- Papá, he venido a hacerte una pregunta.Babi encendió la luz con el mando a distancia, iluminando la habitación, los dos mirándome preocupados.- Hazlo, cariño.- ¿Es posible poner cámaras en los aseos del personal de North B.?- No, no es posible. Todos los sitios donde está autorizado tienen cámaras. Donde no las hay es porque no se pueden instalar.- ¿No se puede intervenir? Como... ¿Cambiar la ley?- No.- Tu padre no puede cambiar la ley. Él es sólo el CEO de North B - me recordó mi mamá.- ¡Y de Babilonia! - Heitor la miró. - Pero, ¿hay algún problema en el que pueda ayudarte?- No... Sólo quería saberlo.- No me gustaría saberlo de sopetón. - Babi se quedó pensativa.- I... Sólo tenía curiosidad. Leí un artículo sobre... acoso sexual en los baños de las empresas. Y me preguntaba... Si en el futuro el uso de cámaras no nos protegería de esto.- Los baños están separados en masculinos y femeninos. Y hay cámaras en todos los pasillos. Sabremos si ha entrado en uno de los aseos a
- Lo sé, Malu.- Nos encontraron de nuevo.Intenté mantener la calma. ¿Qué clase de gente hizo eso?- ¿Cuándo va a terminar, de todos modos? No tienen nada más que hacer... Soy un adulto. No los reconozco como mi familia. Y estoy en mi derecho.- De sus fotos filtradas en internet... Vinieron a nosotros.- ¿Por teléfono?- Sí.- ¿Con quién?- No sé con quién hablé. Ni siquiera estoy seguro de si tu abuela sigue viva. Pero puede que haya hablado con los hermanos de Salma, o sus hijos y demás.- ¿Qué es lo que quieren? ¿Obligarme a reunirme con ellos? No quiero, mamá. Estoy segura de ello.- Tu madre escribió toda su vida en diarios.- Tú... Dijiste algo al respecto. - Lo recuerdo.- Daniel fue el último en quedarse con ellos. Y afirmó haberlo quemado.- E...- El que llamó afirma tener los diarios.- ¿Y qué podría revelarse allí? ¿El nombre de mi padre? Porque siempre me has dicho que no sabes quién es.- No he leído todos los diarios. Ni siquiera Ben pudo. Daniel llegó a ellos primero
A pesar de todo, fui a trabajar. Ocupar mi mente con otros asuntos me haría olvidar lo que estaba ocurriendo. Al fin y al cabo, no tenía de qué preocuparme, ya que por el momento sólo lo sabíamos mis padres y yo.Aunque mis padres estaban en contra de mi decisión de pagar para ver qué hacía la familia de Salma, estuvieron de acuerdo. Heitor y Babi siempre han sido muy coherentes y han educado a sus hijos abiertamente y sobre la base del diálogo. Siempre que había asuntos que nos preocupaban a Theo y a mí, hablábamos hasta encontrar una solución buena para todos. En ese momento, cuando tenía 24 años, por supuesto la decisión final dependía de mí.Si salía en los medios de comunicación, yo sufriría. No sé si era tanto por mí, sino por ellos. Heitor nunca mereció lo que Salma le hizo. Yo ya no sentía nada por la mujer que me parió, aunque Babi intentó hacerme creer toda la vida que era una buena persona. Ahora que sabía la verdad, odio era la palabra que definía a mi familia biológica.M
- Ninguna barra de labios es totalmente duradera ni tiene el poder de mancharse siquiera.- He oído que Theo está trabajando en ello.- ¿Crees que podría hacerlo? He probado varias marcas y ninguna ha pasado la prueba del beso.- Sinceramente, creo que sí. Theo siempre ha sido muy dedicado a lo que se propone.- ¡Maldita sea! - Siguió intentando quitarse la marca roja que no salía.- Es sólo lápiz labial. Relájate, Ester.- ¿Qué tal estás? - Ella me miró, todavía obsesionada con quitar la mancha.- Pensando en quién era el hijo de puta que nos había grabado a Dimi y a mí.- ¿Por qué no me dijiste que tenías una aventura con tu primo? - Ester dejó por fin el móvil, mirándome fijamente.El camarero interrumpió nuestra conversación preguntándole qué iba a tomar. Ester pidió una bebida con poco alcohol.- No tengo por qué decirte con quién me acuesto. - Me encogí de hombros.- Pero mostré interés por él. Me sentí mal después de enterarme. Podía haberme ahorrado tirarle los tejos a Dimitry
- ¿Qué... ¿Estás haciendo aquí? - Su cara era de asombro.- No llevo bragas... - Abro las piernas - Bienvenido, príncipe de los ladrones.- ¿Estás...? ¿Estás borracho? - preguntó sin moverse.Me levanté y di unos pasos hacia él:- No sirvo para cornudo.- ¿Y tengo que ser cornudo?- Digamos que... Sí. - Le miré libertinamente, intentando transmitirle una seguridad que estaba lejos de sentir.Lo bueno era que, aunque estaba destruida por dentro, la gente siempre pensaba que era una roca, fuerte y sin corazón. Porque eso era exactamente lo que yo quería que pensaran de mí. Pero por dentro... Era un manojo de nervios y me sentía traicionada... No tanto por él, sino por ella.Las mujeres podían usar a los hombres, porque los hombres usaban a las mujeres. ¿Pero ser traicionado por un amigo? Ah, eso dolía más que los cuernos que me habían puesto en la cabeza.- ¿Dónde está Esther? - preguntó.- ¿Dónde diablos está?- ¿Qué le hiciste?- La maté con mis propias manos, la enterré y planté una
- Tu madre se enfadaría si oyera eso.- No sé cómo se las arregló para perdonar a Salma.- Eran amigas de toda la vida.- Papá, lo superaré. - Me levanté, forzando una sonrisa. - ¿Podemos tomar un café en el balcón?- Claro, solete. - Me guiñó un ojo y se fue.Cogí el móvil para ver las noticias. Pero no toqué la pantalla para desbloquearlo. Quizá hubiera sido mejor no leer lo que se escribía sobre mi familia. Los últimos días habían sido tensos y llenos de sorpresas.Me duché e intenté contener las lágrimas que no dejaban de asomar a mis ojos.- Eres María Lua Casanova. ¡Y no vas a llorar! - me repetí.Me vestí formalmente para ir a trabajar. No les contaría a mis padres la aventura de Ester y Robin. Al menos no ese día.Me lanzaría de cabeza a la pila de trabajo que North B. siempre tenía para mí y tal vez iría a Babylon por la noche a bailar y desestresarme con Ben. Y todo iría bien, como siempre.En cuanto llegué al balcón, oí conversaciones y me di cuenta de que mis padres no est
"He estado planeando todo esto durante tanto tiempo. Y ahora que ha ocurrido, me siento como un ser humano despreciable. Nunca me ha vuelto loco el dinero. Pero me he cansado de todo, especialmente de los imbéciles con los que me involucro. Parece que tengo un imán para atraer a hombres de mal carácter y sinvergüenzas. Esta misma semana conocí a un hombre mayor que parecía agradable. Hasta que llegué al motel y me di cuenta de que sólo quería satisfacerse a sí mismo. El muy cabrón estaba casado y por si no fuera suficiente la horrible noche que me hizo pasar, al final me humilló, tratándome como un objeto. Me dan asco y repugnancia los hombres como él.Pero Heitor... ¿Y mi jefe? Después de todo lo que hice para llegar a su despacho, nunca imaginé su desprecio por mí o por la persona que imaginaba que estaba allí.Sé que todas las mujeres darían lo que fuera por un buen polvo con el director general más conocido y solicitado del Norte de Noriah. Poco saben que ni siquiera besa en la bo
- Perdóname, por favor... - supliqué.- ¿Por qué pides perdón, sol? - Babi se arrodilló a mi lado, mirándome fijamente mientras me secaba las lágrimas.- He provocado un escándalo... En fin, Dimi y yo... - Miré a los chicos Perrone.- Todo ha terminado.- ¡No se acabó, mamá! No estaba pensando en ti... Sólo en mí... Y en mí...Ben me tapó la boca:- No necesitas los detalles, cereza.- Iba a decir mi... Satisfacción. - Me reí entre lágrimas.- Da igual que sean detalles, cariño. - Él también se rió.- Maria Lua, ¡está bien! - dijo Heitor.Me levanté y me alejé un poco de ellos:- Mamá, papá... Salma era horrible. Sólo me tuvo porque quería llevar una buena vida y utilizarte... para esto. - Miré a Heitor. - Ella destruyó vuestra relación...- No, Malu. Ella no lo sabía... Cuando se dio cuenta de que Heitor y yo estábamos liados, volvió. - Babi intentó justificarlo.- Pero ya era demasiado tarde. - Ben miró a Babi. - Ella ya había hecho toda la putada.- Pensaba que no habría problemas.