Valentina Brooks Peterson
Cepillé una y otra vez mi cabello negro, distraída repasando una y otra vez la imagen de mi novio Jasper, con aquella mujer riendo en una terraza de un café en Toronto. Había cambiado su forma de ser hace semanas, y esa imagen, había alertado mi corazón. ¿Acaso se había enamorado de alguien más? ¿Había dejado de amarme? ¿En qué había fallado en nuestra relación? Dejé el cepillo de nuevo en el tocador y miré mi reflejo, presioné mis labios intentando controlar mis emociones, las dudas me inquietaron y esas preguntas sin respuestas solo Jasper puede darme.
― ¿En qué tanto piensas? ―escuché decir a mi madre, me volví de medio perfil y vi que ella asomaba su cabeza por la puerta.
―En nada. ―sonreí para poder tranquilizarla, pero por su gesto, hab&iacut
Valentina― ¿Terminar? ―el tono de sorpresa de Jasper, me confundió.― ¿Es lo que querías no? Terminar nuestra relación, ―hice una pausa al ver el gesto en su cara. ― ¿No?― ¿Por qué querría terminar nuestra relación?― ¿Tu comportamiento de semanas atrás? ¿La mujer de la terraza en aquel café? Te veías muy divertido, ―presioné mis labios y luego suspiré. ―Lo acepto, me sentí celosa al verte reír de esa manera, hace poco noté que lo habías dejado de hacer a mi lado, entonces…―me interrumpió, sonrió pero no mostró su dentadura. ―Espera, si no quieres terminar, ¿De qué quieres…?―Jasper se inclinó hacia a mí, dejó un beso tierno en mis labios, luego retrocedió para ponerse en una rodilla contra e
En aquella sala de la mansión de los Brooks-Peterson se celebraba la llegada de las gemelas y sus parejas.— ¿Y no se pueden quedar aquí en lo que terminan las remodelaciones de la nueva casa?—preguntó Evelyn a Valentina, ella no supo que contestar de inmediato. —La casa es demasiado grande para tu padre, para mi y tu hermana, además, nos encantaría tenerlos en casa.—A mí también me gustaría, podría hablarlo con Jasper.—Así también veríamos lo de los arreglos de la boda, —Miranda se uni&o
Los dedos de Valentina acariciaron la orilla del velo que tenía caída desde su moño bajo, el maquillaje era perfecto, el vestido era de corte de sirena, en encaje color perlado, dejaba al descubierto sus hombros, las mangas eran 3/4, la tela caía como una cascada hasta la duela oscura de su habitación. "¿Acaso se podría ser más feliz?" se preguntó a si misma al mirarse en el reflejo del espejo.―Esto es prestado...―Miranda la sacó de sus pensamientos al ponerse a su lado y le extendió un collar con un diamante azul cielo. Valentina se sorprendió a tal belleza, levantó su mirada del collar a su hermana.―Pero...―...es azul, y ahora es un regalo. Tienes las tres, prestado, azul y regalado. ―Miranda sonrió emocionada al verla espectacular.―Gracias, hermana. ―iba a abrazarla pero Miranda negó.―No quiero estropear t
Evelyn había enviado al chófer antes de comenzar la ceremonia directamente a la farmacia por varias pruebas de embarazo, tenía que sacarse de dudas si realmente Miranda no estaba embarazada, la emoción la había embargado, pero no quería ilusionarse, las palabra que había dicho de no tener un hijo contemplado en estos momentos, la pusieron triste, pero sabía que algún día, podría tener aún vida para ver a sus nietos de sus gemelas crecer. Los novios cortaron el pastel y la fiesta siguió, Jack se había dado cuenta de la ansiedad que tenía su esposa, tomó su mano y acarició sus nudillos.― ¿Qué es lo que pasa? ―preguntó acercándose a su oído, Evelyn suspiró y luego le regaló una sonrisa, de esas que le encantaban a Jack.―No pasa nada, solo…―Mientes tan mal, señora
Rumbo al hospital, Evelyn no podía dejar de imaginar motivos para que la haya llevado Jeremy, ella rara vez enfermaba, se había ido bien de la fiesta hace horas atrás, ¿Qué es lo que realmente había pasado?―Tranquila. ―dijo Jack intentando tranquilizarla, el chófer manejó cuidadosamente. El cielo no tardaba en aclararse por completo y en aparecer el sol. Jack apretó la mano de Evelyn y ella lo miró. ―Ya llegaremos, no pienses cosas que no son, mi amor. ―susurró.―Lo sé, lo sé, ―se llevó una mano a su cuello, como tic nervioso.Veinte minutos después, el auto blindado se detuvo frente al hospital, Jack y Evelyn caminaron a toda prisa hasta la puerta de URGENCIAS, él llamó a Jeremy y le avisó que estaban entrando para que los encontrara.Jeremy venía despeinado, con el pantalón de pijama, una camiseta y encima un abrig
Veinte años después.Miranda, Valentina y Jack, miraron las lápidas con mucho sentimiento, el nombre de sus dos padres estaban marcadas en ellas. Después de veinte años desde el nacimiento de Ariel, Evelyn y Jack habían disfrutado de sus nietos, los llenaron de amor, de ternura, de momentos muy felices por quince años, hoy se cumplían cinco años desde el fallecimiento de ellos. Al año de haber nacido Ariel y Jaqueline, -hijo de Miranda e hija de Jack Jr.- Valentina trajo al mundo a los gemelos: Jack y a Jasper, cuatro nietos que llenaron de amor y felicidad la mansión de los Brooks-Peterson, quienes habían fallecido por vejez, la noche de su aniversario de casados, se habían despedido de todos, ellos se habían marchado en algún momento de la noche, había sido un gran golpe para la familia, muchos se habían ido en s
Querido lector: Muchas gracias por tus comentarios, por seguir hasta este último capítulo extra, me despido con ese capítulo, teniendo esperanza de que la historia haya sido de tu agrado, que hayas podido salir de este mundo y entrar en el de ellos, que te haya hecho sentir emociones en cada capítulo plasmado e imaginar cada momento trazado con los personajes. Gracias por leerme. Gracias infinitas. Su nueva amiga virtual, Mara Caballero. "Cuando te enamoras, no vuelves a ser la misma persona que eras antes, porque es en ese momento donde empiezas a vivir la vida de verdad." (Autor: Luis Miguel Alvarado)
Evelyn Peterson—Jefa, aquí están los documentos que me ha pedido. —Brice, mi asistente me entregaba una carpeta con los últimos reportes de ventas de libros del mes. Le di las gracias.—Brice, ¿Vas a salir a comer? —Ella sonrió tímidamente.—Iré almorzar con mi novio. Hoy cumplimos tres meses, e iremos al restaurante de la otra cuadra. Te la debo, jefa. —Sonrió apenada, mientras su dedo tocó un mechón de su cabello pelirrojo, luego, salió del despacho.Odiaba comer sola. Revisé las ventas del último mes, y una sonrisa apareció en mi rostro. Eran excelentes noticias para la junta de las cuatro de la tarde con William.El teléfono sonó.—Evelyn Peterson, Editora No ficción.—Evelyn, &iques