Nunca he sido el tipo de persona que huye de una pelea y prefiero llorar en mi habitación. Me sequé rápidamente las lágrimas y le puse la correa a Gato. Salí del dormitorio y me dirigí al salón, dándome cuenta de que los dos estaban discutiendo.
Pararon en cuanto me vieron. Mis ojos se dirigieron a las partes íntimas de Theo y me di cuenta de que tenía el botón del pantalón abierto y la cremallera a medio bajar... O no había tenido tiempo de bajarla del todo... O para subirla, una vez que había bajado lo suficiente.
No había forma de disimular aquella mirada de curiosidad por saber qué había pasado realmente en aquella habitación entre ellos dos. preguntó Málica, ahora menos dulce y amable:
- ¿Has deshecho la maleta? ¿O todavía esperas que lo haga? Ya es hora de que te des cuenta de que Theo y yo estamos
- Claro que lo juraba.Recordé lo mucho que le gustaba a Theo que Malica cocinara:- ¿Podría tu mujer enseñarme a hacer este pollo? Puedo pagar, ¡por supuesto!- No tienes por qué pagar. - Volvió a reírse. - A Madalena le encantaría enseñarle.- ¿Podemos concertar una cita entonces?- Tan pronto como quiera. Trabajo en días alternos. Hago turnos de 24 horas.- ¿Trabaja 24 horas seguidas? Eso es... Eso es horrible. Lo siento mucho. Deberías denunciarlo. Puedo ayudarte a hacerlo. Puede que no lo entiendas muy bien, Greg, pero lo que te están haciendo se llama "trabajo esclavo". Lo siento y te ayudaré, te lo prometo.Se rió:- No es trabajo esclavo. Me gusta lo que hago y aquí me pagan bien. Trabajo un día y descanso dos.- No es justo, Greg.El gran gato saltó, puso sus patas en
Abrí los ojos con la sensación de no haberlos cerrado en ningún momento de aquella noche. El golpe de la cama contra la pared duró poco y si Theo se corría tan rápido nunca me satisfaría como mujer. Siempre pensé que era débil, ya que ni siquiera sabía besar. Desde luego follaba como un idiota, besando y diciendo cosas bonitas al oído, haciendo que cualquier mujer perdiera la erección, con lo dulce y apasionado que debía ser. Por suerte me gustaban los hombres que decían obscenidades y me hacían correrme varias veces en una noche, y que sí hacían que la cama se golpeara contra la pared, pero durante horas en lugar de minutos.Siempre pensé que Dimitry estaba más bueno... Y bueno en la cama. E... Que realmente me gustaba.Ni siquiera recuerdo a qué hora me dormí. Pero Big Cat estaba feliz a mi lado, tanto que me lamió la boca. Sonreí y le dije:- Reza para que consigamos un vuelo pronto, Gatita. Ni siquiera sé si aceptan perros en los vuelos normales. Y no quiero tener que volver a ped
- No... No lo has sido. De hecho, has sido todo menos dura. Me pregunto si puedes... Ser duro. Después de todo... Han pasado menos de diez minutos. Me pregunto si... ¿No podrías levantarte? - Arqueé una ceja provocativa.- No vales nada, rayito de sol.- ¡"Estás lejos de ser mi sol"! ¿Recuerdas esa frase? Seguro que no, porque la dijiste y no me hiciste caso. ¿Crees que no tengo sentimientos? ¿Que aquí no late un corazón? - Me toqué el pecho. - Estoy harto de que me trates así.Theo se frotó la cara nerviosamente. Luego me agarró por los hombros y se acercó tanto que nuestras narices casi se tocaban. Nuestras miradas se quedaron fijas el uno en el otro y entonces preguntó:- ¿Qué quieres de mí? - Su voz era débil y casi suave. - Que... ¿Enloquecer?No dije nada. Cerré los ojos y apreté los labios, rezando interiormente a Dios para que me contuviera. La punta de su nariz tocó por fin la mía y lo sentí, tan cerca como no habíamos estado en mucho tiempo. Las manos de Theo recorrieron mi
Lo siguiente que recuerdo es que me estaba duchando por segunda vez en menos de una hora. Gran Gato me observaba a través de la ventana de cristal, pareciendo comprender lo que me estaba ocurriendo.Abrí la puerta de cristal y le invité a entrar:- Eh, Gran Gato, ¿te apetece una ducha?Me ignoró por completo, volvió la cara e hizo ademán de marcharse. Corrí y lo cogí de la correa, encerrándolo conmigo. Le quité el collar y lo metí en el agua caliente. Al principio se resistió. Pero luego se dio cuenta de que un baño no era tan malo. Sobre todo si lo bañaba con champús y cremas acondicionadoras de calidad.- Este champú hace que el pelo rubio sea menos amarillo y le da brillo... - Me pasé el líquido viscoso por el pelo y ya hacía unas burbujas enormes. - Nuestros colores son parecidos... La diferencia es que el m&iacut
Respiré hondo y miré hacia la pared de cristal que mostraba el soleado paisaje exterior. Podía estar en tantos sitios... Y mi elección era estar a su lado. Y por alguna razón, aunque sabía que debía irme, no podía. Era como si mis piernas se negaran a abandonar aquel lugar, aquel piso minúsculo, aquella vida tan llena de limitaciones.- ¿Qué quiere que haga hoy, jefe? - Sonreí, intentando calmarme.Tratar con Málica no iba a ser fácil. Ella se hacía la víctima y como a mí siempre me habían tachado de fuerte e insensible, estaba en desventaja. Era hora de contraatacar.- ¿Podemos sentarnos y te enseño el proyecto para vender maquillaje y cosméticos en farmacias y droguerías? - sugirió.- Por supuesto.Entramos en su despacho y empecé a escuchar sus ideas y los proyectos que ya hab&iac
- ¿Qué quieres decir, hija?- ¡Mamá, esa mujer es horrible!- ¿Por dentro o por fuera?- Por... ¿Dentro? - La duda se coló y no era por el "interior".- Malu, yo... No creo que Theo eligiera a una mala persona. Siempre ha sido tan centrado... El más maduro de nuestra casa.- ¿Alguna vez te ha enseñado una foto de ella?- ¡No!¿No? ¿Tanto tiempo con la chica y ni siquiera le ha enseñado una foto a nuestros padres?- Theo tiene un gato, mamá.- ¡Y tú llevaste ese perro enorme a su casa! ¿Cómo te va?- El gato es grosero. Le arañó el hocico a Big Cat.- ¿Y cómo se llama el gatito de Theo? ¿Cachorro? - Se rió.- Fluffy... Bueno, no es mono.Charlamos un rato y al final de la conversación yo estaba feliz, riendo sin motivo
- ¿Cómo que has perdido las llaves?Qué ingenua fui al pensar que el hecho de que perdiera las llaves significaría también que perdiera la memoria de dónde vivía Theo. Tal vez fuera mejor deshacerse de ella de una vez por todas para que me dejara en paz.Abrí la puerta del dormitorio y grité desesperadamente. Theo apareció detrás de mí mientras las lágrimas corrían inmediatamente por mis ojos.- Él... Se meó en mi bolsa de zapatos.Y yo que pensaba que Malica estuviera en el piso era lo peor que podía pasar. Suspiré, sintiendo el dolor de ver mis zapatos mojados con orina de perro.Theo fue a su maleta y sacó uno de los caros zapatos holográficos que me recordaban a "cuernos y suegra", uno de mis pares favoritos. Estaba mojado por dentro... Era el fin... La corta vida de mi exclusivo scarpin.Me arrodill
Me acerqué a Theo y tomé las flores de sus brazos, contemplándolas con una hermosa sonrisa.- ¿Quién es Hades?- El dios del infierno -respondí libertinamente.- ¿Quién es Hades? - Cambió el tono de voz, casi gritando, cada palabra deletreada lentamente.- Alguien que conocí por aquí.- Estás aquí... No lo suficiente como para haber conocido a alguien y haber recibido flores -afirmó-. - ¿Y cómo sabe que tú eres el rayo de sol?- ¿Cómo que ella es el "rayo de sol"? - Malica estaba confusa.- Sigo siendo el rayo de sol de alguien... - sonreí. - Recuerdo claramente una frase que oí: "Estás lejos de ser mi rayo de sol".- Lo dije con la boca -se defendió Theo.- ¿Qué coño está pasando aquí? - gritó Malica.- Me... Me v