- El cabrón ya ha contratado buenos abogados y lo ha puesto en los medios. Quiere el centro de atención y eso lo tengo muy claro. Voy a destruirlo... Convertirlo en vino tinto para sagú.
- Maldita la hora en que decidí involucrarme con Robin. - Me culpé a mí misma.
- No tiene sentido culparse. Tenemos que concentrarnos ahora en lo que Robin realmente quiere de nosotros.
- ¿Necesitas que vuelva, papá? - le pregunté.
- No quiero que vuelvas, Malu. Parece que ahora el mundo quiere manchar nuestra imagen. Quiero que estés protegida en Noriah del Sur, al menos hasta que resuelva todo esto. No creo que Robin quiera dinero, porque tiene suficiente. Así como sabe que no puede arrestarte por los cargos. Así que tenemos que entender lo que Giordano realmente quiere con esta mierda.
- ¿Prometes que nos harás saber lo que averigües sobre esto? - Pregunt&eacut
No pude contener la risa y lo siguiente que supe es que los dos estábamos encontrando algo divertido y pasándolo bien juntos después de años separados.- He echado de menos tu sonrisa -dijo Theo con seriedad-.- Siempre está aquí. Pero no todas las veces te la mereces. - Fui sincera.- Hmm... ¿Quieres decir que la sonrisa de María Lúa Casanova no es para todo el mundo?- Digamos que hoy la recibiste porque el aura mala se fue de tu casa -bromeé.Él suspiró:- ¡Eres cruel!- ¿Sabes lo que siento, Theo?- ¿Sabes lo que siento, Theo?- Si te casas con ella, nunca volveremos a ser Theo y Malú.- Pero "somos" Theo y Malu.- No... Ahora somos Theo y Malica. - Sonreí con tristeza. - Pero es tu elección y no la mía, ¿no?- Como ya he dicho, es una buena pers
- No existe.- Existe... Y debería llamarse María Lua Casanova.Volví a reír mientras Theo elegía una película y la ponía. En cuanto se sentó a mi lado, sentí el leve aroma de su perfume, que me trajo recuerdos muy vívidos.- ¿Tienes... ¿Tienes frío? - Me miró.- Un poco... - Mentí al notar que se me ponía la piel de gallina.Y no era la temperatura, era el recuerdo de su olor el día que nos besamos por primera vez. Me sonrojé sin darme cuenta. En cuanto me di cuenta, Theo me tapó con una manta, haciendo que Pussycat saltara al sofá y se tumbara a mi lado.- Perro maltratado. Y tú sigues hablando de mi gato -se quejó, mientras Gatão lo miraba, con la cabeza apoyada en mis piernas.Fluffy se acurrucó contra el respaldo del sofá, junto a la cabeza de Theo, disimula
Nos miramos fijamente y sentí que se me contraía el estómago. Mariposas en el estómago, como acababa de decir en la escena de la película. Sí, era como si revolotearan, incontables, volando en su interior.Observé su boca y nunca había deseado nada más que besarle en aquel momento. Tragué saliva, me humedecí los labios y me incorporé:- I... Tengo mucho sueño -mentí.- Pero... ¿No vas a ver la película hasta el final?- No... Terminaré durmiendo aquí si insisto en verla.- ¿Y qué tiene de malo dormir aquí?- Yo... Me voy a la cama.- ¿Y el dulce?- Como... Mañana. O de madrugada.Salí sin mirar atrás, oyendo a Big Cat saltar del sofá y unirse a mí. Abrí la puerta del dormitorio y cuando la cerré, apoyé mi cuerpo d&
- La mayoría de las veces no.Entrelacé mis dedos, envolviéndolos con fuerza.- I... Creo que ahora debería dormir. - Me tumbé, tapándome.Theo me alisó el pelo:- Voy a quedarme aquí... Hasta que te duermas.- No es necesario, Theo.- Quiero hacerlo, Maria Lua. - Fue tajante.Cerré los ojos y sentí sus dedos bajo las hebras de mi cabello. Aquel contacto me dio sueño... Mucho sueño. Sobre todo viniendo de Theo, con toda su ternura.El nerviosismo fue desapareciendo a medida que él enredaba sus dedos en mi pelo. Así que acabé durmiéndome, aunque sentía que las palabras acusadoras del sueño eran reales... Y tratando de entender lo que Theo y yo habíamos hablado unos minutos antes.Abrí los ojos y vi a Theo a mi lado, con la cara vuelta hacia mí, los ojos cerrados y
Después de aquella mañana interrumpida por la llamada de Ben, Theo y yo nos evitamos todo lo posible. Apenas nos hablábamos, ni siquiera en el trabajo.Málica, por su parte, volvió más tarde de lo esperado. Sabía que había hablado con Babi de mí, pero no sabía que yo estaba al corriente de lo ocurrido, pues le había pedido a mi madre que no me dijera nada.Resulta que, además de advertirme Ben sobre la arpía, mi madre me dio toda la información sobre la conversación, con una recomendación final:- ¡Malu, ten cuidado con esta mujer! O es muy tonta, o se lo está montando. Y en ambos casos, no es la persona adecuada para nuestro Theozinho. Para empezar, ella tiene el cinismo y la audacia de venir a hablar de mi hija.- No te preocupes, mamá. Si depende de mí, haré de su vida un infierno. - Sonreí con satisfa
Opté por ir al dormitorio, cerrar la puerta e ir al baño. Desde allí no oía nada. Hasta ahora sólo había oído una vez el ruido de la cama al chocar contra la pared. Y Theo me había prometido que no volvería a ocurrir.Pero allí estaban los dos, sin importarles que yo estuviera allí. Especialmente él, que había prometido no volver a hacerlo. Porque en el fondo de mí, me había dado cuenta de que podía sentir algo por él que no fuera sólo fraternal, el día que casi nos besamos en mi cama.Me había equivocado. Sacudí la cabeza, aturdida, sintiendo que las malditas lágrimas me traicionaban. Me estaba matando. Estar cerca de Theo era completamente destructivo para mi vida. Y la única razón por la que no me había convertido en polvo era porque él se había marchado cuatro años antes.
- ¿Theo? ¿Qué haces aquí? - Fingí que Theo me pillaba en el baño.Me temblaba la voz, porque acababa de llegar y había sido tan idiota como para llamar a Dimi Theo en el acto.- ¿Qué coño hace Theo en el baño contigo? Joder, ¿no llama a tu puerta? - Dimi estaba confuso y furioso.- Voy a arreglarlo con el gilipollas de mi hermano. Hasta luego, Dimi.Terminé la llamada y sentí que mi corazón latía con fuerza... Tan fuerte como la puerta de la habitación de Theo. Me levanté, me bajé el vestido y salí del baño rápidamente, preocupada.Abrí la puerta y sólo vi la habitación de Theo abierta. Entré y no había nadie. Sólo la puerta llena de cicatrices... Toda la habitación en penumbra... La cama deshecha... Y un par de esposas atadas a la cabecera.
- I... - No pude terminar.- ¿Qué mano usaste para tocarte? - Su voz era tan suave que asentí, confirmando que era la que él tenía.Entonces Theo hizo lo que nunca había imaginado. Se llevó mi mano a los labios y besó cada dedo, mirándome fijamente. Luego se metió el meñique en la boca, haciéndome sentir su saliva caliente, el frío en la boca del estómago destrozándome por completo. Su dedo anular ocupó la cavidad profunda, seguido del dedo corazón, el índice y el pulgar, que besó ligera y delicadamente.Me mordí los labios, sin saber qué hacer por primera vez en mi vida. Si hubiera sido cualquier otro hombre, lo habría tirado sobre la cama y le habría arrancado la ropa, dejándolo ir sólo después de haber tenido sexo innumerables veces. Pero era Theo... El maldito Theo... Y él