Madison
Mi llanto cesa, me siento una tonta, intento separarme, pero Karim ejerce más fuerza.
—Creo que es mejor que me retire. Yo solo…yo…—balbuceo, Karim se separa un poco, baja su mirada hacia mí, atrapa mi rostro con sus dos manos, me mira detenidamente, puedo ver que se debate. Estoy a punto de hablar, pero él presiona suavemente con un dedo mis labios para que no hable.
—Tenemos que hablar. —esas dos palabras me alertan, la frialdad con la que me mira me da un escalofrío.
Me separo de él, Karim pone distancia entre los dos, me ofrece que tome lugar en un sillón. Lo hago, esperando a que hable, se acerca al mueble de las bebidas y se sirve.
—¿De que es lo que quieres hablar? —mi ansiedad crece. Karim toma un largo trago, luego se gira hacia mí en silencio y en el mismo lugar.
—Lo que tuvimos&hell
MadisonLas puertas del elevador se abren, he llegado al lobby, mis zapatillas suenan contra el mármol como espejo, tomo aire discretamente, mi corazón late acelerado, lo que acabo de hacer, ha sido…—Señorita Green. —escucho a mi espalda, me vuelvo por un momento y es Josef.Me detengo, estoy a unos cuantos pasos para cruzar las puertas dobles de cristal. Aprieto el cordón de mi bolsa.—¿Qué pasa, Josef? —Josef se acerca y hace una inclinación breve.—Las llaves del auto…—extiende las llaves, arrugo mi entrecejo. —El señor Karim dice que es suyo.—Josef, no voy a aceptar nada del señor Burj, es más, puedes decirle que se quede con mi liquidación, pero como he renunciado yo misma, que se quede con lo que me corresponde, no me importa.Una sonrisa aparece en sus labios
MadisonEstoy cruzando la acera para llegar al edificio de espejos, esta misma mañana había enviado solicitudes en línea a varias empresas con vacantes; antes de salir del departamento, Exportadora Asad-Bakri, había llamado para una entrevista inmediata. Entro al lobby, me sorprende al ver tanta elegancia en un mismo espacio, tiene techos altos con tragaluces en distintos puntos, en el centro del lobby se encuentra una gran lampara colgante, en forma de diamante, que al menor movimiento y con los destellos de los tragaluces, brillan. Estoy con mi maletín en mano, mirando impresionada el hermoso paisaje sobre mí.—¿Señorita Green? —bajo la mirada para ver a la persona que me ha llamado, me doy cuenta de que es una hermosa mujer, cabello rubio, entallada en un conjunto ejecutivo en color rojo sangre, su sonrisa perfecta de anuncio de pasta de dientes, aparece en todo su esp
Karim Estoy en la parte de atrás de mi auto blindado, desde aquí estoy viendo como Madison sale del edificio de Asad.—La señorita Green…—interrumpo a Mohammed .—Lo estoy viendo yo mismo. —Ella luce radiante, luce tranquila… ¿Cómo es que puede estar así? Yo no he dormido bien desde que me desafió al renunciar ella misma de mi empresa, desde que tuve que dejarla ir, ¿Acaso Asad le ha dado trabajo? ¿Cómo es que Madison ha llegado aquí? Veo como Madison levanta su mano para detener un taxi. Sube y el taxi se mete entre el tráfico.—¿Vamos a seguirla? —pregunta curioso, Mohammed.—No. No es necesario en este momento, espera aquí. —Bajo del auto blindado, entro al edificio de Asad, la intriga me carcome por dentro, ¿Por qué Madison a llegado ha
MadisonSubo al elevador toda temblorosa, las puertas se cierran, presiono el botón del piso de recursos humanos.—Calma, Madison. Calma…tienes qué…—las lágrimas se asoman e inmediatamente con los pulgares las barro, cierro los ojos e intento tranquilizarme, mi corazón late desbocado, ha sido una sorpresa ver a Karim en la empresa de la competencia.Las puertas se abren, me concentro en encontrar la oficina donde tengo que entregar mi documentación, una mujer rubia, alta, en un conjunto ejecutivo, color blanco y de corte elegante, me sonríe amablemente.—Pasa, Madison, bienvenida. El señor Asad, me ha informado que ya tiene el reemplazo para el puesto de secretaria de presidencia. —la mujer me señala la silla frente a su escritorio, le entrego la carpeta con la documentación ahora si completa.—Si. —le sonr
Karim Marco el número de Madison, el reporte que me han dado hace unos momentos me hacen querer arrancarme la cabeza de la incertidumbre. ¿Qué tiene que hacer Madison en el hospital? Estoy a punto de ir personalmente y averiguar esa respuesta por mi mismo.—¿Por qué nadie puede darme más información? —le digo a Josef, mi jefe de seguridad.—Están averiguando, señor Burj.—¡Qué sean más rápidos! —golpeo la superficie de mi escritorio, después de mi visita en empresas de Asad, había regresado a la empresa con un dolor de cabeza después de mi ataque de ansiedad.Josef llama desde su móvil intentando encontrar la respuesta a mi pregunta. Después de unos momentos, cuelga.—Señor Burj…—lo interrumpo ansioso.—Dilo, dilo, &iqu
Madison—¿Estás segura? —pregunta mi hermana Giorgia de nuevo, ahora cuando me mira agarrar mi cartera y mi abrigo.—Si, tiene que saber que será padre, aunque no estemos en los buenos términos, tiene que saberlo.—Me parece perfecto que tomes esa decisión, sabes que cuentas conmigo. ¡Me emociona saber que seré tía! —me abraza antes de que salga por la puerta.Bajo los escalones, me acerco a la acera en espera del taxi que he llamado, miro el reloj ansiosa, cuando levanto la mirada, una gran camioneta blindada y negra se detiene frente a mí.Por un momento creo que podría ser Karim, pero para mi sorpresa…es Farid Asad.—¿Señor Asad? —pregunto sorprendida. ¿Cómo sabe dónde vivo? Él baja, mira alrededor por un momento, luego se encamina hasta mí.
MadisonKarim se queda inmóvil al escuchar esas dos palabras. Apenas ha parpadeado.—También para mí fue una gran sorpresa, ayer me he enterado, voy a tener a nuestro hijo, no me importa que no estés a nuestro lado.—¿E-E-Embarazada? —tartamudea. Sus ojos se abren aún más, luego su entrecejo se arruga, sus ojos suben y bajan a mi vientre, bueno, que me he dado cuenta de que el pantalón que llevo puesto, apenas me ha cerrado dos botones, tiro de la orilla de mi blusa. Bueno, ya lo he dicho. No pienso negarle esta noticia a Karim, por más que lo ame y me haya alejado de su vida, tiene que saber que será padre.—M-Muy embarazada. —digo un poco nerviosa, intentando aligerar el momento, su cuerpo se tensa, sé que debe de pensar miles de cosas. —Bueno, solo quiero que sepas que…—corta la distancia en un pas
Madison“Señora Amin al-Husayni”Esas palabras hacen ruido dentro de mi cabeza. El cuerpo de Karim me brinda esa calidez que solamente con él he experimentado. Cierro los ojos y disfruto. No quiero pensar en nada más, solo en nosotros y en el presente.—Vamos a casa. —susurra cuando se inclina cerca de oído.Me separo poco a poco de él, levanto mi mano y acaricio la barba ya algo abultada, le acaricio con las yemas de mis dedos, Karim sonríe.—Ha crecido. —Karim afirma mis palabras.—Vamos a casa, Habibi. —mi mirada se encuentra con la suya al mismo tiempo que dejo de acariciar.—Tenemos que hablar, Karim. —él asiente.—Hablaremos en casa, por el momento es el lugar más seguro aparte de mi empresa.—Eso quiere decir que realmente algo pasa. ¿No? —&eacu