TOMÁSCinco días.Cinco maravillosos días junto a mi mujer.Mía, como siempre lo ha sido y siempre lo será. Si bien hemos tenido algunas complicaciones debido a que aún se resiste, no puede hacer mucho al respecto, esta a mi completa merced.Jamás había estado tan feliz y pleno en mi vida como ahora, teniéndola a ella tan devota y complaciente. Ya que cuando despierta su único propósito es complacerme y verme feliz. La había extrañado tanto que creo que nunca medí lo que realmente sentía por ella, quizás puede rozar la obsesión, pero ¿Quién no lo estaría? Si es tan hermosa.Tan delicada, tan femenina.Cuando me dejó sentí que moría lentamente cada día, pero ahora, el tenerla aquí conmigo todos los días me llena de paz. Me demoré en volver a buscarla, pero debía planear cada detalle con esfuerzo para que todo saliera tal como planee.Y todo va de acuerdo con el plan.Bueno, todo excepto una cosa.La droga no ha funcionado como esperaba, si bien lo hace cuando se encuentra en su organis
ERICUnos dedos se deslizan por mi cabeza logrando que salga de mi estado de letargo por el sueño, me remuevo en la cama ligeramente acercándome más hacia las caricias que mi mujer me da para poder despertar.–Eric, es hora de despertar –escucho una voz lejana, que ignoro para poder seguir disfrutando de las caricias.Cada vez más el sueño se aleja de mi consciencia, las caricias las siento con más firmes y mis ojos pesan cuando intento abrirlos para poder ver a esos ojos que tanto amo.–Eric –reconozco la voz de Josefina–. Debes despertar, la hechicera llegara en una hora.Las caricias cesan y la mano se aleja de mi cuero cabelludo, me quejo e intento tomarla nuevamente.–Amor, no te detengas –susurro con la voz ronca–. Me encantan tus caricias de buenos días.–Eric –la voz de Josefina se entrecorta–. Lo siento mi niño, si pudiera aliviar tu dolor lo haría.Finalmente abro los ojos esperando encontrarme con el rostro de mi mujer, pero lo único que veo es la almohada vacía. Vuelvo a c
ERICSin que nadie diga nada más comenzamos a ponernos en marcha hacia nuestro objetivo.Rescatar a mi mujer.–Mis hijos se adelantarán para sondear la zona y avisarnos de cualquier complicación –Alpha Caleb habla y volteo hacia él mientras acomodo las ropas que Isabella nos entregó–. Su tía los teletransportará y luego a nosotros una vez que ellos exploren la zona.–Bien –aseguré.–Movámonos entonces –el Alpha le hizo una seña a la pelirroja y ella asintió.–Tómense de las manos –habló hacia los mellizos que también tenían uniformes y ellos acataron la orden, ambos me vieron por unos segundos con seriedad antes de desaparecer en una espesa nube azul–. Apparere.–Démosles 10 minutos y luego podemos movernos.Comienzo a negar ante aquello con la necesidad palpitante de irme ya. Ya han sido muchos días sin ella, muchas horas en la que no la he protegido de las cosas que ese imbécil debe estar haciéndole, no puedo esperar 10 minutos cuando han sido cinco días de espera.–Eric –la voz de
ERIC Unas palmadas caen en mi hombro, pero no me muevo. Mi cabeza cae hacia delante siendo afirmada por mis manos, los codos los tengo apoyados en mis rodillas y mis ojos se han mantenidos fijos en la mancha de seguramente tierra en el suelo entre mis pies. El olor a medicamento y antisépticos tiene nublado mi juicio, detesto el olor, siempre lo he hecho al igual que detesto el color blanco que cubre todas las superficies de los hospitales. –Ella estará bien hijo –la voz de mi padre llega a mis oídos. Bien. 5 letras que no tienen nada de sentido ahora. Porque dudo que alguna vez ella llegué a estar completamente bien nuevamente, luego de todo lo que sufrió en esos 5 malditos días donde no pude protegerla. Cierro mis ojos un momento y las palabras del doctor vuelven a repetirse. –La mantendremos aquí las primeras 24 horas, luego la trasladaremos a una pieza normal –sus ojos recorrieron mi cuerpo lleno de sangre–. Esta desnutrida, ya que al estar tantos días sin comer su organism
Capítulo 46SOFIAMis ojos pesan cuando intento abrirlos, pero aun así lucho contra aquello que me ha estado restringiendo para poder mantenerme consciente.Debo ser fuerte, debo luchar contra él. Debo ser capaz de recordar, no puedo olvidarlo. Porque si lo hago; eso significa que él ganó.Mi cabeza duele levemente, pero también me acostumbre a eso.No me muevo, no doy ningún indicio de que desperté; porque eso significa otra dosis.El brazo me duele y siento como si… ¿tengo algo inyectado? No, no puede.Mi corazon comienza a agitarse levemente y el pitido de alguna especie de maquina llega a mis oídos acelerándolo aun más.–¿Sofía? –una voz que me resulta familiar se siente cerca–. ¿Amor? ¿Estas despierta?No, no, no.Aprieto mis ojos con fuerza intentando volver a dormirme, la maquina no deja de sonar incluso es cada vez más fuerte. Mi respiración se encuentra igual de agitada que mi corazon y abro los ojos de golpe cuando una mano se aferra a mi brazo.–¡NO! –grito removiéndome en
ERICEl corazon me duele mientras la observo nuevamente dormida.Owen llora en mi interior y yo intento calmar la avalancha de emociones que me genero el verla tan ida. El escucharla gritar por ayuda, pensando que aún se encontraba en las manos de Tomás y el escucharla llamarme a mí para que la salvara fue como una bala al corazon.Recorro con los dedos su cabello y con la otra mano limpio las lagrimas que aun se encuentran frescas en sus mejillas.El cuerpo entero me tiembla de impotencia y el cumulo de todo lo ocurrido recién.Vuelvo a dejar un beso sobre su frente inhalado su piel e impregnándome de ese aroma a chocolate y caramelo que volvió a ser perceptible hace unas horas para calmarme.–No me iré de tu lado preciosa –hablo contra su piel–. Me quedaré aquí contigo hasta que despiertes nuevamente –me alejo un poco para recorrer su rostro con la yema de mis dedos–. No me iré…La puerta se abre de golpe y alzo la vista para ver la figura de mi padre con gesto de preocupación.–¿Qu
SOFIAMis ojos pesaban cuando intenté abrirlos, la cabeza me dolía ligeramente y me acurruque mas contra las sabanas suaves para intentar volver a dormir. No quería despertar, no quería abrir los ojos porque si lo hacia solo significaba que Tomás se daría cuenta de que aún no pierdo la memoria como el quiere y volverá a drogarme.Pero a pesar de todos mis esfuerzos por volver a dormirme, no pude.Poco a poco entreabrí los ojos, intentando inspeccionar el entorno para ver si él andaba cerca, pero la incertidumbre me atacó cuando noté que estaba en un lugar distinto.Abrí los ojos de golpe y me senté en la suave cama en la que me encontraba, ¿Qué hacia aquí? ¿En qué momento me movió?Mi respiración se aceleró notablemente y el pánico se hizo presente cuando la puerta se abrió y una mujer canosa ingreso en la habitación. Me tapé lo más que pude con las sabanas y retrocedí en la cama pegándome lo mas posible al respaldo instalando distancia entre nosotras.–¿Q-quien eres? –pregunté mirand
ERIC–Bien ya que hemos avanzado con el estado de animo de la Luna, podemos hablar sobre lo ocurrido –habla Teresa–. ¿Qué opinas?Asiento sin prestarle mucha atención mientras me concentro en armar la bandeja de comida para mi mujer. Conversamos sobre ese tema, me explicó superficialmente que no podía retener comida y yo le explique lo que Isabella me había dicho sobre la marca.Así que quisimos intentar que volviera a comer ahora que estábamos juntos y su marca iba sanando.–Me parece bien, pero primero intentemos el tema de la comida –dejé un pote con fruta al lado del de arroz con carne–. Estoy más interesado en esto ahora mismo.–Me parece bien, mándame un mensaje cuando estén listos e iré a informarlos.–Bien –acepté tomando la bandeja y caminando fuera del casino del hospital.La gente al pasar me saluda con reverencias con la cabeza que respondía, este era mi pueblo, mi gente y agradecía lo hospitalarios que han sido con nosotros. A pesar de que muchos esperan que presente a So