Evelyn Peterson
Mis dedos se deslizaron por mi rostro para desvanecer la crema que suelo usar en las noches antes de dormir, tenía mi moño en lo alto todo desbaratado, mi bata estaba abierta dejando a la vista mi conjunto de lencería sencilla en color negro, mi mirada se quedó fija en mi abdomen, podía ver un poquito de lonjita, eso no me sorprendió para nada, no había hecho ejercicio desde unos días antes del accidente, mis dedos acariciaron ese pequeño extra en mí, levanté la mirada al espejo y con cuidado retiré la férula de plástico, los motes del golpe alrededor de mi rostro estaban desapareciendo, el maquillaje hacía buen trabajo escondiéndolo. Escuché el teléfono inalámbrico de mi habitación, por un momento me sorprendió escucharlo, salí del baño y lo alcancé en la mesa de noche.
— ¿Si? —contesté.
—Señorita Peterson, tiene visita. —miré el reloj que estaba al lado de la base del teléfono, eran pasa
Jack BrooksEl corazón me latió más rápido al escuchar esas palabras salir de su boca, sus ojos marrones no dejaron de mirarme. Estaba decidida a terminar lo que estaba empezando a fluir entre los dos, ¿Lo arruinaré por unos celos y la desconfianza? Presioné mis labios, tenía que aprender a confiar, tenía que quitarme de la cabeza que Evelyn podría ser la amante de mi padre, estrangular esa voz de mi madre dentro de mi cabeza de nuevo.—Lo siento. —dije de nuevo esa palabra, no sé cuántas veces tenía que decir, esperaba que fuese la última vez que metía la pata con ella. Miré a mi padre que estaba a cierta distancia detrás de ella. —Lo siento, padre. No sé qué es lo que me ha pasado…—me pasé una mano por mi cabello, tomé aire y lo solt&eacu
Evelyn Peterson —Vaya, pensé que nunca te veríamos. —Orson se quejó cuando dejó un beso en mi mejilla, luego tomó mi mano y tiró de mí para pasar su brazo por encima de mi hombro para pegarme a su costado. —Tengo mucho trabajo últimamente. —me llevó hasta la cocina, al abrir la puerta, Chase apareció con el mandil que suele usar para cocinar. Sonrió al verme, abrió sus brazos para que lo abrazara. —Hola, buenas noches, Evelyn. —cortó la distancia Chase y me plantó un beso contra mis labios, intenté no mostrar mi incomodidad, estiré mi cuello para oler lo que estaba cocinándose en la olla de barro. — ¿Cómo están? ¡Es tu estofado! huele delicioso. —Chase sabía cocinar y esa comida era una de mis favoritas, tenía muy buen sazón. Orson me sirvió una copa de vino, me dije a mi misma que solo sería una copa ya que tenía que manejar de regreso a mi piso. Me senté en el banquillo de la isla de granito, di
Jack BrooksMiré a Evelyn empezando a recoger sus pertenencias, miró hacia la entrada y me encontré debajo del marco de su puerta.― ¿Ya te vas? ―pregunté curioso. Ella asintió mordiéndose el labio.―Iba a tu oficina para decirte que antes de ir al ático haré una parada, así qué…―detuvo sus palabras al bajar su mirada a mi maletín y a mi americana que tenía sobre un hombro. ― ¿También te marchas? ―asentí lentamente.―Tengo que hacer una parada también, ―no sabía si preguntar si nos veríamos esta noche, ella leyó mi mente al parecer.―Tendremos el fin de semana para nosotros, así qué…―detuvo sus palabras y asentí en señal de estar de acuerdo.―Sí, está bien, tendremos dos días para nosotro
Evelyn Peterson Intenté controlar mis tontos celos y esos pensamientos imaginando cosas que me hacían enfurecer, me crucé de brazos y seguí mirando el panorama nocturno de la ciudad desde la ventana de la sala de mi ático. Miré de nuevo el reloj que colgaba en una de las paredes de mi sala, “11:36 pm”, entonces decido irme a la cama, miré de nuevo la pantalla de mi celular mientras subí las escaleras, pero no había ni mensaje, ni llamada. Me lavé la boca y luego cepillé mi cabello, el celular sonó cuando salí del baño, al tomarlo, vi en la pantalla la letra “H”, era él. Dudé por un momento en si contestar, pero podría ser una emergencia, así que contesté. Evelyn Peterson. ―dije en un tono serio, pero no escuché una respuesta del otro lado, solo una respiración agitada y un… ¿Era un sollozo? ― ¿Jack? ¿Jack? ―me alerté. ―Evelyn…―se escuchó su voz quebrada. ―Estoy en el hospital central, ―su respiración se a
Jack BrooksMe cambié de camisa. Cuando me abroché él último botón, noté a Evelyn callada, me volví a ella y ella estaba mirando entre sus manos la mancha de sangre impregnada en la tela.― ¿Evelyn? ―la llamé, ella levantó la mirada de manera rápida.―Lo siento, es solo que…―su voz se quebró por un momento. ―Al llegar te vi así y…―se refirió a la camisa. ―…temí que estuvieses herido o algo... ―me acerqué a ella, levantó sus ojos hacia a mí, puse su mechón de cabello detrás de su oreja, luego mi dedo acarició su lóbulo, ella hizo bola la camisa en sus manos y la lanzó al sillón trasero, sus brazos me rodearon por mi cintura, su mejilla estaba contra mi pecho, la rodeé con mis brazos, sin darme cuenta, estaba aspirand
Evelyn Peterson Mis dedos se hundieron en su cabello rubio, su rostro estaba sobre mi pecho, pude sentir su respiración contra mi piel, había llegado a mi ático, habíamos hecho el amor en la ducha, luego en mi cama, al llegar a nuestro segundo clímax, él quedó sobre mí, su brazo estaba rodeando mi estómago, una pierna entrelazada con la mía, parecía que temía que me fuese a levantar y dejarlo, esa impresión me había dado. Mientras seguí repasando lo sucedido de hace horas atrás con su ex prometida, había campanas de alerta en algún rincón del interior de mi cabeza, la actitud de Ellie me tenía…impresionada. El ronquido de Jack me hizo sonreír, señal de que finalmente estaba descansando, escuché el vibrador de mi celular en la mesa de noche, giré mi cabeza para mirar la pantalla y anunció el nombre de Logan. Arrugué mi ceño, eran las cuatro de la madrugada, con cuidado me moví para salir del agarre posesivo de Jac
Jack Brooks Estaba de pie de brazos cruzados en la sala de espera del piso VIP del hospital. Mi padre había llegado y estaba hablando por teléfono después de saludarme, mi madre estaba hablando con Clarisse. El padre de Allison salió de la habitación, buscó con la mirada alrededor y entonces se detuvo en mí. ―Puedes entrar. ―dijo con su quijada tensa, antes de dejar mi mano en el picaporte miré la sala de espera, mi madre me hizo señas de que entrara, asentí, al girar el rostro a la puerta sin abrir, tomé aire y lo solté entre dientes, giré el picaporte, empujé la puerta para entrar, entonces sentí un fuerte escalofrío de terror al ver a Allison, cerré la puerta detrás de mí. Ella se dio cuenta de que alguien entró a su habitación, sus ojos azules me miraron, tenía un collarín, una de sus piernas enyesadas colgando de un columpio en lo alto encima de la cama, su otra pierna descubierta y tenía un vendaje, su braz
Evelyn PetersonAl escuchar las palabras que salieron de mi boca, -lo que decía en la tarjeta- Jack se puso de pie de un movimiento, trozó la tarjeta y lo lanzó al bote de basura.―Nadie va a terminar nada. ―puso sus manos en su cintura de manera feroz, sus ojos se clavaron en mí. ― ¿A qué horas es que han dejado las flores? ¿Viste de que paquetería? ¿Tienes algún recibo? Necesito investigar de que florería y que empresa de mensajería usaron para llegar a aquí. ¿Viste al mensajero? ―comenzó a hacer pregunta tras pregunta sin dejar de responder la primera, pasé mis manos por mi cuello, había crecido mi ansiedad, no quería entrar en pánico, imaginar que podría estar en cualquier rincón espiándome, esperando su oportunidad para cumplir esas palabras.―Detente,