CAPÍTULO XIV

Camil lucia como una diosa de piel tostada y ojos color avellana que lo miraban, pero de pronto no entendía ella empezaba a reír a carcajadas hasta agarrase el estómago.

—Tranquilo señor de la fuente, que este no es mi traje bueno si lo es, pero tampoco voy a dejarme tan expuesta — Para luego sacar una camiseta como las que usan los buzos.

«Me cree usted exhibicionista o loca para andar dándole la oportunidad que se deleite con mis atributos con que lo haya visto con unos momentos dese por bien servido, yo solo voy a hacer mi trabajo que bastante me costó que usted aceptara entrar a la piscina, aunque no lo entiendo dígame ¿Quiere volver a caminar o no?

Realmente quería caminar se preguntaba él, realmente quería a su vida de antes, quería volver a lastimar a las personas a su alrededor de pronto recordó a
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