Era mío desde

Abrí los ojos con la sensación de no haberlos cerrado en ningún momento de aquella noche. El golpe de la cama contra la pared duró poco y si Theo se corría tan rápido nunca me satisfaría como mujer. Siempre pensé que era débil, ya que ni siquiera sabía besar. Desde luego follaba como un idiota, besando y diciendo cosas bonitas al oído, haciendo que cualquier mujer perdiera la erección, con lo dulce y apasionado que debía ser. Por suerte me gustaban los hombres que decían obscenidades y me hacían correrme varias veces en una noche, y que sí hacían que la cama se golpeara contra la pared, pero durante horas en lugar de minutos.

Siempre pensé que Dimitry estaba más bueno... Y bueno en la cama. E... Que realmente me gustaba.

Ni siquiera recuerdo a qué hora me dormí. Pero Big Cat estaba feliz a mi lado, tanto que me lamió la boca. Sonreí y le dije:

- Reza para que consigamos un vuelo pronto, Gatita. Ni siquiera sé si aceptan perros en los vuelos normales. Y no quiero tener que volver a ped
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