Una vez que tuve suficiente tiempo de grabación, lo corté y se lo enseñé a Henry, diciéndole que se ve muy rico como su pene entra y sale de mí constantemente, noto algo extraño en su mirada y más cuando me voltea a ver. Dejo su teléfono a un lado y sigo moviendo mis caderas con algo más de fuerza, los únicos ruidos que se escuchan en el cuarto son mis gemidos y mi cuerpo chocando contra el de él.

Una vez más vuelvo a correrme, Henry me pregunta si ya estoy satisfecha, le dije que no, pero decido apiadarme de él y desatarle las piernas, al final, no se trata de que solo yo lo disfrute, sino él también, por eso estoy haciendo todo esto, no quiero que papi busque a otra mujer si me tiene a mí para satisfacerlo. Antes de quitarle los amarres de sus muñecas, lo miro fijamente a los ojos.

—Una vez que te suelte, todo depende de ti, si quieres que salga de tu cuarto y fingir que nada paso o follarme hasta el amanecer, tú decides... papi.

Una vez que está libre de las manos, se sienta en la