CAPÍTULO 101

Ángela recogió sus cosas y subió al estudio del último piso para dejar todo en un lugar seguro.

Apenas entró, depositó el bolso en una mesa. Se detuvo en medio de la sala vacía, observando por los amplios ventanales cómo la tarde decaía rápidamente. El frente nublado volvía deprimente el ambiente, rodeada de soledad, Ángela se sintió asfixiada.

En años anteriores, solía hablar en voz alta cuando estaba sola, con la única finalidad de llenar el vacío que la ausencia de su madre dejaba. Por más que se hubiese emancipado, evitando terminar en un orfanato, no significaba que había dejado de ser una adolescente asustada del futuro, cansada por el peso de las responsabilidades, desesperada por las injusticias de la vida.

Al igual que en ese entonces, estaba sola.

Incluso peor, al menos durante esos años tuvo a David, Alex y

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