Madison
El ama de llaves me guía hasta el despacho del señor Burj, mi hermana se había olvidado de que me tenía en espera, así que me apuro al despacho ya luego hablaría con ella, intento arreglarme lo más que pueda, mi cabeza en cualquier momento estallaría. Tengo sentimientos y uno de ellos es el pánico, no recuerdo absolutamente nada de anoche….
La mujer mayor toca la puerta del despacho, espera autorización del señor Burj, mira mi incertidumbre.
―No te preocupes, el señor Burj te explicará todas tus dudas…―me acaricia el brazo para tranquilizar mis nervios.
―Es qué…―la voz del señor Burj evita que siga hablando, la señora abre la puerta y antes de entrar me detengo y la miro―Disculpa hace unos momentos atrás, no quería insinuar que era una tratante de blancas, es solo que no s
MadisonDos horas después, estoy sentada en el sillón de la habitación en la que he dormido, tengo una frazada de tejidos encima de mí, noto que tiene aun la etiqueta del precio, doy un sorbo a la taza de té que me ha traído el ama de llaves, después de haber llorado a mares abrazada a mi jefe, me pidió que descansara y me tranquilizara.―Dios mío…―susurro mientras miro por la gran ventana de la habitación. ―Eres una tonta Madison… ¿Cómo no te diste cuenta de la situación? Si, lo sé, tenías en la cabeza las palabras de tu hermana. ―me contesto a mí misma.―Le puede pasar a cualquiera―escucho la voz del señor Burj, tiene la mano en el picaporte y me mira desde el marco de la puerta. No digo nada más, solo hago un movimiento con mi cabeza, dándole la razón.―Gracias por acoge
Karim― ¡Tienes que entender que tu madre lo hace por algo! ¡Y vaya que no se ha equivocado! ―Edward exclama. ― ¿Qué hubiese pasado si no bajas del avión? ¿Crees que las cosas que dice tu madre son para cagarte la existencia? ¡Ella sabe lo que está pasando!―Deja de meterte en mis asuntos, Wilson. Solo eres el perro faldero de mi madre, a mí no me vas a manipular.Las manos de Wilson caen a sus costados, derrotado, suelta un suspiro, miro hacia Madison.―Por algo bajé del avión. ―ella mira hacia nosotros.― ¿Por algo? ¿O por alguien? ―regreso mi mirada a Wilson.―Tuve una llamada de emergencia, pero antes, pusieron trabas para despegar, estuve casi dos horas en espera. Eso lo podrás leer y confirmar en el reporte de mi personal de seguridad.―No necesito saber eso, solo vine a confirmar que estás vivo y
KarimSábado por la noche...La gente llena el lugar, la música suena de fondo, mi madre está a mi lado dando la bienvenida y yo recibiendo las felicitaciones por mi cumpleaños. Miro de nuevo hacia la entrada principal esperando ver a Madison, la seguridad de ella me había informado hace más de cinco minutos que había salido ya en su auto, se había negado que mi chófer pasara por ella.―Hay mucha gente―murmura mi madre. Miro hacia ella y entrecierro mis ojos.―Tu los invitaste, ¿Recuerdas? ―miro hacia la entrada de nuevo.―Vaya, estás ansioso, supongo que tu invitada no ha llegado aún―dice mi madre, sé que está curiosa, pero no me importa en absoluto lo que piense, sé cómo es mi madre.―No tarda en llegar―miro el reloj de mi muñeca. Cuando levanto mi mira
Madison Mi cuerpo tiembla mientras avanzamos al interior del salón, de pie ante las dos grandes puertas se encuentra la madre del señor Burj y la señorita Nelly Clyde, ambas, me miran de pies a cabeza. ―Buenas noches, eres… ¿Señorita Green? ―pregunta atónita la señora Clark al darse cuenta de que soy yo, llevándose una mano a su pecho de la impresión, la señorita Clyde arquea una ceja y tuerce los labios llenos de colágeno. ―Si, soy yo, señora Clark―el señor Burj, tira de mi para esquivarlas y entrar al gran salón, estoy impresionada con todo el lujo del cual adorna por ser el cumpleaños del señor Burj estilo francés. ―No dejes que nadie opaque esta noche, Madison―levanto la mirada hacia él, por primera vez que estoy trabajando para él, es que lo miro relajado, hasta podría decir que le divierte hacer enfurecer a su madre. ―Si, señor Burj―el agarre de ambos desaparece cuando se pone frente a mí, levanto mi rostr
MadisonDespués de lo de los servicios, intento mostrarme indiferente, aquí no ha pasado nada, me repito como un mantra, regreso al salón, pero aun mi corazón no deja de hacer “pum, pum” frenéticamente. Mientras camino de regreso a la mesa, puedo ver a la señora Clark dirigirse hacia mí, lista para decirme unas cuantas palabras, maldigo dentro de mí, ¿Qué no se cansa de hacerme la vida de cuadritos? Me detengo cuando llega a un metro de distancia obviamente con la intención de hablar conmigo. ¿Y la esquivas, Madison?―Veo que se ha salido con la suya, señorita Green. ―arquea una ceja y me da un repaso descarado.―Yo solo cumplo ordenes del señor Burj. ―regreso la piedra.―Pudiste haberte negado. ―espeta furiosa, estoy a punto de poner mis ojos en blanco y soltar un suspiro de cansancio.―Lo hice, señora
MadisonY esas palabras hacen que me congele por un momento, sus ojos oscuros me miran de esa manera extraña, mi cuerpo quiere lanzarse encima de él, rodearlo por el cuello y luego besarle hasta que mi aire se agote. Pero recuerdo que sigue siendo mi jefe y que su intención de irse de su propia fiesta es absurda, solo soy una empleada de tantas en su empresa.Me suelto de su agarre, intento controlar esas sensaciones que provoca hacer cosas que no debo.―Claro que tiene importancia, como soy una empleada de tantas en su empresa, es obvio que debe de temer por la información que pueda salir de mi boca…―intento retroceder para marcar distancia entre los dos, él me mira detenidamente y con ambas cejas levantadas por lo que he dicho, después se pasa ambas manos por su rostro, como si estuviese frustrado.―Sube al auto. ―se gira impaciente y me señala el asiento trasero de l
MadisonEstoy esperando a que diga lo que tengo que hacer. Pero él se queda en silencio absoluto, ¿Podría haberse arrepentido de haberme pedido ayuda? Vaya, Madison, debe de pensar que quizás no funcione contigo.―Tienes que saber cosas de mí, que solamente la familia sabe, si estamos comprometidos, quiere decir que es por algo, es por amor, y si es por amor, tienes que saber cosas de mí y así el sabrá que esto es real.―…pero no será real. ―digo.―Ante él y el mundo lo serás.―…solo durante una semana. ―replico.―Si, solo durante la semana. Sé que puedo convencerlo de que no es necesario que tenga que cumplir sus costumbres, una de esas es buscar una esposa entre sus aliados. ―abro mis ojos un poco más al escucharlo.― ¿Aun a sus recién treinta cinco años pueden buscarle una espo
KarimCamino de un lado a otro, miro de nuevo el reloj, son las tres de la madrugada, de nuevo ese ataque de ansiedad por la pesadilla, ¿Cuándo será el día que podré dormir tranquilo? Me paseo de nuevo, tengo la in tención de ir caminar o ir al gimnasio a correr, pero sé que, si lo hago, no estaré el cien por ciento para el día de mañana en las compras. Me dejo caer en mi sillón frente a la gran ventana que abarca de pared a pared y de suelo a techo. Miro hacia el gran jardín, que está iluminado por unas lámparas al ras del césped. Intento distraerme...y entonces escucho ruido. Me vuelvo hacia la puerta de mi habitación, otra vez otro ruido. Entonces camino hasta la puerta, la abro y me asomo por el gran pasillo, veo una sombra, entonces me alerto. El corazón se me acelera, ¿Han burlado mi seguridad? voy hacia mi cama y d