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CAPÍTULO IV. EXTREMOS

No sé cómo puedes aguantar esto Tatiana.

Solo falta año y medio Prima, es un cerdo asqueroso, pero es año y medio, tú sabes que al pueblo no podemos regresar.

Mientras el flamante esposo de Tatiana sacaba una cerveza del congelador y se rascaba la barriga aun en ropa de dormir al medio día.

¿Y qué hora se va esta entrometida?  Bebiendo su cerveza y secándose con la mano el líquido que salía de sus labios.

Nada de esta, mantenido asqueroso que quien debería salir volando eres tú.  Mientras le daba una sonrisa de satisfacción, porque hacía mucho tiempo que lo quería hacer enojar y así sacar la rabia que le tenía por aprovecharse de su prima desde hace mucho tiempo, desde que su prima cometió la estupidez de pagarle para que se haga pasar por su esposo y así obtener la visa matrimonial,

¿Qué me dijiste imbécil?  Trata de tomarlo del cuello a lo que ella esquiva y gira alrededor del sillón de la pequeña sala en el remolque que servía de casa de Tatiana y Franshesco Gorriti su dichoso esposo.

Eso es lo que eres un maldito mantenido cerdo asqueroso, que lo único que sabes hacer es exprimir a mi prima.

¡Cállate Camil! Es un hombre que te supera en peso y tamaño, y está loco Gritaba Tatiana.

Hazle caso a la ramera de tu amiga y lárgate de mi casa. Mientras se iba acercando y lanzando al piso algunas cosas.

Le da miedo al niñito que le digan la verdad, si eres tan machito ven y hazme algo quiero ver si vas a poder tocarme, aunque sea un cabello, no soy una niñita débil te advierto. Adelante te estoy esperando maldito cabrón  Expresaba Camil mientras lo amenazaba con el dedo medio, cuando el trato de írsele encima esta aprovecho para cuál torero evitarlo haciendo que este hombre que le llevaba cerca de treinta centímetros de más, chocara contra la pared del remolque golpeándose la cabeza cayendo al piso, momento que ella aprovechó para salir ahí como pudo, Franshesco la tomo del tobillo a lo que ella lo pateo en el rostro haciendo que la suelte mientras que a él se le había abierto una pequeña herida en la frente, mientras Camil escapaba giro para mirar a Tatiana con una mirada que decía que ella sería en quien descargara todos sus frustraciones

.

A mi ni me toques animal, que sé muy bien que te puedo denunciar por violencia familiar y pido asilo en este país y se acabaría tu gallina de los huevos de oro que si no fuera por mí volverías a trabajar limpiando drenajes.

HORAS DESPUÉS

Se encontraba en uno de sus tantos empleos ocasionales para poder llevarse un pan a la boca y pagar la bendita renta que en los últimos meses había subido en un cincuenta por ciento todo por no leer las letras pequeñas del contrato, en que le daba derecho al arrendador a subir el precio de las mensualidades a su percepción.

Esto es humillante, sé que papá me hablaba maravillas de su país desde que yo era una niña, pero esto es cada vez más difícil, estoy ahora parada aquí como encargada del estacionamiento porque una chica se enfermó, Tome su tikete adelante y muchas gracias  Mientras un auto tras otro ingresaba y ella solo debía poner una sonrisa, aceptar el billete y hacerlos pasar.

Mientras tomaba su hora de receso se paseó observando los lujosos autos y estaba ella con su ridículo uniforme de rayas azul y celeste con unos pantalones azul oscuro y borra del mismo color, pudo oír un auto cerrarse y una maldición.

¡Maldita sea mi suerte! ¿Y ahora qué hago?

Dicen por ahí que la curiosidad mato al gato y Camil era una gata muy curiosa, ya que si saber este sería el comienzo de grandes cambios, cuando se acercó pudo observar a una mujer que no pasaba de los veinticinco años renegando de su suerte y tapándose los pechos y sujetando su falda al parecer se había enganchado a la hora de cerrar la puerta de su auto.

¿La puedo ayudar?  Acercándose haciendo que la mujer delante de ella elevará el rostro avergonzado,

¡Gracias a Dios que es una mujer! Con tanto pervertido que anda y yo por aquí de torpe, mírame soy tan torpe que enganche mi traje de dos piezas ¡Dos piezas! con la puerta del auto. Y estoy aquí semidesnuda en pleno estacionamiento.

Si eso veo. Mientras se acercaba para mirar más de cerca.

¿Me podrías ayudar de algún modo? Te pagaré lo que sea, el dinero no es inconveniente.

Lo que menos le gustaba a Camil es que la gente adinerada creyera que podía comprar todo hasta los favores, Se iba a dar la vuelta para marcharse, pero las palabras de la muchacha la hicieron girar en sus pies.

Si te ofendí de verdad disculpa, es que estoy desesperada y totalmente avergonzada, no me recibas dinero, pero si algún día necesitas un favor no dudes en hablarme, Soy Paola De La  Iba a seguir callando, pero guardo silencio cuando observo que Camil se quitaba la camiseta del uniforme, viendo que debajo de este había una diminuta camiseta que se la quitó quedando en ropa interior en la parte de arriba.

¿Por qué haces eso?

¿Te da pena ponerte algo de una simple acomodadora de estacionamiento? Aunque creo que no te quedan muchas opciones que digamos.

No nada que ver, no soy de ese tipo de mujeres estiradas o exquisitas, si con eso me voy a poder cubrir me lo pondría mil veces. ¿Y qué hago con mi falda?

Déjame ver que podemos hacer  Sin medir palabras rasgo un poco más la falta de Paola para luego haciéndole una atadura de tal manera que se sujetó al cuerpo de Paola., dejándola así de parcialmente cubierta y a salvo. Sin hacer algún espectáculo.

Juro que te debo la vida, Dios me siento tan aliviada, haré por ti lo que sea en serio.

Tu tranquila que no me debes nada, solo tómalo como el favor de una desconocida  Se abotonó la camiseta y se marchó mientras Paola entraba a su auto buscando alguna tarjeta de presentación para entregársela por si la necesitaba en algún momento, al no hallar nada se marchó dos horas después ya vestida regreso al estacionamiento y se dio cuenta de que Ella ya no estaba y al pedir información le dieron que era un reemplazo de último momento y que se le había pagado en efectivo y que hace minutos se había marchado, Paola se lamentó, ya que realmente quería agradecerle haberle salvado el día mientras que Camil se encontraba a las afuera de su departamento no era capaz de entrar, ya que vio que Alessandro su real tormento saliendo del conjunto de departamentos, espero unos minutos y entro al gran edificio y al acercarse a su puerta pudo ver algo a los lejos y lo que vio la espanto la dejo pálida y con los nervios a flor de piel.

¿Por qué no me deja en paz? Yo no le hice nada para merecer esto, es tan injusto  Pegándose a la pared y dejándose caer lentamente sin dejar de llorar cerrando los ojos y cubriéndolos con ambas manos, mientras en su puerta estaba un ramo de rosas negro con una tarjeta, ya que había podido leer.

“Pronto muñeca serás mía, entre más te escondes más loco me vuelves”

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