CAPÍTULO º3º

Kesha

¡Qué vergüenza!

¿Cómo pude dejarme llevar?

¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo pude dejarme seducir tan fácil?

Actue mal, desde que lo vi tenía que pararlo, no dejarme llevar por el deseo que ese hombre me provoca, no debi seducirlo, no debi comenzar un juego que no iba a terminar, se que el alcohol puede tener mucho que ver en mi actitud, pero tambien no puedo negar que el me gusto desde que entro a mi oficina, lo que no puedo olvidar es que es mi cliente y que el tipo de hombre que el es, no me gustan.

¡Santo Dios! ¡Es un cliente! yo no ando con clientes ni tampoco me ligo con playboys.

Paso el resto del fin de semana de pena, reclamandome el error que estuve a punto de cometer, no tengo idea en qué estaba pensando, creo que pensé con mi chica de abajo y por eso no razoné, gracias Dios que mi cerebro actuó a tiempo y que no haya sido a peor.

Cinco días después y ya más tranquila en mi lugar feliz, mi trabajo, estoy como todas las mañanas repasando mi agenda con Martha y me doy cuenta que la reunión con Ferré es hoy. ¡No puede ser! 

Estoy realmente tentada a suspender la reunión, a postergar para la otra semana o simplemente no hacerla, pero su revista haría que mi empresa crezca un nivel más, debo pensar con claridad.

Soy fuerte. Me digo a mi misma, solo fue la calentura del alcohol y el lugar, nadamas. 

«Eso ni tú te lo crees».

Llegó la hora de la presentación,esta se realizará en la sala de junta, completamente equipada para estar totalmente cómodos, mesa de vidrio que brilla esplendorosa con la luz filtrada en la gran ventana, adornada con doce sillones de cuero negro, la cual contiene la más alta tecnología para mejor énfasis en la publicidad que queremos presentar, enseñando la publicidad en 3d, con los mejores asesores y representantes, capacitados al cien por ciento sobre los gustos de cada empresa que nos solicita, nade dice no a nuestra compañía.

Durante la presentación Luther no me quitaba los ojos de encima, no era una mirada casual, era una hambrienta, de las que te dicen de que si te acercas te muerdo, como la mirada del lobo a caperucita, yo estaba nerviosa, sentia escalofrios, por un momento mi mente se fue a como me beso, a como me sedujo, sus caricias.

El en verdad es muy atractivo y sabe jugar con eso, para seducir, para calentar y asi llevarse a cualquier mujer a la cama, se nota que es de los que cambian una cada día.

La presentación fue todo un éxito, a los directivos de Broken Heart les encantó y al señor Ferre también, aunque no dejara de mirarme en toda la reunión. Me sentía atrapada porque al final el señor decidió que debía hablar conmigo a solas... ¡A solas! Fuerzas, Dios mío, para no caer en sus sensuales tentaciones o matarlo en el proceso por coqueto.

Lo llevo a mi oficina, actuo como toda una profesional. Entramos y como si se tratara del viento, porque de verdad no lo vi venir, ya estaba contra la puerta cerrada, con un cuerpo de un metro noventa cubriendo el mío, y su boca devorándome. No me dejó ni pensarlo ni asimilarlo, solo estaba tratando de comerme, como su mirada lo indicaba hace un rato. Su lengua se apoderó de la mía, fue un beso arrebatador. Estaba aturdida, hasta que sentí que  una de sus manos, peligrosamente, subía mi falda para llegar a mis bragas. Reacciono, este tipo va muy rápido, porque si lo dejo, mi oficina arderá, no puedo dejar que eso ocurra, así que lo empujo con una fuerza que no sabía que poseía y que logra quitarmelo de encima.

─¡No vuelvas a besarme ni a tocarme!─ dije jadeando por aire.

─Barbie, pero bien que te dejaste en la discoteca─ dice coqueto cruzando sus tonificados brazos ─Sé que te gustó.

─¿Y? Solo fue por las copas que tomé esa noche. No te creas tan importante querido, y no vuelvas a llamarme Barbie, que no soy una muñeca sin cerebro.

─Solo quiero una cita contigo, Barbie─ prácticamente me suplica.

─¡Estás loco! Deja de llamarme así.─ digo exasperada

─ Es que eres tan hermosa como una ─ su palabrería me enfurece más.

─ A lo que vinimos, que quieres decirme que tiene que ser a solas ─ cambio de tema.

─Solo te diré una cosa, lo que quiero, lo consigo, y serás mía. Descuida, te mandaré el contrato de publicidad firmado ─le resta importancia y con esto, se va, me dejó completamente confundida. 

─ ¡Estupido! ¡Arrogante! ─ grito a la nada practicamente.

Cuando sale de la oficina, mis piernas me fallan y me deslizo hasta el suelo, tengo la respiración trabajosa, el me afecta de una manera irreal, me gusta demasiado, y él no quiere rendirse, tambien esta ese estupido nombre por el que le ha cogido llamarme, este hombre está realmente loco.

Pero si él cree que lo conseguirá, está muy equivocado, y menos llamándome Barbie, porque no le será tan fácil.

"Eso ni tu te lo crees" eres mi conciencia, deberías estar de mi lado, pero esta dice la verdad, lamentablemente.

¡Lo odio!

¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!

¿Creen que si lo repito más veces me lo pueda creer?

"Imposible cariño"

Hasta mi mente me traiciona, pero no me rendiré, no se le será tan fácil no.

Como que mi nombre es Kesha Badia, esta cara bonita no va hacerme caer, ni obtendrá mi corazón, y tampoco estará entre mis piernas.

"Ridicula"

Debo estar muy mal porque ya hablo sola.

No puedo volver a caer en sus repentinos arranques de querer besarme, no puedo dejar que ni siquiera vuelva a tocarme y menos que me llame Barbie.

Me enfuerece de una manera irracional, su actitud me exaspera y desespera, que se busque otra victima y me deje en paz, que ya se rinda.

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