Kesha
Nunca había deseado tanto que un fin de semana llegara, esta semana fue muy pesada, llena de trabajo y que también mi mente no dejaba de pensar en ese hombre tan… insolente.
Si de esa forma él conquista a las mujeres que debe tener, conmigo está muy equivocado.
Entro junto a mi mejor y gran amigo Carlos y su novio Michael, son unas excelentes personas, decidimos venir al nuevo club ubicado en la Quinta Avenida, es hermoso y exclusivo, llamado LUFER, extraño pero muy original.
Dentro me quedo fascinada, la decoracion es entre majestuosa y muy sensual, tiene la combinacion de rojo pasion, negro y tonos dorados.
En vez de tener las típicas sillas y mesas altas, tiene unos hermosos sofás y pequeños centros de mesa, como si estuviésemos en una sala VIP, tiene dos plantas, y una pista para bailar. Está lleno de comodidad y prestigio, ¡me encanta! Desde ahora se convertirá en mi bar favorito.
Nos acomodamos en la primera planta e inmediatamente aparece una camarera de lo más sexy, con un corcel rojo y short negro, que parece más un bóxer. Su vestimenta hace juego con la decoración, es sensual. Pedimos nuestras bebidas, martinis, para ser exactos, ya que nos gusta a los tres. ¡Imagínense! Es como si fuese una noche de chicas.
─Kesy, amor ─ me encanta ese apelativo que me puso al conocernos ─ espero que no te cohibas por nosotros y te tires al primer chico que te guste y termines la fiesta en tu departamento o en el de él, en un hotel o cualquier otro lugar ─me comenta mi querido Carlos.
─Estoy aquí para eso cariño, en búsqueda de resolver mi sequía ─ comento haciéndole un guiño.
Carlos es modelo. Al ser tan guapo y encantador lo ha ayudado a encontrar muchas ofertas, incluso ha trabajado para mí en múltiples publicidades, es muy profesional en todo lo que hace. Su novio Michael, es fotógrafo. Su trabajo es intachable y el mejor. También ha sido parte de muchos comerciales de mi empresa.
¿ Ya saben cómo se conocieron ellos dos? ¿Verdad?
Después de un par de tragos ya estamos listos para ir a la pista. Nos ponemos a bailar los tres, yo en el medio haciendo un sandwich, no paro de reir con ellos dos y en un momento ponen Worth It de Fifth Armony, amo esta canción, la cual saca a la mujer sexy que hay dentro de mí, además, las bebidas son de gran ayuda para desinhibirse.
Estoy moviendo mis caderas al ritmo de la música, siento unas manos en mi cintura y no me preocupo creyendo que puede ser Carlos o Michael, pero la ronca voz en mi oído que escucho a pesar de la música y que no podría olvidar, hacen que me tense por un segundo.
─ Creí que uno de ellos era tu novio, hasta que los vi bailando juntos.
Me volteo rápidamente y ese azul intenso me hipnotiza, este hombre es demasiado hermoso e inolvidable, los reconocería donde sea.
Tengo delante de mi, de porte elegante, sensual y poderoso a mi cliente Luther, ese descarado playboy.
En vez de responderle, lo que hago es subir mis manos, mover mis caderas e ir bajandolas sensualmente, es posible que el alcohol sea el que actúe, le bailo como una diosa, me contoneo provocandolo, seduciendolo, volviendolo loco, en un movimiento él agarra mi cintura, me acerca a él con fuerza y empieza a moverse también.
¡Dios!
Este hombre sabe bailar, sabe moverse bien, pero muy bien, me cautiva, seduce y vuelve mas tonta de lo que estoy.
Acerca su cara hasta mi cabello, lo huele, baja lentamente hasta mi cuello, deja un beso que hace que mi piel queme por la sensación, me tiene a mil, luego me besa la mejilla y poco a poco llega hasta mi boca.
Un beso cargado de pasión, de erotismo.
Un beso que me deja sin respiración. Saquea mi boca con hambre.
Un beso que te hace olvidar hasta tu propio nombre.
Coloca sus manos en mis nalgas y me pega más a su cuerpo si es posible, su cuerpo duro, trabajado por los ejercicios que seguro hace, coloco mis manos en su cabello, halandolo para impedir que pare. Estoy completamente desatada. Si no nos detenemos, terminaremos haciéndolo en medio de la pista y con mucho público.
«¡Vaya! Qué espectáculo debemos de estar dando besándonos tan apasionadamente».
De repente, se detiene. Yo jadeo en protesta.
Me toma unos segundos poder respirar de nuevo y abrir mis ojos, esos ojos azules cargados de deseo me miran con tanta intensidad.
─¿Qué tal si subimos a mi despacho y tenemos más privacidad?
No sé si es por la bebida, por el baile o porque solo el tenerlo cerca después de ese beso acepto sin más.
Prácticamente me arrastra con él, subimos unas escaleras y no puedo evitar mirarle el culo. Lleva unos vaqueros negros ceñidos que le quedan de muerte, una camisa negra remangada. Es una visión muy tentadora, debo de estar dejando rastros de baba por todo el pasillo.
Saca unas llaves cuando llegamos a la puerta, no vi mucho el camino, mis pensamientos estaban en que le quitare primero. Entramos, él no pierde el tiempo, me estrella en la puerta besándome, ha tomado mis labios como suyos,cierra de una patada, coge mis nalgas y me sube a pulso, como si pesara una pluma, le rodeo su esbelta cintura con mis piernas. Puedo sentir en mi centro lo mucho que me desea.
Me coloca como quiere, me sigue besando, tiene una coordinación increíble, sus manos me tocan por todas partes, parece desesperado por devorarme, esta pasión que sentimos nos calcinara.
Deja mi boca para bajar a mi cuello, sigue a mi escote, destapa la parte delantera de mi corto vestido para dejar salir mis senos, los mira con devoción.
Por Dios, ¿qué estoy haciendo?
Lo empujo para que me suelte, pone cara entre sorprendido y de cachorro que le han quitado su hueso.
Me arreglo rápido el vestido, debo estar rojisima. Tengo que irme de aquí, pero rápido, no puedo con la vergüenza.
─Lo siento… Yo ─digo nerviosa─ no soy así, no sé qué me ha pasado.
─No te preocupes. ¿Qué tal si vamos a mi departamento y ahí continuamos?─dice calmado.
─No, esto no debería de haber sucedido.─digo atropelladamente─ Perdóname─le paso por el lado─ Me voy… eh... Lo siento ─salgo corriendo como alma que lleva el diablo. Soy cobarde, lo sé, pero no suelo ser tan fácil.
En la salida me topo con mis amigos, al verme se preocupan, creen que con el chico que me he ido hace unos minutos me ha hecho daño, le explico por arriba quien es y que me quiero ir a casa, ellos se van conmigo, como son mis vecinos y además no quieren dejarme sola.
Kesha ¡Qué vergüenza! ¿Cómo pude dejarme llevar? ¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo pude dejarme seducir tan fácil? Actue mal, desde que lo vi tenía que pararlo, no dejarme llevar por el deseo que ese hombre me provoca, no debi seducirlo, no debi comenzar un juego que no iba a terminar, se que el alcohol puede tener mucho que ver en mi actitud, pero tambien no puedo negar que el me gusto desde que entro a mi oficina, lo que no puedo olvidar es que es mi cliente y que el tipo de hombre que el es, no me gustan. ¡Santo Dios! ¡Es un cliente! yo no ando con clientes ni tampoco me ligo con playboys. Paso el resto del fin de semana de pena, reclamandome el error que estuve a punto de cometer, no tengo idea
Luther Desde la primera vez que la vi, me propuse que fuera mía. La primera vez que la ví fue en una fiesta del lanzamiento de una nueva ropa masculina de un diseñador que conozco, ella me cautivo, fue como si ella tuviera su propio foco que la iluminaba, me impactó tanto su belleza que Jessica, amiga desde la universidad que me acompañó para obtener algunos socios, tuvo que llamar mi atención varias veces, esa chica me dejó atontado. Quise acercarme a esa rubia de curvas peligrosas, pero andaba con un chico, que segun vi en algunas fotos era uno de los modelos, este no se le despegaba para nada, me dije que lo más seguro era su novio y no quería ocasionar algún inconveniente, pero lo pensé muchas veces, por poco y no me importaba. No me quedé quieto y averigue quien era, supe su no
Kesha ¡¿Qué se cree el estupido ese para besarme así?! Cree que porque yo lo besé el día en la discoteca él puede hacerlo cuando quiera, engañándome así mientras trabajo, diciendo que solo quería hablar conmigo a solas. Paso la mañana revisando las diferentes propuestas que se preparan para otras empresas, así como los proyectos que ya están en función. Está todo fríamente organizado. Sin darme cuenta, llega la hora de comer. Decido bajar a un restaurante que hay cerca, allá me encuentro con Carlos y charlamos un rato. Claro, omitiendo lo que ha sucedido con Luther. Hay cosas que solo guardo para mí. ─ Kesy querida estas muy ida, ¿te pasa algo? ─ No te preocupes, es el trabajo ─ le digo par
Luther ─ ¿Y te gustaría que fuéramos a un lugar mas intimo para conocernos mejor? ─ Si es para una habitación, pierdes el tiempo ─ su carácter me fascina. ─ Barbie ─ sonrio de medio lado ─ como este restaurante es un hotel también, el único lugar que tiene privado no es sola las habitaciones, tienen una terraza con una vista hermosa, claro no tanto como tu ─ se sonroja. ─Lo siento, está bien, vamos a la terraza. La ayudo a levantarse, con mi mano en su espalda nos encaminamos a un lugar más privado y tranquilo. Nos sentamos en uno de los sillones, se que la vista aquí es maravillosa, pero no puedo dejar de verla si su belleza es más interesante que el mismo cielo o la ciudad.
Kesha Desde que deje que Luther y yo nos conocieramos ando en una nube de positividad, podría decirse que también de felicidad, porque él es tan considerado, atento, romántico, no es para nada el playboy que se mostró ante mi ese día en la oficina, lo que mas me tiene cautiva solo los dulce besos de despedida que me ha dado cada vez que nos hemos visto. Me pongo a darle orden a mi departamento. No es ostentoso pero es elegante, un sofá en L negro, amo ese tono de color en las decoraciones, así que todos mis equipos son en color negro, mi comedor, mi cocina, mi habitación…menos mis paredes y otros accesorios, son coloridos, es más, mi apartamento está lleno de vida, muchas cosas de los viajes que he hecho, recuerdos necesarios. Aunque como a toda chica que le gustan las compras, tengo un clóset digno de una famosa, pues amo darme mis c
Kesha ─ ¿De qué quieres que hablemos? ─ tome la decisión de sucumbir a la tentación, pero quiero ponerlo a sufrir un poco más. ─ De lo que sentimos, de la química entre nosotros ─ se acerca a mi, toma suavemente mi cara entre sus manos ─ de que cuando me acerco a ti y te toco, vibramos juntos, que cuando te beso es como ir al cielo ─ me da un dulce beso ─ de esto es que hablo, ¿por qué quieres huir a esto? ¿por qué no te entregas a mí si sientes lo mismo? No le contesto, me alzo en puntas y lo beso, uno nuestros labios empezando una danza con ellos lleno de una intensa pasión, quiero responderle así, que sepa que quiero estar con él, aunque sea con tiempo de caducidad, aunque esto no dure mucho tiempo. Coloco mis manos en su cuello para profundizar más el beso, que nuestras lenguas peleen
Kesha Los próximos días fueron maravillosos: regalos, flores hermosas… Todo eso llegaba a mi oficina. Mensajes de texto con frases románticas y algunas muy calientes, como las cosas que me haría y dónde. Estaba loco porque tuviéramos nuestra cita, y yo…, temerosa por no ser suficiente para él y que se sienta decepcionado con lo poco que vivamos o lo poco que le cuente aunque todo sea mentira, que algo detone mis temores. Por eso no duermo con nadie, por mis pesadillas. Mi subconsciente no olvida todas las cosas que he vivido, todo mi sufrimiento que quiero enterrar, pero cuando duermo sale a flote. Imagínense lo que es que te lleguen tantos regalos a tu lugar de trabajo. Mis empleados tienen la oreja parada de la curiosidad, de saber quién será el afortunado, ya que nunca lo han visto. Mi amigo Carlos está a la mar contento, estaba loco porque tuviera una relación.
Kesha Mi baile sensual lo cautiva, lo encienden, que es mi propósito, seducirlo, hacer que ese deseo que siente por mi fluya, que nuestros cuerpo sean los que hablen al final, que vea lo que siento por el, va mas alla de lo sexual aunque el sexo con el es fascinante. Me siento a horcajadas sobre él, y sigo moviendo mis caderas mientras agarro su cara con las dos manos y lo beso. Es un beso cargado de mucho significado, ya que viviré con él algo nuevo e inexplicable. Quiero entregarme a él, ser suya y que él sea mío, por lo menos, por el tiempo que dure. Mientras lo beso, sigo moviendo mis caderas. Si él no toma la iniciativa, lo haré yo, además, nadie lo manda a provocarme con su sexy vestimenta y su exquisita comida y después a hacerse el inocente, que eso no le queda. Luther en lo que voy conociendolo es un hombre completo, qu