Derek siempre fue muy impaciente y en su estado peor, estuvo dos horas entre chequeos y demás para luego le dijeran que todo estaba bien, maldijo a Camil por haberlo traído en vano, pero ella ni se inmutó, pero lo que lo lleno de rabia era ver como el doctor de apellido Smith por el gafete en su bata blanca le sonreía a Camil mostrando sus blancos dientes, lo llena de sentimientos que no entendía que debía importarle con quien se involucra su enfermera, pero cuando vio que le entregó su tarjeta sin explicación alguna y de la manera más brusca se la arrebato de las manos a Camil para luego girar su silla y exigir salir.—No debió ser grosero con el médico, él solo estaba ayudando. — Mientras empujaba la silla hasta el ascensor, con el rostro amargado de Derek algo a lo cual ya la tenía acostumbrada.—Ayudando un
Cuando Camil tomo la silla Derek y salieron del parque él pensó que tal vez ya era hora de regresar a casa, aunque tenía el ceño fruncido por andar en pose de gruñón amargado que era lo que lo caracterizaba no pudo evitar por dentro sentir un pesar, ya que hacía años que no se tomaba el tiempo de apreciar ese tipo de interacciones, y mucho menos observar las aves o la forma de las nubes, pero una vez más su querida enfermera que más bien parecía su niñera pensaba él, lo termino sorprendiendo llevándolo a comer un helado—No sé qué tiene por la cabeza que parece que mi opinión no le importa, quiero irme a casa y me niego a andar jugando a comer helado — Una vez Camil lo ignoro y por la rampa para minusválidos que había subió seguido de los hombres de seguridad que no los perdían de vista
Cuando se dio cuenta la manera amable en que le había hablado a Camil, volvió esa apariencia fría, distante y cortante, no iba a permitir que nadie pensara lo contrarío de él ni ahora ni nunca. —Se le veía muy contento cuando termino su helado ¿Qué paso? —No entendía nada, porque volvía el frío e intransigente Derek, por un momento vio un Derek que demostraba sentimientos, un Derek capaz de sentir, ese brillo que vio en sus ojos no fue una alusión, pero decidió que tal vez poco a poco ir descubriendo y haciendo que ese Derek que llego a ver salga a la luz, no era bueno vivir en soledad, sumido en pensamientos negativos, sentía esa necesidad de ayudarlo a salir de eso pozo. —No sé de qué me habla, ahora sí quiero irme, no me gusta estar rodeado entre tantas personas — NO le gustaba esa incomodidad que sentía cuando la tenía cerca, no le gustaba como su corazón latía de manera desenfrenada con una s
Cuando llegaron a casa luego de ver la caída del sol, la sorprendida fue Paola que por primera vez en mucho tiempo lo vio sonriendo, aunque no tenía idea porque, pero por un instante vio en su hermano un brillo, uno que nunca había visto antes, él agradaba mucho verlo sonreír, a pesar de muchas cosas sabía que su hermano se merecía eso sonreír.—¿Qué haces aquí? Deberías estar en la empresa — Cuando Derek pudo ver a su hermano, la sonrisa se le quitó, no entendía por qué sentía vergüenza que lo vieran sonreír solo con Camil no le pasaba, no quiera ahondar en ese pensamiento y opto por la defensiva como siempre.—Se supone que soy la jefa, aunque sea solo de apariencia, así que me tome unas horas libres, hoy tenemos una cena muy importante con los Howard y tenía que
Maximiliano se sentía avergonzado, no sabía cómo reaccionar, solo había hablado por impulso, Camila era el único tipo de mujer que lo hacía hacer cosas que no estaba acostumbrado, ni cuando estaba casado había sido tan impulsivo, esa ira de imaginarla con varios hombres buscando su atención lo había superado, pero la gran pregunta a la que no quería encontrarle la respuesta era ¿Por qué se sentía así?—¿Cuál es esa condición?—Bueno, que me acompañe a una noche de cine al aire libre, es bueno para usted caballero, un poco de aire libre, ir liberándose un poco de estas cuatro paredes, hoy lo hicimos muy bien el parque, así que eso es buena señal y antes de que me ponga excusas, no hay necesidad ni de bajar del auto, solo un poquito de libertad, el viento en su cara y algo de contaminación citadina.—Ni loco, esas son cosas para adolescentes inconscientes, no para un hombre en mi condición y menos de mi edad.—Bueno, entonces iré con su hermana para ver el dichoso vestido, no es mi esti
Él es un hombre frio y sin sentimientos o eso es lo que piensa, para quien el amor no es una opción, no es el típico bad boy al que le rompieron el corazón, al contrario, él termino lastimando a una buena mujer y volvió loca a otra, pero nunca entregó corazón y ahora más que nunca cree que no se lo merece; que no merece el amor de ninguna mujer, porque lo único que sabe hacer es provocarles daño, pero no pensará lo mismo cuando aparezca esa hermosa latina de ojos de caramelo y curvas de infarto, que lo volverá loco de todas las maneras posibles; A ella no le importa si es billonario o un pordiosero; para ella él es un am
Derek, no podía creer que se encontrara en esta situación por culpa de sus malas decisiones, ahora tenía que aguantarse a la loca de Vanessa que hablaba incesantemente, se sentía aturdido, por la cantidad de incoherencias que decía, no sabía en qué momentoiba a poder escapar de sus manos. Cuando Camil trataba de buscar empleo e indicaba su nombre y apellido, muchos dudaban y varias veces tuvo que ir a parar a la estación más cercana, aunque era realmente hermosa bajo esas ropas el ser tan de características latina, cabello negro azabache, con un cuerpo en forma de reloj que atraía miradas lujuriosas y una piel tostada, algunos le decían la trigueña salvaje sumado a sus ojos color avellana herencia también de su padre, pero el resto es total herencia de su madre, pero con ese nombre y apellido Harrison a cuestas no era fácil que le creyeran que realmente era ciCAPÍTULO II. TORMENTOSA SITUACIÓN