—¿Qué dices? —Lían preguntó deseando haber escuchado mal—. ¿Eres hija de ese maldito asesino? —Se paró del sofá con brusquedad y una mirada de odio que le apretó el pecho a Diana. Era la primera vez que lo veía reaccionar de esa manera.
—¿Cómo llamaste a mi padre? —Diana se levantó apretando los puños de la ira.
—Eso es lo que es, Diana; un asesino cruel que debió pudrirse en el infierno.
—¡Cuida tus palabras al referirte a mi padre! —La chica advirtió con lágrimas en los ojos.
—¡Cuidar mis palabras! —Negó con ironía—. Por culpa de tu padre los míos nunca conocieron a su primogénito. ¿Sabías que él envío a asesinar al tío Ulises? Sí, al padre de tu noviecito Dan. Mand&oa
La mañana lluviosa invitaba a quedarse en la cama. Diana dio vueltas dentro de su suave y gruesa colcha, abrió sus ojos lentamente y sonrió al ver las gotitas reflejadas en la ventana. Agradecía no haberla cubierto con las cortinas la noche anterior, así la lluvia fue lo primero en ver al despertarse. Se sentó en la cama y respiró profundo para no llorar. Los recuerdos del día previo la atacaron de repente y el dolor en el pecho era insoportable.—¿Por qué tuve que enamorarme de ti, Lían? ¡Soy una tonta! —Suspiró—. Fue lindomientras duró.Diana se quedó pensativa un rato recordando el extraño sueño que tuvo. A veces le daba la impresión de que Aleksandra y Andrey eran reales, pero si fuera así, ¿dónde estaban? ¿Debería decirle a Lían sobre sus sueños y visiones? Tembl&
—Alek, querida. ¿De dónde vienes? —Anastassya la abordó en el pasillo.—Estaba conociendo un poco el lugar; este hotel es increíble, pero es difícil comunicarme con las personas aquí.—Pero si hablas bien el inglés.—Creo que es el asunto del asentimiento, al parecer me acostumbré a la otra forma.Anastassya la miró con extrañeza.—Es decir, estoy acostumbrada a la forma de nuestro país —corrigió con nerviosismo.—Te entiendo querida, para mí todavía es difícil cuando viajo, pero ellos comprenden que somos extranjeros y tenemos diferentes costumbres. Por cierto —la miró con detenimiento y preocupación—, ¿todo está bien entre tú y Andrey? Es que están muy distanciados y extraños, por ejemplo,
—Quiero que duermas conmigo esta noche. —Su voz era suave y llena de necesidad. ¿Sería eso correcto? Él era el príncipe y ella una sirvienta, ¿cómo refutar sus deseos?—Mi señor, me causaría problemas con su futura esposa. —Ella hizo reverencia.—Ella no es mi futura esposa, no la voy a tomar en matrimonio. Tú serás mi concubina de ahora en adelante, solo tú estarás en mi lecho.Diana se despertó llena de melancolía y con lágrimas en sus ojos. Estaba tan arrepentida de haberse escapado con Dan. Todo estaría bien y ella no estuviera sufriendo por amor si ese día no se hubiera escapado con él.—¡Estás hermosa! —Anastassya la admiraba con emoción.—¿Este, entonces? —Diana preguntó hastiada,
La semana se fue volando. Diana tenía sentimientos encontrados: por una parte, estaba feliz de no sentirse la muñeca de Anastassya y tener que soportar todo el alboroto del vestido y las compras que según la señora faltaban; y por el otro, extrañaría ese hermoso y movido lugar donde pasó momentos inolvidables junto a Lían, quien la llevaba de paseo todos los días. Por lo menos tenía fotografías para recordar.Mes y medio después...—¡Me voy a volver loca! —La señora Anastassya corría de un lado a otro con nerviosismo—. Son demasiadas cosas sin terminar y solo falta una semana para la boda, menos mal que no hicimos una celebración tradicional, ya me hubiera dado un paro cardíaco —se quejó con dramatismo.—Mamá, estás exagerando. Deberías concentrarte en ir a recibir a t
—Alek, querida. —Anastassya la miró con una sonrisita mientras sostenía una taza de té—. Desde ahora en adelante puedes llamarme mamá. Yo siempre quise tener una niña, pero solo tuve un varón, mi Andrey. Las mujeres somos las poderosas, los chicos no tienen ninguna habilidad especial.Diana la miró con extrañeza ante su comentario, pero no le prestó mucha atención, pues sabía que ella no estaba en su sano juicio y a veces hablaba incoherencias. Diana admiraba aquel lugar con entusiasmo, era muy bonito y el ambiente agradable; decorado de blanco y rosa pálido con encajes alrededor, parecía una casa de muñeca. Había una chica morena que las asistía con todo tipo de pasabocas y postres, acompañados con un delicioso té.—Bien, querida. En unos días te casas y tendrás nuevas experiencias, una de
La boda se celebró en Burgas, pues todos los familiares y amigos se encontraban allá. Fue difícil saludar a todos como si lo conocieran cuando no tenían ni idea de quienes eran.—¡Hasta que por fin terminó! ¡Eso fue muy estresante! —Diana se quejó sentándose en la cama de golpe. Como el señor Georgie era dueño de una cadena de hoteles en aquella ciudad, el lujo de su habitación era lo de menos en su noche de bodas. La pareja no había reparado aún en los pétalos de rosas regados por todo el lugar que estaba alumbrado con las luces tenues de una hilera de velas aromáticas.Lían observó el cuarto con detenimiento ignorando las quejas de Diana y le llamó la atención la burbujeante sidra sobre una de las tantas mesitas de aquella inmensa y glamurosa habitación. Dulces, pasteles, pasabocas y diferentes tipos
Destello—Nada. —Odiel negó con pesar y Leela se sentó de golpe. Ya había perdido a un hijo y no estaba dispuesta a perder otro.Odiel había convocado una reunión con la familia de guardianes para buscar con sus joyas e intentar una vez más rastrear la cadena.—Lían, mi bebé. —Leela tapó su rostro con sus dos manos liberando esas lágrimas que no pudo retener más—. No puedo perder a mi hijo, Jing, nuestro niño.—Tigresa —besó su cabeza—, debemos ser fuertes, amor. —Trataba de tranquilizarla, pero él se estaba derrumbando por dentro.—Yo sentí un estruendo, por eso los reuní. —Odiel los miró a los cuatro—. No entiendo nada, esto no tiene sentido. Percibí que la joya se dividió y que hu
Lían observaba a Diana con una sonrisa en el rostro mientras ella dormía. Cada vez que recordaba lo que hicieron la noche anterior, sus vellos se erizaban y su corazón latía con agitación. Una felicidad extraña llenaba su ser, sin embargo, la preocupación de la consecuencia de su desliz lo estaba atormentando. ¿Qué pasará cuando llegue a Destello? ¿Qué le dirá a Odiel y a su familia? ¿Sería aquella noche considerada no real y se borraría lo que ellos compartieron, una vez regresaran? No, él no quería aquello. La amaba y anhelaba convertirla en su esposa. Pero se acostó con ella fuera de las reglas de los guardianes e incluso le había regalado su joya. Suspiró con profundidad y decidió darse un baño para relajarse.Diana se despertó con el cuerpo adolorido, pero muy relajada. Una sonrisa iluminaba