- ¿Y si nunca encuentro un mejor amigo?- No tienes por qué, María Lua. Sucederá... Cuando menos te lo esperes. Y puede que nunca conozcas a alguien como Ben en tu vida. Pero aún tendrás a alguien en quien confiar y a quien contarle tus secretos más íntimos. Y no puede ser Theo... O incluso yo y tu padre.- Lo entiendo.- Y estoy tratando de entender el punto de que Ester y Robin Hood sean amantes. Ella es demasiado débil para él.- ¿En qué sentido?- Apellido, inteligencia, personalidad.- ¿Crees que Robin es tan importante? Si fuera inteligente, no habría robado la fórmula de Theo para salir adelante.- O intentar matar a Theo... Quizá tengas razón. Sólo quiero que te cuides. Después de todo, alguien quiere demostrar que nos está vigilando... Y tomando medidas. Creo que tu padre debería contratar a alguien para que os vigile a ti y a Theo.- ¿Un guardaespaldas? No, mamá... Por favor.- Heitor nunca te dejaría aquí sin seguridad. Ya lo sabéis.Suspiré, imaginando que volver a tocar a
El aire empezaba a escaparse de mis pulmones, pero no quería abandonar su boca por nada del mundo, como si lo necesitara para sobrevivir.Mis manos ya recorrían su espalda, levantando su camiseta y sintiendo los músculos, la piel como si estuviera ardiendo.Oímos un ruido y nos soltamos rápidamente. Theo se sentó en segundos y yo cogí un plato con la mano, fingiendo que estaba... No sé lo que estaba haciendo.Mi respiración se aceleraba visiblemente y me faltaba el aire. Como no apareció nadie en la cocina, me dirigí hacia la puerta, curiosa. Fluffy estaba tumbado en el pasillo, dormido. Big Cat estaba tumbado en el sofá, con cara de muerto. Aquel perro era la mismísima pereza.Me acerqué al pasillo y oí los sonidos que venían de la habitación de Theo. Y los conocía muy bien. Era la cama golpeándose contra la pared.M
Esperamos, intentando normalizar nuestra respiración. Pero no apareció nadie. O mejor dicho, Heitor y Babi ni siquiera salieron de la habitación.Me levanté, aturdida:- Vuelvo a mi habitación.- Pero... Acabamos de empezar.- Theo, no quiero que nos pillen nuestros padres así, bajo ningún concepto.- Yo tampoco -admitió Theo.Me acerqué a él, observando su rostro iluminado por los colores de la pantalla del televisor. Me incliné y le di un breve beso, sintiendo sus suaves labios. Luego toqué la punta de su nariz con la mía, como él solía hacer conmigo:- Buenas noches, Theo.- Buenas noches, mi amor. Estoy deseando que se vayan. - Él sonrió.- Nunca había deseado tanto que se fueran -revelé.Ya me iba cuando me cogió de la mano, haciéndome caer en su regazo. Me ech&eac
Cuando me desperté, me sentía mucho mejor que el día anterior. Me estiré, me duché tranquilamente y me peiné el pelo húmedo para dejarlo secar libremente.En cuanto abrí la puerta del dormitorio, percibí el fuerte aroma del café recién hecho e inhalé profundamente, sonriendo. Oí las voces de las personas que tanto quería procedentes de la cocina. Nada más entrar en la habitación, vi a Theo en la encimera, intentando organizarlo todo con la ayuda de Babi, mientras Heitor estaba sentado a la mesa, esperando el resultado del desayuno que ambos estaban preparando.Fui directa hacia mi padre, depositando un cálido beso en su mejilla y abrazándole por detrás.- Ah, lo que más echo de menos es este abrazo mañanero. - Sonrió.- Así que no me echas de menos en North B., ¿verdad? - bromeé.
- De todos modos, va al médico y se acabó -terminó Babi la conversación.- Pero puede ver a un médico aquí. Noriah Sur tiene buenos médicos. - Theo intentó hacerles cambiar de opinión.- Sólo iré si es a mi médico. - Heitor fue enfático y berrinchudo.Suspiré, sabiendo lo fuertes que eran todos allí.- Noriah Norte y Sur está muy cerca cuando se fleta un vuelo privado -explicó mi padre-. - Así que no te preocupes, volveremos pronto.- ¿Soy yo o las visitas frecuentes correrán por cuenta de María Lua? - Theo arqueó la ceja divertido.- En realidad, la próxima visita es por un cumpleaños. - Babi le miró con ternura.- No quiero ni acordarme... - Theo se llevó la mano a la cara. - Odio los cumpleaños.- Seguirás recibiendo la visita de pa
Todavía estábamos en el ascensor cuando Theo me cogió la mano y me miró el dedo vendado:- ¿Sientes algún dolor?- No. Los analgésicos hicieron efecto enseguida... Y con los antibióticos estoy seguro de que todo irá bien.- Los arañazos de la cara y el cuello aún son muy evidentes. - Me tocó suavemente.- Tu corte tampoco se ha curado todavía. - Le pasé el dedo por la herida de la frente.Theo se rió:- Si nos juntases a los dos, ¿haría un todo?- Eres mejor que yo.- Ah, sí, acaban de intentar matarme... Volqué el coche y acabé en el hospital, pero estoy mejor -se burló-.- Me mordió tu gato, que más bien es un Gremlin después de medianoche.La puerta del ascensor se abrió y nos dirigimos al piso:- ¿Qué es un Gremlin? -
Theo abrió la puerta y por fin nos separamos unos centímetros. Tiré de él por la cinturilla de sus pantalones, pasando mis dedos por el borde de la prenda sin prisa, sintiendo su cálida piel. Finalmente, mis dedos rodearon su espalda mientras le abrazaba.Sus ojos me miraban con un deseo, una dulzura y un amor que nunca había visto en mi vida.- Ya sé que no puedo acercar mis labios a los tuyos... sin que mi lengua esté dentro de tu boca... - Sonrió, acercando su cara.Tiré de él bajo el agua y entonces sentí cómo su lengua se apoderaba de la mía, exigente, salvaje, pero no menos que su mano, que empujaba mi cabeza hacia su cara, haciendo que nuestros labios escocieran por el violento contacto. Podía sentir sus dientes contra mis partes más sensibles, como si Theo realmente quisiera comerme para cenar.Hazme tu cena, Theo... La mejor cena de tod
- ¿Soy yo o nadie aguanta mucho? - me susurró Theo libertinamente al oído. - Oí que "yo" era demasiado rápido.- ¡No es culpa mía que hayas tardado nueve años en follarme! - intenté justificarme mientras me reía.Theo cerró la compuerta de la ducha y siguió abrazándome con fuerza mientras caminaba hacia la salida de la ducha, sin cambiar la posición en la que estábamos.- Oye... ¿Adónde vamos a ir así empapados? - pregunté, todavía agarrada a él con fuerza.- A mi cama, cielo.- ¿Me vas a esposar?- Tal vez... Si te portas bien -se burló.Me reí:- Aquí el que se porta bien eres tú.- ¿Crees que me porto bien? Pues voy a demostrarte que puedo comportarme en todas partes menos en la cama. Especialmente con la mujer que he a