Tenía que hablar con Nicolás. Debía sacar el valor y hablar sobre ello, sobre aquel tema que hemos pospuesto durante tantos años. Aarón no solo me hizo recordar mis mejores momentos con Nicolás, sino que también hizo que reafirmara mis sentimientos por él, aclarándolos de una forma que por fin pude entender.
Entendí porque me ponía nerviosa cuando estaba con él en algunas ocasiones, como me gustaba tanto observarlo hasta que me cansara o ya fuera tiempo para que se fuera. Entendí porque me enojaba verlo con una chica coqueteando.
Entendí muchas cosas y a todas ellas, por fin le encontré una solución. Después de clases, a la hora de almuerzo fui corriendo a la cafetería donde ya todos estaban comiendo y hablando. No hice fila para comprar mi almuerzo, después de todo, no tenía hambre y tampoco me dirigí a la mesa donde estaban mis amig
Todo en mi vida era un caos, uno maravilloso y que no quería que se fuera. Me sentía llena, viva y muy feliz... y esta vez sabía la razón. Era Nicolás, siempre fue él y jamás pensé que fuera él. Pero ahora lo sabía, y me gustaba aquella sensación. Esbocé una sonrisa y toqué su mejilla cuidadosamente para que no despertara, conocía todo de él, sus miedos, virtudes, metas, lo que era capaz de hacer por los que ama, sabía todo de él y verlo frente a mí, a centímetros de mi rostro dándome una completo análisis de sus facciones mientras duerme, hizo que recorriera con las yemas de los dedos sus pómulos, bajando hasta su barbilla y subiendo nuevamente hasta sus labios. Suspiré y me acerqué dándole un beso en la boca quien al sentir mis labios sobre los suyos correspondió el beso aun con l
Todo a mi alrededor había cambiado por completo, el poder del tiempo me abrumaba y aún más mientras pasaban las horas sin parar mientras todos me observaban, unos sin pudor y otros se giraban, pero aun así sentía sus miradas en mí, finalmente cuando acabaron mis clases, salí de literatura acompañada de María para dirigirnos a la cafetería. La verdad, me daba terror siquiera entrar allí. - ¿Quieres comer en la cafetería? O ¿te gustaría afuera? – pregonó en un susurro mi amiga pelinegra a mi lado. Me giré a verla y sonreí amablemente – Inevitablemente tendré que entrar – afirmé con una ceja levantada sonriéndole aún. - No si no quieres, conozco mejores lugares para comer. Solté un
Entré rápidamente en casa, encontrando de primeras a mi hermano con un sándwich en las manos, lo tomé dándole un mordisco lo bastante grande que hizo que alguien gruñera en desaprobación. Me giré a ver en dirección del sonido encontrando a mi madre, rodé los ojos y Aarón tomó el sándwich acercándose a mi oreja. - No pelees con ella, tendrá consecuencias – rápidamente se alejó subiendo las escaleras y caminé en dirección a donde mi madre se encontraba. - Hola, madre – afirmé cuando se hizo a un lado para que pasara a su despacho. Entré y me senté en el sofá de cuero – Isabella, ¿Dónde estuviste anoche? – preguntó rápidamente sentándose frente a su escritorio. - Aquí - No me mient
No sabía qué hacer con aquellos dos chicos, no entendía la razón de su pelea, pero tampoco iba a defenderlos a ninguno de los dos, ambos ya eran prácticamente adultos y tenían que aprender a solucionar sus problemas de bebés como gente civilizada y no como gorilas. Primero me encargué de que Dylan se sentara en el asiento trasero y ayudé a Nicolás en el del copiloto mientras manejaba en completo silencio. No sentía el aire tenso, pero si percibía el odio que se proferían en la oscuridad de la noche, así que opté por primero ir a casa de Dylan para dejarlo en su casa y allí limpiarle las heridas y encargarme de que se quedara en casa para no formar más problemas a la humanidad y menos a nosotros. Estacioné frente a su casa, según sus indicaciones fijándome en la familiaridad de ella, resultaba acogedora al verla, era mucho más pequeña
Entré al auto y conduje a mi casa en completo silencio mientras Nicolás veía a través de la ventana sin emitir ningún ruido, me sentía extraña ante el hecho de lo que recién había ocurrido. Había bastado que llegara la noche para que no nos dijéramos nada y solo fingiéramos estar solos con otras personas, pero no era así. Estaba conduciendo hacia mi casa con mi madre seguramente enfurecida y Aarón allí dentro para ver que voy a entrar a mi "novio" o "mejor amigo" completamente herido como si un autobús le hubiera caído encima. Suspiré exasperada y estacioné con rapidez apagando las luces sumiéndonos en la oscuridad. - ¿Por qué lo hiciste? – interrumpí el silencio mirando hacia el frente sin ánimos de verle a la cara. Cuando salí d
Con el paso del tiempo, el invierno llegó y con ello las vacaciones de navidad, lo cual significaba. Descanso. Sin embargo, todos los acontecimientos previos en el instituto donde nos involucraron a Dylan, Nicolás y yo, pronto se olvidaron hasta que los rumores cesaron y las calificaciones llegaron como un castigo para todos los estudiantes. - ¿Cómo te fue con química, Isabella? – preguntó rápidamente Danna llegando a mi casillero con una sonrisa en la cara debido a Eliot, quien supuse esperaba por ella en la entrada del instituto. Me encogí de hombros quitándole la mayor importancia – Nada nuevo, solo saqué un nueve – saqué varios libros para terminar de estudiar literatura y matemática dejando aún lado a mi amiga sonriente con sus típicas ensoñaciones. Cerré mi casillero al tiempo
Le había mentido de la peor manera, no me había considerado jamás una chica que engañara a sus seres queridos, pero había hecho eso con una de las personas que más quiero en toda mi vida y ahora estaba lejos. Y no podía hacer nada para evitarlo, inevitablemente se enteró y de la peor manera que lo pudo haber hecho, algo había salido mal, era seguro, pero jamás querré saberlo porque de igual forma ya no importa. Alguien tocó a la puerta y sin emitir ningún sonido de aprobación o desaprobación, segundos después entró Aarón con un plato de comida caliente. ¿Se puso a cocinar? ¿En verdad? - Mamá regresó. Dice que quiere hablar contigo – murmuró dejando el plato frente a mí en la cama. Lo miré y después al plato de comida, negué y me hundí más entre las sabanas sin importarme que quiera
No sabía a donde ir, Nicolás no estaba en casa y la ama de llaves dijo que había ido a casa de Nick, la verdad dudaba de que fuera cierto porque la mayoría de veces cuando decía aquello era solo una coartada para estar en otro lugar, sin embargo, fui porque tenía que arreglar las cosas y disipar el malgenio que emergía desde el interior de mi corazón, no entendía porque Aarón me dijo eso, casi como si estuviera diciendo que se iba, pero eso no podía ser cierto porque es mi hermano. Y los hermanos siempre están ahí, más si son como Aarón, un completo chicle muy celoso. Suspiré rendida y estacioné una calle antes de la casa de Nick para que Nicolás no me reconociera por el auto de Aarón y caminé el resto del camino fijándome en dos cosas. Primero, había mucha gente para ser las once de la noche y segundo, la calle estaba atestada de aut