XV Niki hablaba sin parar. En un punto de la historia que parecía una leyenda, Jasha interrumpió. —Eso no me lo habías dicho… —habló Jasha sollozando —. Eso quiere decir… eso quiere decir… que me elegiste a mí... —Sí Jasha…. —respondió el padre sonriendo. El muchacho se tomó la cabeza, descolocado. Kei lo tomó por una de sus manos intentando calmarlo y antes de permitir que el señor Volkov prosiguiera, interrumpió. —¿Esto es algo así, como que Nina, quiere a Jasha para ella y no permitirá que nadie se le acerque, o lo ame? —Petrov lo miró sorprendido, parecía que Kei intentaba ser receptivo a aquella historia y eso era bueno, pero nada preparaba al muchacho para lo que el padre estaba por decirle. —¡Oh, no, muchacho! No. Nina a quien en realidad quiere… es a ti… —Kei abrió los ojos sorprendido a más no poder. Se llevó las manos al rostro y le pidió al padre que por favor le explicara todo, porque en ese punto ya estaba confundido y horrorizado. Horas más tarde, en la noche, fre
XVI El funeral de la pequeña, había tomado por sorpresa a Stefano, Beska y Patrick, que Iban a aquella pequeña ciudad para saber por la salud de Kei, y lo que encontraron fue la escena de los trajes negros y las lágrimas incesantes. No supieron qué hacer, Beska y Stefano solo siguieron a Patrick, quien ya conocía a la familia. Alexis tuvo que irse a Estados Unidos antes de las exequias, pero escribió y llamó insistente a Kei, quien nunca le contestó. El muchacho de cabellos negros, de ojos castaños y sonrisa preciosa, estaba desolado. Con la mirada perdida, sentado en la esquina más apartada del salón dónde reposaba la imagen de su pequeña amiga. Jasha estaba en la esquina opuesta, igual de conmovido. Stefano se le acercó y le preguntó lo que había pasado, el ruso intentó explicarle, pero no coordinaba muy bien las palabras. En la noche, Kei los invitó a todos a quedarse en su casa, el espacio no sería el suficiente pero quería agradecer el gesto de acompañarlos en ese dolor. Se dis
XVII“Hoy hemos quedado un tanto emocionados con la noticia que nos da la Prima Ballerina Ekaterina Velyakova de su posible embarazo. Cabe recordar que la afamada reina del Ballet retomó su relación de adolescente con Jasha Volkov, rey de las pistas del hielo, tras separarse este, de Kei Kanzaki. No sabemos en qué terminará toda esta verdadera novela en la que nos han introducido los protagonistas, ya que en repetidas ocasiones se ha visto a Jasha distante de la joven, pero la primicia…”Kei había quedado sentado en su al ver la noticia en un canal deportivo, no se podía creer que Jasha y Ekaterina fueran a tener un hijo. Alexis que se encontraba de visita en su casa, llegó hasta la salita familiar a escuchar la noticia también,—La verdad no creo que eso sea cierto. Se rumorea que la chica es muy… coqueta —dijo Alexis—. Como sea, es su vida, pero espero que Volkov se cerciore que sí sea suyo. —Hizo una pausa y miró a Kei de reojo. —¿Te afecta verdad?—Claro que sí, pero no como tú cr
XVIII Kei, con un morral al hombro, bajaba a toda prisa las escaleras del aeropuerto. Necesitaba echarse a correr para tomar el taxi que lo llevaría al poblado de la Toscana donde por segundos recuperaba la felicidad, donde su cuerpo volvía a nacer, donde ya no tenía que actuar, donde era feliz por unas horas. El amanecer estaba precioso, era muy temprano aún y el sol apenas se asomaba, pero sabía que debían aprovechar el tiempo lo mejor posible. Algunos lo reconocieron y tuvo que fingir que no entendía lo que le decían para apresurar el paso. Por fin llegaba. Las hermosas ancianas italianas salían a sus puertas a barrer. El taxi no podía seguir a donde iba Kei, eran muchas escalinatas que él subía entusiasta para llegar a la entrada de cuentos de aquella casa. Por fuera parecía muy pequeña, pero en cuanto cruzaba la puerta, lo recibía un hermoso jardín, con una fuente en medio. Tan antigua, tan llena de historias, y ahora ahí se forjaba la de él. —¡Joven Kei! ¡Bienvenido de nuevo!
XIX Jasha veía dormir a su chico de cabellos tan negros. Ya habían hecho el amor muchísimas veces en esas horas y antes que cayera la tarde debían partir. Habían ya comido el delicioso estofado y tomaron una siesta que ya tendría que acabar. Se levantó y fue al baño a lavarse la cara, el cuerpo le dolía, el sexo lo había dejado agotado. Se vio al espejo mientras se lavaba. Por instinto buscó tras ese espejo verla a ella. Y afortunadamente no pasó. Petrov parecía tener razón y era por el momento la única manera de estar con Kei. Sonrió un poco y de nuevo pensó en que Ekaterina se equivocaba. El teléfono celular de Kei empezó a timbrar de manera insistente. Era Beska, quería cerciorarse que todo estaba bien y recordarles que debían separarse ya. Kei le contestó sin prisas y de nuevo le agradeció por tanta amabilidad. El sol aún se levantaba en el cielo. Solo por un segundo el de cabellos claros consideró en serio el terminar con Kei. Volteó a verlo de nuevo, aún estaba desnudo busca
XX Llegó la noche y todos estaban expectantes. Las gradas se encontraban a reventar, el club de fans de Stefano crecía de manera desbordante y ocupaban toda una cuadrilla. Beska sentía aquello como una patada en el estómago. Kei recibía algunos consejos de su nuevo entrenador, que le pidió que dejara ya de calentar y se dedicara a observar las rutinas de todos. Jasha iría al final. Era claro que él no querría ver la de Jasha pero haría caso a su entrenador. Se quitó los lentes y se preparó para salir. Sería para toda su desgracia el primero. Su número maldito. Alexis, quien no logró recuperarse por completo para esa temporada, lo veía desde un lugar muy cerca en las gradas. Se había encontrado con Volkov y no pudo dejar de verlo con un aire de superioridad, a lo que el ruso le respondió con una sonrisa. Jasha lo mataría después, eso era seguro. Kei salió y deslumbró. La parte técnica había mejorado muchísimo, eso era innegable, pero ahora la parte artística no era tan emocionante. Ha
XXI La escena se repetía, pero en esta ocasión con Kei fuera de la habitación del hospital esperando saber de su amante. Todo era caos en su cabeza en ese instante. Jasha estaba inconsciente al igual que Beska y nadie sabía qué les sucedía porque al parecer no tenían ni heridas ni contusiones. Estaban a la espera de muchos análisis para determinar qué sucedía y la razón por la que no despertaban. Solo horas habían pasado desde el incidente que por fortuna no había dejado víctimas fatales, hasta ahora. La pista de hielo quedó destrozada. El mundo fijaba su atención en la curiosa similitud del suceso con el ocurrido en Japón un año atrás y se especuló de un atentado, alguien quería hacerles daño a los patinadores y había fraguado un plan, con algunos explosivos quizás. Pero no había manera de sustentar eso. No había pruebas, no había amenazas, no había nada. Jamás nadie en la tierra, se imaginaría lo que había bajo toda esa locura. Kei estaba sentado justo frente a la puerta de Jasha.
XIIKei, hubiera querido con desespero ver a su Jasha por última vez. Recordó un tanto a Alexis, a quien tampoco pudo ver, se había esfumado. Quería despedirse y pedirle disculpas por meterlo en semejante lío que el otro ignoraba. Con su morral al hombro dudó en salir de la habitación. Ya su taxi al aeropuerto había llegado, sin embargo, no se decidía a bajar. Entonces recordó como un destello la primera vez que vio al joven Jasha en la pista. Tan hermoso, tan único. Él debía seguir viviendo.***—Belyakova —gritó el padre de Jasha al verla cerca de la habitación de su hijo—, ¿se ha sabido algo? Acabo de aterrizar, ¿qué dicen que tiene?—Señor Volkov, qué bueno que esté acá, lo siento mucho, de Jasha no han dicho nada diferente a lo que ya le expliqué por teléfono.La mujer inclinó la cabeza un tanto conmovida. El padre preguntó por Stefano y por Beska. Se alegró mucho que el más chico estuviera bien, pero presentía que Beska estaba en la misma situación que su hijo, colgando en los de