Me enjugué las lágrimas, sintiendo que se me derretía el corazón:
- Sí, todo iba bien, hasta que mamá y yo íbamos por la calle y nos encontramos a un bebé llorando en un cubo de basura... - Me eché a reír.
- Vale, y decidieron recogerlo, ya que tenías muchas ganas de jugar con alguien. - Hizo una mueca.
- Recuerdo que lloraste cuando te dije que... Fui una mala hermana.
- Mamá siempre lo superaba. - Theo se encogió de hombros.
- ¿Te traumaticé?
- Un poco... Me encontré un bebé en el complejo de la papelera. - Se rió.
- Fui cruel. Pido disculpas.
- ¿Te disculpas? Eso sí que me impresiona. Lo bueno es que viniendo del cubo de la basura, siempre supe que no éramos hermanos de sangre. - Me guiñó un ojo.
- Theo, los diarios todavía existen. Y están en ma
Sonó su teléfono. Theo miró la pantalla:- Heitor Casanova... El dueño de todo el puto asunto. - Se echó a reír. - Seguro que quiere saber algo de la princesa de todo el puto asunto.- Dile que la princesa acaba de encontrar a su príncipe... De hecho, el heredero legítimo de todo el puto negocio. - Apoyé la espalda en la silla, riendo.Theo rió y respondió, explicando que yo estaba bien. Pronto Heitor quiso hablar conmigo, junto con Babi. Aquella preocupación que ambos tenían me dejó tan en deuda con ellos que no tenía forma de explicarlo. Se trataba de amor, de gratitud, de toda una vida... Lo que sentía por Heitor y Babi era grande. No era mayor que lo que sentía por su hijo, que a veces me asfixiaba, tan profundo era mi amor por Theo.Una vez terminada la llamada y tranquilizados y convencidos de que yo estaba bien, llegó el mom
No intercambiamos otro beso aparte de aquel impresionante. Volvimos al piso, concentrados en hablar de nuestras mascotas y de cómo les iba.Cuando entrábamos en el aparcamiento, sonó mi teléfono. Era un número desconocido.- ¿Señorita Maria Lua?- ¿Quién es? - pregunté, curiosa.- Gregório... O Greg, como me llamabas.- ¿Greg? - Sonreí. - Te echo de menos. ¿Puedes creer que el gato de Theo me mordió? Casi me muero.- Estaba allí esta mañana cuando el Sr. Theo te llevó al hospital. Y es exactamente por eso que te llamo: para ver si estás bien.- Sí, estoy bien. Por suerte no tuve que operarme y si todo va bien en quince días estaré como nueva.- Creo que es hora de que organicemos esa reunión entre tú y mis chicas.- No señorita, Greg. Llámame María Lua y ya está. Y sí, me muero por esta cita. ¿Y sabes lo primero que le voy a preguntar a María Gregoria?- No tengo ni idea...- Si alguna vez ha querido matarte por darle ese nombre. - Me reí.Oí su risa al otro lado de la línea y luego s
Me reí:- "¿El pequeño Theo?- Quería sacarle una sonrisa. - Me miró, orgulloso.- Disculpa aceptada.- Quería que cuando volvieras supieras lo bien recibido que eras aquí. Y Fluffy promete que te portarás bien a partir de ahora.- Y yo prometo no bañarlo. ¡Nunca más! - Levanté la mano.- La mano está incluso opaca junto a estos arañazos de aquí... - Me tocó la cara y luego el cuello, sin prisa.- Espera a ver los arañazos de su barriga... - bromeé, cerrando los ojos.Lentamente me alisó el cuello con su cálida mano, sus dedos llegaron a la parte posterior de mi oreja, provocando mi excitación.- Buenas noches, familia.Los dos volvimos la cara al mismo tiempo hacia Málica, que salía de la cocina con su delantal blanco, sin un solo rastro de suciedad, y una cuchara de madera en la mano. Llevaba unos zapatos negros en los pies y ni siquiera se le veía lo que llevaba debajo del delantal, de tan corto que era.- ¿Qué...? Estás... ¿Qué haces aquí? - preguntó Theo, atónito.- ¿Cómo que qué
Pero antes de que pudiera venir, fui a su encuentro y nos encontramos en el pasillo, los dos prácticamente corriendo el uno hacia el otro.- María Lua... ¿Va todo bien? - preguntó Theo preocupado.Observé a Malica justo detrás de él, desconcertada.- Theo, mira esto. - Le entregué mi móvil.En cuanto terminó de leerlo, me miró. Sus ojos se ensombrecieron y, además de furia, pude ver decepción:- ¿Cómo...? ¿Te has enterado?- Varios mensajes... Papá, mamá, Ben...- Theo, ¿qué ha pasado? - Malica tenía curiosidad.Me alcanzó el móvil, que ella empezó a leer inmediatamente.No me lo pensé dos veces y me acerqué a él, abrazándolo. Theo rodeó mi cuerpo con sus brazos y pude sentir su jadeo. Podía imaginar la decepci&oac
Tras un largo silencio y su certeza de que había ganado la pelea, Theo me preguntó:- ¿Qué piensas de todo esto, cariño?- ¿Qué te parece todo esto?- Robin... Y mi proyecto de nuevo en sus manos.- Creo que alguien lo traicionó... Y aún lo está haciendo. Y es alguien cercano a él. Tu proyecto le fue entregado, así como la fórmula, hace años.Theo me miró fijamente, sin decir una palabra.Malica suspiró antes de decir- Sabemos que eres un traidor, ya que estuviste con Robin y te quedaste con Dimitry al mismo tiempo...- Eso... Eso no es engañar. Se llama adulterio. - Traté de defenderme. - Nunca traicionaría a Theo... Nunca...- Tú misma has sugerido que es alguien cercano a él.- Podrías ser tú", acusé.- No conocía a Theo cuando rob
- ¡Mamá!- ¿Cómo te sientes, mi amor?- Bien... Bien.- Tu voz no suena bien.- Pero estoy bien.- ¿Qué va a hacer Theo con el gato?- No va a hacer nada. Creo que el problema fui yo y no el gato. No debería haberlo bañado.- Sí, no debería haberlo hecho. Pero el gato puede ser un problema. Tú misma te has quejado de él varias veces.- Pero... No es tan malo.- Justo ahora que te tiene en el hospital, ¿no es tan malo?- Mamá, estoy bien. Te juro que...- Te sugiero que alquiles un piso o compres uno. Incluso podría ser en el mismo edificio que el de Theo. Es hora de que tengas tu espacio, Malu.- No... No quiero.- ¿Has pensado en cuando vuelvas a Noriah Norte? Cuando te enviamos a Noriah Sur, fue para pasar unos días y no para vivir para siempre. Theo ya nos ha dejado. No pued
- Hice lo que acordamos, Maria Lua: rompí con ella. Ahora me siento libre para que finalmente podamos...- ¿Estar juntos?Asintió con la cabeza. Se acercó y me cogió la mano, que estaba vendada:- Te cuidaré cuando vuelva.- ¿Dónde te espero? - bromeé.- ¿Te he dicho que no vales nada, cielo?- Te lo he dicho... Mil veces. - Me reí.Theo me besó la mejilla:- Volveré en unos minutos.- Para alguien que ha esperado veinticuatro años, ¿qué son unos minutos?- Una eternidad", me susurró al oído, sonriendo. - Unos minutos siguen pareciéndome una eternidad.- Te quiero. - parpadeé.- ¿Puedes repetirlo? ¿Mil veces?- Sí... Cuando vuelvas. ¡Vete! - Le empujé fuera de la habitación, de mala gana.Por supuesto que no
El simple movimiento de abrir y cerrar la boca para hablar hizo que me picaran los labios. Podía ver cómo el enrojecimiento se apoderaba de mi cuerpo y no podía hacer nada para evitarlo, porque estaba atado a las putas esposas.- ¡Gato grande! ¡Eres un perro leal, sensible y protector de los Pirineos! ¡Ayúdame, maldita sea! - grité, en vano.Sabía que el gran perro estaba ciertamente tumbado, ocupando la mayor parte de mi cama, completamente perezoso. Apuesto a que incluso abrió sus grandes y brillantes ojos al oír su nombre, arqueando las orejas... y luego las bajó mientras cerraba los ojos y volvía a dormirse.- ¡Mimoso! Querido gatito... Puedo perdonarte... A cambio, sales por la ventana y llamas al conserje. Dile que estoy aquí, encerrado... Y que voy a morir, asfixiado, porque el aceite de cacahuete ya debe estar llegando a mi garganta.No hay se&ntil