El aire empezaba a escaparse de mis pulmones, pero no quería abandonar su boca por nada del mundo, como si lo necesitara para sobrevivir.
Mis manos ya recorrían su espalda, levantando su camiseta y sintiendo los músculos, la piel como si estuviera ardiendo.
Oímos un ruido y nos soltamos rápidamente. Theo se sentó en segundos y yo cogí un plato con la mano, fingiendo que estaba... No sé lo que estaba haciendo.
Mi respiración se aceleraba visiblemente y me faltaba el aire. Como no apareció nadie en la cocina, me dirigí hacia la puerta, curiosa. Fluffy estaba tumbado en el pasillo, dormido. Big Cat estaba tumbado en el sofá, con cara de muerto. Aquel perro era la mismísima pereza.
Me acerqué al pasillo y oí los sonidos que venían de la habitación de Theo. Y los conocía muy bien. Era la cama golpeándose contra la pared.
M
Esperamos, intentando normalizar nuestra respiración. Pero no apareció nadie. O mejor dicho, Heitor y Babi ni siquiera salieron de la habitación.Me levanté, aturdida:- Vuelvo a mi habitación.- Pero... Acabamos de empezar.- Theo, no quiero que nos pillen nuestros padres así, bajo ningún concepto.- Yo tampoco -admitió Theo.Me acerqué a él, observando su rostro iluminado por los colores de la pantalla del televisor. Me incliné y le di un breve beso, sintiendo sus suaves labios. Luego toqué la punta de su nariz con la mía, como él solía hacer conmigo:- Buenas noches, Theo.- Buenas noches, mi amor. Estoy deseando que se vayan. - Él sonrió.- Nunca había deseado tanto que se fueran -revelé.Ya me iba cuando me cogió de la mano, haciéndome caer en su regazo. Me ech&eac
Cuando me desperté, me sentía mucho mejor que el día anterior. Me estiré, me duché tranquilamente y me peiné el pelo húmedo para dejarlo secar libremente.En cuanto abrí la puerta del dormitorio, percibí el fuerte aroma del café recién hecho e inhalé profundamente, sonriendo. Oí las voces de las personas que tanto quería procedentes de la cocina. Nada más entrar en la habitación, vi a Theo en la encimera, intentando organizarlo todo con la ayuda de Babi, mientras Heitor estaba sentado a la mesa, esperando el resultado del desayuno que ambos estaban preparando.Fui directa hacia mi padre, depositando un cálido beso en su mejilla y abrazándole por detrás.- Ah, lo que más echo de menos es este abrazo mañanero. - Sonrió.- Así que no me echas de menos en North B., ¿verdad? - bromeé.
- De todos modos, va al médico y se acabó -terminó Babi la conversación.- Pero puede ver a un médico aquí. Noriah Sur tiene buenos médicos. - Theo intentó hacerles cambiar de opinión.- Sólo iré si es a mi médico. - Heitor fue enfático y berrinchudo.Suspiré, sabiendo lo fuertes que eran todos allí.- Noriah Norte y Sur está muy cerca cuando se fleta un vuelo privado -explicó mi padre-. - Así que no te preocupes, volveremos pronto.- ¿Soy yo o las visitas frecuentes correrán por cuenta de María Lua? - Theo arqueó la ceja divertido.- En realidad, la próxima visita es por un cumpleaños. - Babi le miró con ternura.- No quiero ni acordarme... - Theo se llevó la mano a la cara. - Odio los cumpleaños.- Seguirás recibiendo la visita de pa
Todavía estábamos en el ascensor cuando Theo me cogió la mano y me miró el dedo vendado:- ¿Sientes algún dolor?- No. Los analgésicos hicieron efecto enseguida... Y con los antibióticos estoy seguro de que todo irá bien.- Los arañazos de la cara y el cuello aún son muy evidentes. - Me tocó suavemente.- Tu corte tampoco se ha curado todavía. - Le pasé el dedo por la herida de la frente.Theo se rió:- Si nos juntases a los dos, ¿haría un todo?- Eres mejor que yo.- Ah, sí, acaban de intentar matarme... Volqué el coche y acabé en el hospital, pero estoy mejor -se burló-.- Me mordió tu gato, que más bien es un Gremlin después de medianoche.La puerta del ascensor se abrió y nos dirigimos al piso:- ¿Qué es un Gremlin? -
Theo abrió la puerta y por fin nos separamos unos centímetros. Tiré de él por la cinturilla de sus pantalones, pasando mis dedos por el borde de la prenda sin prisa, sintiendo su cálida piel. Finalmente, mis dedos rodearon su espalda mientras le abrazaba.Sus ojos me miraban con un deseo, una dulzura y un amor que nunca había visto en mi vida.- Ya sé que no puedo acercar mis labios a los tuyos... sin que mi lengua esté dentro de tu boca... - Sonrió, acercando su cara.Tiré de él bajo el agua y entonces sentí cómo su lengua se apoderaba de la mía, exigente, salvaje, pero no menos que su mano, que empujaba mi cabeza hacia su cara, haciendo que nuestros labios escocieran por el violento contacto. Podía sentir sus dientes contra mis partes más sensibles, como si Theo realmente quisiera comerme para cenar.Hazme tu cena, Theo... La mejor cena de tod
- ¿Soy yo o nadie aguanta mucho? - me susurró Theo libertinamente al oído. - Oí que "yo" era demasiado rápido.- ¡No es culpa mía que hayas tardado nueve años en follarme! - intenté justificarme mientras me reía.Theo cerró la compuerta de la ducha y siguió abrazándome con fuerza mientras caminaba hacia la salida de la ducha, sin cambiar la posición en la que estábamos.- Oye... ¿Adónde vamos a ir así empapados? - pregunté, todavía agarrada a él con fuerza.- A mi cama, cielo.- ¿Me vas a esposar?- Tal vez... Si te portas bien -se burló.Me reí:- Aquí el que se porta bien eres tú.- ¿Crees que me porto bien? Pues voy a demostrarte que puedo comportarme en todas partes menos en la cama. Especialmente con la mujer que he a
Sonreí, apartándome el pelo húmedo de la cara:- Saborearé cada centímetro de tu piel, mi amor... Como siempre he soñado.- Espero poder aguantar un rato... - Respiró hondo, cogió mi mano y la llevó hasta su polla completamente erecta.Llené su cuello de delicados mordiscos y chupadas. Ansiaba su cuerpo como el aire que necesitaba respirar. Cansada de su cuello, me deleité con su pecho suave y firme, bajando hasta su fabuloso abdomen. Su polla estaba erecta todo el tiempo, tocándome involuntariamente.Cuando llegué a su pene, me acomodé entre sus piernas, deleitándome con el espectáculo que tenía ante mí. Sin duda iba a tener la mejor mamada de mi vida. Y ningún sonido o situación externa iba a detenerme como la otra vez.Lamí tranquilamente su glande, saboreando el gusto del hombre que tanto habí
Me desperté con el sonido del teléfono móvil. Abrí los ojos y volví a cerrarlos por la luz que venía de la calle. Toqué la cama y no sentí la presencia de Theo. Me incorporé rápida y bruscamente, preocupada, al darme cuenta de que no estaba en la habitación.Se me aceleró el corazón cuando oí el sonido de la ducha que se abría en el cuarto de baño. Sonreí ante mi reacción al haber sido abandonada por él.No, Theo no me había dejado a la mañana siguiente. No tenía sexo y se iba, como otros hombres. Seguía allí.Me miré la venda del dedo, sintiendo un poco de dolor, segura de que estaba causado por la fuerza que había ejercido al sujetar el cabecero.Me fijé en las esposas que seguían sujetas a la cama, abiertas. Sonreí y esta vez junté ambas manos, s