Capítulo 324
Diana me pasó una servilleta mientras se reía.

—Cariño, has trabajado con Sebastián un buen rato, ¿cómo es que sigues siendo tan asustadiza?

—¿Soy yo la miedosa o es que tus ideas son demasiado descabelladas? —Agarré su brazo con seriedad—. Diana, ¡ni se te ocurra hacer tonterías!

—Te estoy tomando el pelo. Tranquila, mira lo nerviosa que te has puesto.

—Hay cosas que ni en broma se dicen. ¡Ni siquiera deberías pensarlas! —Mi tono fue firme.

Diana me dio un suave tirón en la mejilla.

—Lo sé, lo sé.

Los platos que Diana había pedido empezaron a llegar, llenando el salón privado con el delicioso aroma de la comida. Yo, con el estómago vacío después de un día de trabajo intenso, ya tenía un hambre feroz.

Diana me sirvió un camarón al ajillo y lo colocó en mi plato.

—¿Adivina a quién me encontré cuando entraba en el salón?

—¿A Ammy? —pregunté sin pensarlo mucho.

—¿Tú también la viste?

—Sí, nos topamos en la entrada del restaurante.

—Sebastián y su eterno amor... Si hubiera sabido que ella
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