Continuamos reunidos en familia. Me sentí muy mal por la broma que le hice a mi suegra y mejor le pedí perdón, pero eso sí, le hice saber que mi corazón no es malvado como el de ella, que destruye a las personas y luego actúa como si nada haya pasado.

Todos me felicitaron por mi valentía, y mi suegro le comentó a Bastian que mejor mujer no iba a encontrar. También le pidió que me cuidara y que, si un día me hacía daño, él mismo lo castigaría.

Todos sonreímos, le di un beso para demostrarles que por ahora todo estaba bien.

Más tarde Bastian y yo nos apartamos de todos y nos fuimos al jardín. Desde el quiosco estábamos viendo caer la nieve, en mi caso, disfrutando de algo que quizá nunca en mi vida iba a volver a pasar. Segundos después apareció Thara y le dijo que su madre lo está clamando. Él se marchó luego de pedir mi aprobación, quizá sabiendo que es una excusa para ella quedarse conmigo.

—Por fin puedo estar a solas contigo. —dice, Thara. Acercándose al lugar donde anteriormente e