- ¿Todavía piensas que fue una locura?- Pues sí... ¡Te acabas de tragar a nuestros hijos!Empezamos a reírnos y su comentario me pareció tan extraño que no tardé en echarme a reír. Incluso cuando intentaba hacerse el gracioso, Theo se mostraba inteligente y preocupado. Imaginé que tal vez le preocupaba de verdad que me hubiera tragado a nuestros posibles hijos. Y tardé un rato en contenerme. Entonces lloré... Sí, lloré de risa, como hacía tiempo que no lo hacía. Theo me hizo derramar lágrimas de alegre diversión.Pasaron quince días hasta que conseguí encontrarme de nuevo con Sandro. Quedamos en un café del centro de Noriah del Norte, cerca del aeropuerto. Esta vez me acompañó mi padre.En cuanto vi a Sandro entrar en el café, casi no le reconocí. Se había cortado el pelo y vestía más serio con ropa de diseño, el cambio se notaba incluso desde lejos.Sonreí cuando se acercó a mí. Nada más acercarnos, miró a Heitor y me ofreció la mano a modo de saludo. La rechacé y le di un afectuoso
Esperé nerviosa en la incómoda silla. Miré el reloj innumerables veces, ansiosa. Llegaba tarde. Hasta que lo vi, con su uniforme gris oscuro de presidiario, esposas en mano, caminando tranquilamente hacia mí.Cuando Hades se sentó en la silla frente a mí, separados los dos por un biombo, esbozó una sonrisa en la comisura de los labios:- ¿A qué debo el honor?- Hola... - dije torpemente.Lo hacía sin que nadie de mi familia lo supiera, porque sabía que no aceptarían que fuera a buscarlo después de todo lo que había pasado.- Si quieres saberlo, sigo pensando que fue Theo quien disparó a la anciana. - Él dijo.- Está demostrado que tú apretaste el gatillo, Hades, matando a Anya.Se rió, sacudiendo la cabeza:- Curioso, ¿verdad? Sandro mató a su padrastro. Yo maté a mi madre. ¿Alguien más de nuestra familia ha matado a algún pariente en el pasado?- Si los antepasados de los Hernández eran tan cabrones como éstos, creo que sí.Respiró hondo y preguntó con suavidad:- ¿Sabes algo de mi h
- ¿Lo juras?- Sí, tuvimos una charla sobre cómo se llamaría mi mujer una vez casada.- ¿Y cuál sería? - pregunté, curioso.- María Lua Casanova de Casanova.- Vaya... ¿Casanova al cuadrado?se rió:- Era broma. Puedes seguir cambiándote el apellido.- Prefiero Casanova de Casanova. - Le dije seriamente.- Tú iluminas mis días, sol.- Y tú eres la razón de toda mi felicidad, Theozinho. Y para que conste, quiero una casa con un patio grande para que podamos tener muchos perros y gatos.- ¿Cuándo la elegiremos?- En cuanto papá tenga el trasplante.- OK, trato hecho.Le abrí el botón del pantalón y Theo susurró, mirando a su alrededor:- Aquí no, loca.- Mamá y papá están durmiendo.- ¿Y crees que me sentiré igual si miran las imágenes de las cámaras?- No irán a buscar las imágenes para ver lo que hacemos lejos de ellos, Theo. - Me eché a reír.Theo se levantó de la tumbona y me cogió en brazos, sujetándome la espalda con un brazo y las piernas con el otro:- Vamos a jugar a tu habitac
Antes de llegar al salón, Theo me cogió la mano y me miró. Apreté sus dedos entre los míos, intentando darle confianza. Notaba lo nervioso que estaba.Nada más entrar, cogidos de la mano, vimos a Heitor y Bárbara con lo que imaginé que era el matrimonio Cesarini. Y para mi sorpresa, Malica no estaba con ellos.Por supuesto, sus ojos se dirigieron directamente a nuestras manos. Theo los saludó y, para mi sorpresa, me presentó como su prometida.La palabra "prometida" saliendo de su boca con tanta seguridad me hizo sentir algo completamente nuevo. ¿Era posible amarle aún más? ¿Podría haber felicidad más allá de la que ya existía junto a aquel hombre?Nos sentamos frente a Heitor y Bárbara, mientras la pareja se sentaba en el sofá lateral. El salón de la mansión era gigantesco, pero el aire aún parecía escaso en aquel momento.- Hemos venido a hablar del embarazo de Malica. - Dijo el hombre.- Confieso que he estado esperando alguna palabra suya al respecto durante los últimos meses. - c
- Ben es bueno en lo que hace. - Pero tú eres bueno en cualquier cosa que te propongas.- Sé muy bien cómo funciona Babilonia.- Aunque también hay cosas que hacer durante el día, es un trabajo mucho más nocturno y lo sabes. - Babi me lo recordó.- Haré algo durante el día. Pero no en el Norte B.- ¿Qué harás? - Heitor tenía curiosidad.- Quiero ser voluntaria en albergues para niños abandonados. Eso es todo por ahora... Pero se me ha pasado por la cabeza empezar la carrera de Trabajo Social.El silencio se cernió sobre la habitación y yo me preocupé un poco, reveladora:- Theo ya sabe todo esto. Y me apoya. Ha donado generosamente a organizaciones benéficas de Noriah Sur.- "No me impresiona tu decisión", reveló Heitor, "porque como ya te he dicho, haces bien todo lo que te propones, mi rayo de sol".Miré a Bárbara, queriendo saber su opinión.- No me impresionó tu decisión. Pero aun así, estoy muy, muy, muy orgullosa de ti. - Dijo sonriendo.- Cuántas "mentes", mi amor. - Heitor rió
- Confieso que ya había decidido llevar Simplicity a Noriah Norte y ponerme manos a la obra, basándome en nuestra conversación sobre el reparto de los consumidores de cada marca.- E... - Robin le animó a continuar.- Algunas cosas han cambiado entretanto. Y tuve una larga conversación con María Lua sobre lo que queríamos para nuestro futuro... ...juntos. - Theo me cogió de la mano y me miró antes de continuar- Tengo una propuesta que hacerte.- Adelante. - Robin parecía interesado.- Me haré cargo de North B. junto a mi padre...- Entonces véndenos Simplicity y todo arreglado. - Maura no dejó terminar a Theo, interrumpiéndole mientras daba un sorbo a su bebida.- ¿Qué harías con Simplicity? - Giordano es mil veces más grande que mi empresa. Es como comparar North B. con Perrone, por ejemplo. Aunque hay mercado de trabajo para todos, las multinacionales siempre concentrarán las mayores ventas y los clientes potenciales. La marca se vende sola, sin necesidad de marketing ni publicidad.
Miré a mi padre, que enfatizaba el "yo". Tenía claro que él, Heitor Casanova, no había matado a Daniel. Pero eso no garantizaba que él no fuera la persona que dio la orden de ejecución. ¿Pero quién era yo para juzgarlo?Si hubiera tenido un arma, habría disparado a Anya en cuanto la hubiera visto maltratar a las niñas y utilizarlas como esclavas en su propia casa. Con el tiempo me di cuenta de que odiar a la gente no era nada difícil. Pero cuando había niños de por medio, el sentimiento era mucho peor.Me tocaba el vientre, recordaba el aborto, el niño que ni siquiera sabía que existía, sólo me decían que ya no estaba dentro de mí. Era una sensación de tristeza, mezclada con dolor e impotencia. Imaginé lo que sería que te arrancaran de los brazos a tu bebé vivo de manos de un desconocido. Tal vez no hubiera forma de describir tanta ansiedad y miedo.Y precisamente por eso sentí una punzada de compasión por Maíra, aunque no se lo mereciera. Ella había dado a luz al "Bebé". Y aunque lo
Antes de entrar en el quirófano, Theo me cogió de la mano. Yo ya estaba en la camilla, preparado y acompañado por las enfermeras.- ¿No estás nerviosa? - Sus dedos acariciaron los míos.- No, estoy contenta. - Sonreí, sintiendo una tranquilidad inexplicable.- Sabes que cuando descubra la verdad, querrá comerse tu riñón. - Se rió.- Pero no puedes hacer eso, o no tendré ninguno. - Me uní a la broma.Theo bajó la cara y me besó en los labios:- No me iré ni un minuto. Y mis pensamientos y mi corazón estarán contigo.- ¿Podemos irnos ya? - preguntó una de las enfermeras, sonriendo-: Pronto te traeré de vuelta, sana y salva... De hecho, también estoy salvando una vida. - Miró a Theo.Asentí y caminó unos metros cuando Theo llegó corriendo:- ¡Un momento! - Dijo cogiéndome de la mano - Falta una cosa.- ¿Qué? - Arqueé una ceja, curiosa.Theo abrió mi mano y puso algo que no existía dentro de ella, luego la cerró. Sonreí, sabiendo exactamente lo que era.- Puedes quedarte con mi mariposa..