II

Medford, Oregon

Donahue Frohnmayer Park

Kendall Hills

Los viernes para todas las personas son los días de descanso, ya que, siendo el final de la semana, es uno de los días, en donde las personas quieren salir a fiestas, descansar de una larga jornada semanal laboral, entre otras cosas.

Recuerdo cuando James y Logan iban por mi para ir a algún lugar a donde pudiéramos ir a bailar y conseguir algunas chicas, pero no me gustaba ir, con ellos, y siempre me salvabas de alguna fiesta, y me quedaba en tu casa viendo alguna película de los años 60ta en blanco y negro.

Aun sigo sin entender porque te gustaban esas películas, ya que, para mí, no eran nada entretenidas.

Pero cualquier cosa era entretenida si tu estabas ahí.

Logan me ha invitado a ir por algún café o helado, pero le he dicho que aún no salía del trabajo, ya que primero debía hacer algo.

Estaba en el parque donde solíamos pasar las tardes de los viernes, no he dejado de venir ya que este parque me trae tantos recuerdos, no puedo dejar de venir y olvidar todo lo que pasamos aquí.

Estaba en la pequeña entrada del parque y me quería sentar en nuestro lugar, pero estaba una chica, así que me fui a la banca color azul.

Me senté y observé el árbol, y después mis manos, y no podía evitar querer volver a llorar mientras recordaba nuestras tardes juntos... Tu, yo, nuestro árbol, yo acariciando tu cabello, mientras tu cabeza descansaba en mi regazo, platicando sobre lo que haremos en el futuro, sobre nuestros sueños, o alguna tontería que se nos cruzara en la mente.

Sin duda, quiero volver a esos tiempos, donde tu y yo estábamos juntos.

Me limpio algunas lágrimas que se escaparon de mis ojos, y veo a las personas que desde hace años están en este pequeño parque de la ciudad.

Lo mismo de siempre, desde que veníamos, desde que tu estabas aquí... El señor y la señora Jonhson, recuerdo que decías que nosotros llegaríamos a su edad, así de enamorados. el Sr. De los Hot Dogs, aquellos los cuales morías por uno, debido a su increíble sabor, los quintillizos Mitchell, aquellos niños tan traviesos de los cuales te enamoraste, recuerdo cuando su helado termino en tu blusa, la Sra. Mónica, aquella viejita soltera, que ama contar sus aventuras, recuerdo cuando sus historias nos ponían la piel chinita, y Regina y sus 6 perros, que saca cada viernes de paseo, aun no entiendo porque ama los perros.

Todo ellos asistieron a tu funeral, todos dando el pésame, a tus padres y a mí. Regina tomo una mal decisión al llevar a sus perros.

Cada uno de ellos sigue tratando de levantarme el ánimo, aunque no lo creo… nadie puede hacer volver a levantarme el ánimo, ya que, una parte de mi murió contigo. 

Recuerdas que siempre estábamos con ellos, era nuestro pasatiempo favorito de los viernes, amabas traer tu pastel casero, para compartirlo con todos, viendo el atardecer.

Amabas ver crecer nuestro grupo de amigos. Siempre decías que era bueno hacer amigos, pero, con tu carisma, te era difícil no hacer amigos, tú eras increíble.

Mire a Regina, y la salude desde lejos, y ella también lo hizo.

¿te acuerdas de la chica, que estaba en nuestro árbol?

No te he dicho, pero ella es una nueva chica, por lo que se, se mudó de Los Ángeles, y vive cerca del parque y hace ya varias semanas se ha integrado a las tardes del viernes.

Aunque no le he hablado ni socializado nada con ella, no la conozco porque...

He cambiado mucho después de tu partida...   no soy el mismo de antes.

Según la Sra. Mónica, su nombre es Andrea y viene a leer libros debajo del árbol de manzana, donde nos declaramos nuestro amor.

Pero, no importa, ya que se ve que de igual manera ella no es muy sociable, aunque la he visto hablar con los señores Jonhson.

Y los señores Jonhson han platicado acerca de ella conmigo, nada especial, ninguna chica es tan interesante para mí, no cuando tu existes, ya que, nadie es lo suficientemente buena, al menos para mí.

Estaba pensando acerca de todo lo que pasamos en ese parque cuando unas voces se acercan dónde estoy, levanto la mirada y son los señores Jonhson a saludarme como todos los viernes.

-Hola Kendall - dicen el señor Jonhson

-Kendall – habla su mujer

- Hola Señores Jonhson - digo con una sonrisa

- Ya ha pasado un año - dice la señora Jonhson, lo cual me hace sentir un gran nudo en la garganta - la extraño mucho

- Karla - la regaña el señor Jonhson

- No se preocupe - le digo al señor Jonhson, aunque por dentro me sentía a morir, no me gustaba que tocaran el tema referente a ti

- Hijo, - continuó la señora Jonhson - ya ha pasado un año, aun te veo con esa cara triste, no te pido que la olvides... Pero sí que trates de buscar a alguien, la edad es algo que pasa muy rápido...  no me gustaría verte solo, mientras piensas en ella.

- Hijo, se que la tendrás presente, ya que fue una de las personas más importantes de tu vida, mas sin en cambio, debes volver a hacer tu vida – dijo ahora el señor Jonhson.

Quería decirles, que nadie ocuparía tu lugar, nadie, pero quería evitar ponerme a llorar.

-Gracias – dije

Abrace a los señores Jonhson ya para evitar así, otra platica de superación.

Tenía suficiente con Logan y James todo el tiempo, diciendo absolutamente lo mismo, y que James me consiguieran citas en línea.

 Le di las gracias, después de eso ellos se retiraron del parque.

Después de varias horas, los demás ya se habían ido.

Recibí un mensaje de Logan diciéndome que iría por a mi a mi trabajo, asi que le mande un mensaje diciéndole que ya había salido, y que estaba en el parque de siempre.

Mire para todos lados, ya no veía a nadie.

Solo quedaba ella...

La chica del árbol.

Mire a todos lados, viendo si alguien me veía.

¿No tenía nada con hablarle? ¿O sí?

Me pare y me acerque a ella cuidadosamente, aunque muy nervioso, ya que yo no era muy sociable, menos cuando se trataba de chicas.

Tú eras la persona que hacía que yo tuviera amigos, tú eras muy sociable a diferencia de mí, obviamente.

Recuerdo que cuando quería tener relaciones, o hablar con chicas como James, tu, Logan y el me apoyaban en mis momentos de Secundaria para no actuar como un tonto, siempre fui tímido en ese aspecto, bueno, menos contigo.

Ahora solo era yo y mi nerviosismo, en contra de socializar.

Sin darme cuenta, ya que estaba pensando en cómo hablarle, al pisar empujo todos los libros que traía.

¡dios! Cuantos libros ¿son más de 200? bueno tal vez exagero.

 Veo que hice que queden en el suelo regados, mientras yo me miraba estúpido.

No puedo ver su cara, ya que inmediatamente ella se agacha para recoger todos sus libros.

- Deja te ayudo - le digo - disculpa venia pensando y pues...

- No te preocupes - dijo sin levantar la cabeza

Tal vez está enojada, pero que idiota soy.

- ¿Cuantos libros? - le dije, ella río - disculpa... Lo dije o lo pensé

Creo que volví a echar todo a perder

- Lo dijiste - río - pero para mí estos son pocos libros 

- Yo con esfuerzos leo un cuento infantil - dije riendo

Levanta la cabeza...

-Gracias - dice parándose.

Me quedo helado....

Es igual a…

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