- Pero es difícil. Creo que tendré que irme a vivir con mi hermano a Alemania.- E... ¿Sabe de tu plan de mudarte con él?- No. Pero Diógenes nunca me negaría ayuda. Como Salma, siempre ha sido sensato.- ¿No te imaginas dónde pueden estar los diarios de Salma, que seguramente se llevaron Anya y Daltro?- No tengo la menor idea.- ¿Dónde está el bebé?- Debe estar por ahí.- ¿Por ahí? Él es... ¿No es tu pariente? ¿No te preocupas por él?- María, no podemos ocuparnos de todo en esta vida. Apenas puedo cuidar de mí misma... ¿Cómo esperas que me haga cargo de un niño que ni siquiera es mío?- Es sólo... Un bebé.- No es mi responsabilidad. Ni tuya.- ¿Dónde está la familia de este niño?- Sé tanto como tú. ¿Y quieres saber más? No voy a preguntar. A veces, cuanta menos información tengamos, mejor.- Sandro... Dime una cosa: ¿Salma era una buena hermana?- Sí. Era la mayor. Era la única persona que se preocupaba por mí... ...y de mis otros hermanos que ya habían nacido en esa época. Lueg
- Un loco plan cruzó por mi mente. Sabes cuando sólo tienes una salida y decides ir a por todas o nada?- Theo me dijo que no fue Robin quien provocó la paliza que me dieron.- Fueron ellos... - Miré la casa - Daltro, para ser más específico. Es el que dirige la "banda de Hernández".- El día que vino a mi casa supe que ocultaba algo. Pensé en decírselo a Theo.- Se lo dije a Robin.- ¿Por qué a Robin? - arrugó la frente, pensativo.- No estaba planeado. La primera vez que vine me quedé sin batería y me llamó... No tuve más remedio. Robin acabó llevándome lejos de este lugar. Y pensé que, como no tenía relación directa conmigo, no lo atacarían para chantajearme.- Pero fue atacado. Y acusó a mi padre.- Porque lo acusó de algo que no hizo. Por eso le pregunté tantas veces si realmente había visto a Robin cuando sucedió todo. Y aunque no lo viste, terminaste culpándolo.- Y usted, aún sabiendo que no fue él, no dijo la verdad.- No tuve elección, Dimi.- Acusamos a Robin injustamente.
Esta vez Daltro tuvo que llevar a su madre al médico. Dimi, por su parte, desapareció inmediatamente ante mi sugerencia. Le dejé claro que no debía preocuparse, ya que no había tenido intención de hacerle daño.Cuando Daltro regresó con su madre, yo estaba en el salón con las niñas y el bebé. Anya estaba apoyada en su hijo y tenía un enorme vendaje sobre el ojo. Lo bueno fue que cuando me miró, quizá sólo me asusté a medias.- ¡Pirata! - La señaló el bebé.- ¡Hablas, joder! - le fulminé con la mirada.- ¡Joder! - repitió-.- ¿Ahora vas a enseñarle a mi nieto a decir palabrotas? - gritó Anya, dando un portazo- Coge tus trastos y lárgate de esta casa ahora mismo.- No -me enfrenté a ella-.- ¡Fuera de aquí! Esta es mi casa. No albergaré a una mujer peligrosa como tú. Llevas años intentando matarme. Pero recuerda que después de mí, tendrás que deshacerte de tu tío. Y eso será lo peor, idiota. - Me señaló con el dedo.- No me iré. Tendrás que obligarme a salir de aquí.- Bueno, lo haré...
- Es el más joven. Estoy seguro de ello. - Dije - Te traeré una bebida.Tan pronto como salí de la habitación, le envié un mensaje a Ben:"Hora del plan"."Bien. Espera y organizaré todo"."Necesito una botella de buen whisky"."No te lo vas a beber, ¿verdad, cariño?""¡Es para la vieja!""La vieja no necesita buen whisky. Cogeré un poco de la peor calidad y mearé en él para que se lo beba todo. ¡Bastardo!""No sería mala idea... La parte de orinar"."Whisky estará allí en una hora.""¿Vendrá en helicóptero?". - Me reí para mis adentros."En coche de todos modos. Hemos montado un cuartel general cerca de allí"."¿Qué quieres decir?""El trabajo de Theozinho. ¿Te he dicho ya lo increíble que es este chico?".Sentí que el corazón se me aceleraba:"¿No está lejos de mí?""Nunca, cereza".Las lágrimas me nublaron la vista y se me cayó el móvil. Estaban allí, a mi lado, ¡en alguna parte!- ¡Malu, Malu! - gritó Kimberly - Moni había bañado al Gran Gato.Corrí al cuarto de baño y Monique est
Le entregué el whisky a Anya y no le pregunté las respuestas a sus preguntas, seguro de que en unas horas me las daría cuando ya no estuviera consciente.Pero, para mi desgracia, cerró la puerta por dentro en cuanto recibió la botella llena. Fui al dormitorio y acosté a las niñas, o mejor dicho, en el colchón del suelo. Querían oír un cuento antes de dormir, como el que les había contado Theo. Así que me vi obligado a contárselo, intentando suavizar lo que había sido un día difícil para ellas.En realidad, para ellos todos los días eran difíciles y una etapa superada, ya que seguían vivos en aquel horrible lugar.En cuanto vi que cerraban los ojos, con los labios aún en una sonrisa feliz, los tapé y me fui a la cama. Miré el móvil y me di cuenta de que Theo me estaba escuchando y sabía exactamente dónde me encontraba en ese momento. Sonreí y susurré:- Te quiero, Theo.Puse el aparato bajo la almohada y me fui a dormir.A la mañana siguiente, cuando me desperté, las niñas no estaban e
Llegó la noche y no había salido de mi habitación. Aunque el estómago me rugía y me pedía comida, seguía allí, en el mundo de Salma Hernández, desde que empezó a escribir todo lo que le pasaba en la vida. "De ninguna manera puedo decirle a mi mamá que el hombre que se la coge todas las noches me toca sin mi consentimiento. Y no sólo porque sé que no me creerá. Sino porque nunca está lo suficientemente sobria como para escucharme. Por eso decidí contárselo a Babi, mi mejor amiga. Y hoy, aunque me sentía avergonzada, he tenido el valor de compartir con ella lo repugnante y vergonzoso que era Breno. Babi me invitó a vivir con ella y Beatriz. Por supuesto, estaba preocupada por mí. Pero yo no podía aceptar, aunque realmente lo deseaba. Beatriz trabajaba tanto para mantenerlas a las dos. Yo sería un bocado de más. Por no hablar de que el hecho de que mi madre y Breno supieran que yo estaba cerca disgustaría a la madre de Babi y yo no quería hacerle a nadie la vida tan horrible como a mí.
- No... No creo que sea una de las únicas certezas de tu vida. Seguro que estás segura de que quieres a Heitor y a Babi. Y que quieres que su familia biológica pague por lo que hicieron. Y que quieres salvar a las dos niñas que te llevaste de aquí. Y que puede que no me quieras, pero te gusto.Bajé la cabeza, asombrada por sus palabras.- Y tengo algunas certezas sobre ti.- ¿Cuáles? - Me quedé mirándole, curiosa.- Que eres una chica fuerte. O mejor dicho, ya no eres una chica. Te has convertido en una mujer. Y que no tienes la culpa de nada... De absolutamente nada.- ¿Estás hablando de mi padre y de tu madre?- Sí.- ¿Quieres contarme lo que pasó?Suspiró y se dio la vuelta, sacando un mechero del bolso y encendiendo la base de la fondue. Nos puso dos platos, con las servilletas y los cubiertos adecuados. También había una copa de vino y dos de cristal en una caja, nunca usadas.- Blanco y suave. Traer la cerveza de barril aromatizada sería demasiado para mí. - Se echó a reír.Robi
Robin me cogió de la mano y me hizo sentarme de nuevo. La llama del fuego que calentaba el chocolate en la olla de la fondue iluminaba sus ojos, haciendo más inverosímil la revelación.- No sé si podré... - revelé.- Acabo de enterarme de todo esto, Malú. Y quiero compartirlo contigo... ...por favor. Necesitamos entender lo que realmente pasó.- ¿Theo sabe todo esto?- No. Esto es entre tú y yo.- Pero... Heitor también es su padre.- Estoy revelando todo esto porque eres tú, Malu. Tú no tendrías esta conversación con Theo, ¿entiendes? ¿Crees que no me avergüenzo de los hechos también? ¿Saber que mi madre vivió una vida queriendo vengarse de un hombre que la traicionó con cada mujer que se cruzó en su camino?- ¿Cómo... ¿Maura lo sabía todo?- Daniel prometió quedarse con mi tía después de conseguir el dinero del secuestro.- Pero no consiguió el dinero.- De hecho, nunca volvió después de arrancarte de sus brazos cuando aún eras un bebé.- E... - Yo le animé.- Esperó un tiempo. Y vo