cuatro días de regresar mi candorosa madre llegó al límite de su intento por hacerme la vida aun más miserable. La invitación a la boda de Michael y Jessenia, con dos días