Que podía pensar si delante de ella estaba la solución a sus problemas, delante de ella esta aquello que había esperado ese tan mencionado sueño americano.
ꟷHastaAnte esto,Camiltomo valor del hecho de no estar sola y tener de alguna manera a Paola de sulado, Ya queella no era cualquier persona. ꟷLeestoy diciendo quien carajos es y que hace en mi casaꟷSin ningún tipo de tino o amabilidad, no para el señor todo eran gritos, no le gustaban las sorpresas y esta es una de ellas, pero con un cuerpo que lo hacía sudar.ꟷDeberíahablar con su hermana al respecto, ahora si me permite me refiero a buscarla para que ella le explique cómo son las cosas, con su permiso señor De La Guerra.Por algún motivo que desconocía, su apellido en esos carnosos labios color cereza hicieron que la rabia fuera cambiada por un cCAPÍTULO X. LA QUIERO FUERA DE AQUÍ
UNA SEMANA DESPUES─Pequeña, vamos a cenar esta noche ─ Con las manos en los bolsillos observando como Paola termina a de guardar unos documentos.─Vamos pues, y sirve que te cuento lo que ha sido la semana de tortura de mi hermano ─ Tomándolo del brazo y jalándolo para salir de la oficina para luego meterse al auto de Paola.
─Sácala inmediatamente de esta casa, no la soporta sácala ¿Por qué ríes Paola? ─ Ella reía, ya que detrás de Derek estaba Camil que reía y le pedía que no dijera nada.─Yo por nada hermanito, pero dime ¿Qué tiene de malo ella? Me cae superbien y anda con una sonrisa y eso que tiene que soportarte. ─ Sus úl
─Hagamos un trato, si tú tratas de hacer aquaterapia yo le prometo dejarte en paz dos días, piénselo bien son dos días sin la tortura como usted le llama ─ Eran sinceras sus palabras, de verdad que, si lo eran, pero también porque había estado encerrada durante los dos meses que estaba ahí y necesitaba respirar algo de aire la convivencia no era fácil, entre los caprichos de Derek y tener soportar sus cambios de humor y muy adicional escuchar sus pesadillas. Aunque al principio le caía como patada al hígado, poco a poco y sin saber en qué momento fue entendiéndolo o eso creía ella, por sus gritos sabía que era un hombre atormentado el carácter del demonio que se manejaba no era porque sí.
Camil lucia como una diosa de piel tostada y ojos color avellana que lo miraban, pero de pronto no entendía ella empezaba a reír a carcajadas hasta agarrase el estómago.—Tranquilo señor de la fuente, que este no es mi traje bueno si lo es, pero tampoco voy a dejarme tan expuesta — Para luego sacar una camiseta como las que usan los buzos.«Me cree usted exhibicionista o loca para andar dándole la oportunidad que se deleite con mis atributos con que lo haya visto con unos momentos dese por bien servido, yo solo voy a hacer mi trabajo que bastante me costó que usted aceptara entrar a la piscina, aunque no lo entiendo dígame ¿Quiere volver a caminar o no?Realmente quería caminar se preguntaba él, realmente quería a su vida de antes, quería volver a lastimar a las personas a su alrededor de pronto recordó a
—Muy bien ya ve que, si puede hacer algo, no me ponga esa cara de perro buldog que conmigo no funciona ya debería saberlo — Mientras que Derek se sostenía de las barandas que estaban empezando la piscina que está acondicionada para su tratamiento.—¡No entiende que duele como mierda! Ya basta no quiero — Sus brazos no pudieron más con su propio peso y se dejó caer hasta hundirse sin poder saber cómo salir de ahí, ya que sus piernas no reaccionaban quiso darse al abandono y hundirse sin pelear, quería que junto con su cuerpo se vayan sus penas y malos recuerdos, quería por una vez dejar de tener esas pesadillas, quería por una vez alejar esa parte de su vida que lo seguía a donde fuera o quien estuviera, en simples palabras quería desaparecer de este mundo y así acabar con su dolor y sufrimiento, pero su deseo
Derek siempre fue muy impaciente y en su estado peor, estuvo dos horas entre chequeos y demás para luego le dijeran que todo estaba bien, maldijo a Camil por haberlo traído en vano, pero ella ni se inmutó, pero lo que lo lleno de rabia era ver como el doctor de apellido Smith por el gafete en su bata blanca le sonreía a Camil mostrando sus blancos dientes, lo llena de sentimientos que no entendía que debía importarle con quien se involucra su enfermera, pero cuando vio que le entregó su tarjeta sin explicación alguna y de la manera más brusca se la arrebato de las manos a Camil para luego girar su silla y exigir salir.—No debió ser grosero con el médico, él solo estaba ayudando. — Mientras empujaba la silla hasta el ascensor, con el rostro amargado de Derek algo a lo cual ya la tenía acostumbrada.—Ayudando un