Jack Brooks
Me pasé una mano por mi cabello, luego retiré la silla para tomar asiento y tomar mi café, estaba muy dormido aún. Solté un suspiro, di un sorbo y sentí el líquido caliente deslizarse por mi garganta. No era de calidad, pero no me importó.
— ¿Cómo estás? —escuché decir, levanté la mirada y me encontré con Logan, luego se acercó mi padre, pidieron café... También.
— ¿Quién está con Evelyn? —preguntó Logan.
—Está Orson y Chase... —Logan arrugó su ceño. — ¿Qué? —pregunté a su reacción. Pero él, negó.
—Logan y Chase no se llevan del todo bien... —respondió mi padre. Ahora yo era quien estaba arrugando el ceño.
— ¿Por qué? —Logan apretó su mandíbula.
—No quiero hablar de ello. —dio un sorbo al café.
—Logan. —mi padre usó un tono de advertencia. Logan lo miró por un breve momento, luego desvió su mirada en mi dirección.
—No lo trago, no me cae, me irri
Evelyn Peterson —Dios mío—susurré cuando Jack cerró la puerta del baño, mi corazón siguió latiendo a toda prisa, mi cuerpo había reaccionado de una manera que era nuevo para mí, ¿Qué fue eso?, intenté concentrarme a lo que había venido, pero no podía dejar que mi corazón dejara de latir como un loco. —Evelyn Peterson, tranquila…—dije para mí misma, hice un movimiento brusco con mi brazo, gruñí entre dientes por el dolor, pareciera que un tren me hubiese pasado por encima, tenía mi cuerpo muy adolorido, más los costados, me dolía mucho si respiraba agitada. Se escuchó un toquido en la puerta, pero no respondí de inmediato. Intenté inclinarme para levantar mis bragas, pero dolía, sí que dolía. —Dios, Dios, Dios…—susurré bajito. — ¿Ya? —escuché a Jack decir del otro lado de la puerta. —Voy. —respondí, mi corazón siguió latiendo más rápido al escucharlo. Mis dedos tomaron la tela y poco a poco los subí hasta
Jack Brooks Las puertas del elevador se cerraron, Evelyn estaba a mi lado, estaba con la cabeza baja mirando su nuevo IPhone que Logan le había comprado para reponer el de ella, se detuvo y levantó su rostro hacia a arriba, cerró sus ojos y maldijo entre dientes algo que no alcancé a entender. — ¿Qué? ¿Estás bien? —pregunté, ella asintió despacio. —Es solo que me duele la cabeza…—susurró. —Dentro de una hora te toca la pastilla que recetó el doctor…—abrí su bolso y revisé el interior, encontré la bolsa de plástico blanca, revisé las cajas de pastillas. —Aquí están, las pondré a la mano. —Gracias, Jack. —hizo una pausa, abrió sus ojos y me miró al mismo tiempo que se recargó en la pared de acero inoxidable. —Eres demasiado amable, ¿Lo sabes? —arrugué mi ceño al escuchar sus palabras. —Solo soy educado. —ella no hizo ningún gesto. —Y caballeroso. —ella siguió sin mostrar
Evelyn Peterson No pude detener el beso. No quería hacerlo. ¿Ya qué? ya había cruzado esa línea delgada entre jefe y empleado, a pesar de llevar alcohol en mi sistema, estaba totalmente consciente de lo que estaba haciendo, pero si estuviese sobria, era seguro que jamás me hubiese brincado mi regla más importante: No involucrarme. Mucho menos con un Brooks. Evelyn, es el alcohol. Tenía metas. Metas altas. No estaba en un momento estable, debido a lo que Gary me había hecho, luché con todas mis fuerzas para borrar esa noche y, aunque lo estaba logrando, temía ser tocada de cierta modo, incluso, pensé que podría necesitar ir a un psicólogo. Y ahora que Jack me está tocando así, mi cuerpo no se bloquea, no siente repudio, solo deseo que lo haga. Nadie más ha despertado a esta Evelyn. —Evelyn…—dijo Jack cortando el beso, puso con cuidado su frente con la mía, ambos estábamos respirando de manera agita
Jack Brooks "Las reglas se hicieron para romperse. " al decir esas palabras hicieron ruido en mi interior, la calidez de su piel, sus labios húmedos entreabiertos, su respiración entrecortada, me tenían envuelto por completo, su cuerpo reaccionó a mis caricias, eso tenía que decir algo, podría descubrir si solo era la falta de sexo entre los dos o simplemente era algo más, pero lo que si estaba totalmente descartado era que no era venganza ni despecho. Lo sabía. Solo lo sabía. —Entonces romperé esa regla con una condición. —Evelyn susurró acariciándome el pecho con las palmas de sus manos, de arriba hacia abajo, “Esto está pasando…Jack.” —Dime…—susurré de igual manera. —Al terminar esta noche, no se hablará del tema, ni se hará comentarios, insinuaciones…solo será profesional. —arrugué mi ceño, ¿Qué mierdas era esa condición? Estaba callado, pensé de manera rápida dónde estab
Evelyn Peterson —Oficialmente…ya no eres virgen. —no pude creer lo que Jack dijo, el muy cabrón había arruinado el momento, cerré mis ojos, apreté mi mandíbula, —Evelyn, yo…—comenzó a decir, regresé mi mirada al techo. —Lo has arruinado. —me sinceré. —Yo…—comenzó a decir, levanté una mano para que se detuviera. —Buenas noches, Jack. —comencé a moverme hacia la orilla de la gran cama, así desnuda, intentó detenerme, pero no me alcanzó, me levanté y entré al baño cerrando la puerta de un portazo, busqué en el interior de mi maleta ropa limpia, me di una ducha rápida, escuché a lo lejos que tocó la puerta, pero lo ignoré.—Abre la puerta, Evelyn. —Jack pidió del otro lado de la puerta, no contesté, minutos después, cerré la llave de la regadera, tomé una toalla y me comencé a secar con cuidado mi rostro, me enrollé con otra el cuerpo desnudo, miré en el espejo una mujer distinta, -
Jack Brooks — ¿Qué? —dije al escuchar esas palabras. “¿Otros hombres?” — ¿Qué? —repitió mi pregunta, quería ver en sus ojos si realmente estaba molestándome por diversión o era realmente lo que quería hacer, ¿En serio otros hombres? ¿Qué yo no soy suficiente que ahora está pensando en otros hombres? Maldita sea, me encendí. — ¿Por qué pones esa cara? —dijo aun sin dejarme ver que era en realidad aquellas palabras. Me levanté de la cama, busqué un bóxer y me lo puse de forma molesto. — ¿Jack? —me volví a ella. — ¿Qué? —ella se sorprendió el tono que usé. —Ya entendí. Irás a tu búsqueda de otros hombres, —comencé a mover las manos en el aire. —…para saber cuáles son los mejores orgasmos, claro, —solté un bufido. —…como ya no eres virgen, corre, ve y acuéstate con los que se te pegue la gana… No dejé que diera replica a mis palabras, estaba cabreado, muy cabreado, así que salí con la muda de la pijam
Evelyn Peterson —Pensé que desayunaríamos en el ático. —dije mirando el perfil de Logan, este tenía apretada su mandíbula, salíamos en su auto del estacionamiento del edificio, hace minutos atrás, estábamos a punto de sentarnos a desayunar cuando lo llamaron, sin decir nada, colgó y dijo que desayunaríamos después. El tráfico de la mañana era fluido, me imaginé por la ruta es que íbamos a Editorial Brooks. — ¿Está pasando algo? —él negó, sin decir nada más, miré por la ventanilla, mi mente estaba en revolución, imaginando varios escenarios, ¿Habrá problemas en Editorial Brooks? ¿Le habrá pasado algo a Jack? ¿A su padre? Lo miré de nuevo. — ¿Está bien tu familia? —pregunté. —Si. —contestó sin dejar su mirada en el tráfico, minutos después, giró al interior del estacionamiento privado de Editorial Brooks, estacionó en una fila que no era común que Logan Brooks se estacionara. Al apagar el auto, giró su rostro hacia
Jack Brooks —Se mia…otra noche más. —lo dije, lo quería, hasta podía sentir que lo necesitaba, era algo indescriptible lo que Evelyn estaba provocando en mí, y solo eso, comenzó a darme miedo. Mis manos abandonaron su espalda baja, comenzó un recorrido a sus brazos, luego hombros, de ahí, baje por enfrente, hasta acariciar con mis pulgares las protuberancias que se estaban asomando bajo la tela de su blusa de seda, escuché como jadeó, como tembló bajo mis simples caricias, estaba duro, solo con eso, estaba completamente duro, necesitaba estar dentro de ella, era lo único que quería. —Jack, detente, por favor. —susurró, pero sé qué lo deseaba igual o más que yo, mis manos bajaron hasta llegar a la curva de las caderas, di un apretón suave con mis dedos, ella jadeó, mis labios los posé contra la piel de su frente. —Detenme…—susurré al mismo tiempo que una mano se deslizó hasta su centro más precioso