Me levanto de mi lugar, camino una vez más hacia la puerta y la abro, tomo a Isabella del brazo y la arrastro hacia la salida, ella no para de quejarse y maldecirme, no me dice nada nuevo, en realidad. Apenas la saco de mi cuarto, la miro directo a los ojos.

—Te lo dije, ahora mismo no vamos a resolver nada, Hannah esta grande pare decidir con quien se va y si no ha empacado sus cosas, quiere decir que no se va a ir con su padre, pero si sigues gritando de forma histérica la vas a ahuyentar, así que, mejor callate y vete a tu cuarto, que tengo que dormir para ir al trabajo.

No espero a que conteste cuando regreso al interior de mi alcoba y cierro la puerta con seguro, mi esposa azota los pies contra el suelo, enrabiada por no hacer hecho su típico alboroto y menos mal, no tengo ganas de lidiar con ella ahora mismo, en especial porque acabo de estar con mi princesa.

Puedo escuchar a lo lejos los gritos de mi esposa, aturdido, abro un poco los ojos y miro a mi alrededor, luego escucho l