Jack Brooks
— ¿Qué? —dije al escuchar esas palabras. “¿Otros hombres?”
— ¿Qué? —repitió mi pregunta, quería ver en sus ojos si realmente estaba molestándome por diversión o era realmente lo que quería hacer, ¿En serio otros hombres? ¿Qué yo no soy suficiente que ahora está pensando en otros hombres? Maldita sea, me encendí. — ¿Por qué pones esa cara? —dijo aun sin dejarme ver que era en realidad aquellas palabras. Me levanté de la cama, busqué un bóxer y me lo puse de forma molesto. — ¿Jack? —me volví a ella.
— ¿Qué? —ella se sorprendió el tono que usé. —Ya entendí. Irás a tu búsqueda de otros hombres, —comencé a mover las manos en el aire. —…para saber cuáles son los mejores orgasmos, claro, —solté un bufido. —…como ya no eres virgen, corre, ve y acuéstate con los que se te pegue la gana…
No dejé que diera replica a mis palabras, estaba cabreado, muy cabreado, así que salí con la muda de la pijam
Evelyn Peterson —Pensé que desayunaríamos en el ático. —dije mirando el perfil de Logan, este tenía apretada su mandíbula, salíamos en su auto del estacionamiento del edificio, hace minutos atrás, estábamos a punto de sentarnos a desayunar cuando lo llamaron, sin decir nada, colgó y dijo que desayunaríamos después. El tráfico de la mañana era fluido, me imaginé por la ruta es que íbamos a Editorial Brooks. — ¿Está pasando algo? —él negó, sin decir nada más, miré por la ventanilla, mi mente estaba en revolución, imaginando varios escenarios, ¿Habrá problemas en Editorial Brooks? ¿Le habrá pasado algo a Jack? ¿A su padre? Lo miré de nuevo. — ¿Está bien tu familia? —pregunté. —Si. —contestó sin dejar su mirada en el tráfico, minutos después, giró al interior del estacionamiento privado de Editorial Brooks, estacionó en una fila que no era común que Logan Brooks se estacionara. Al apagar el auto, giró su rostro hacia
Jack Brooks —Se mia…otra noche más. —lo dije, lo quería, hasta podía sentir que lo necesitaba, era algo indescriptible lo que Evelyn estaba provocando en mí, y solo eso, comenzó a darme miedo. Mis manos abandonaron su espalda baja, comenzó un recorrido a sus brazos, luego hombros, de ahí, baje por enfrente, hasta acariciar con mis pulgares las protuberancias que se estaban asomando bajo la tela de su blusa de seda, escuché como jadeó, como tembló bajo mis simples caricias, estaba duro, solo con eso, estaba completamente duro, necesitaba estar dentro de ella, era lo único que quería. —Jack, detente, por favor. —susurró, pero sé qué lo deseaba igual o más que yo, mis manos bajaron hasta llegar a la curva de las caderas, di un apretón suave con mis dedos, ella jadeó, mis labios los posé contra la piel de su frente. —Detenme…—susurré al mismo tiempo que una mano se deslizó hasta su centro más precioso
Evelyn PetersonNos miramos por unos segundos más, él iba a responder mi pregunta cuando retrocedí disimuladamente al ver un auto entrar al estacionamiento, él se dio cuenta.—Hablemos más tarde. —le dije, luego me dirigí al elevador, presioné el botón y sus puertas se abrieron, miré de reojo a mi espalda y venía Jack.—Espera, subamos juntos. —al ver mi reacción, movió sus hombros de manera fugaz. —No tiene nada de malo que subamos juntos. —miró hacia a enfrente y nos dimos cuenta que venían dos empleados, después subieron con nosotros, ajenos a nuestras miradas. Al llegar a nuestro piso, cada quien fue a su oficina, Brice entró para entregarme un paquete que acaban de entregarle, lo dejé a un lado junto con unos manuscritos, me recargué en el resp
Allison Colleman — ¡Jack!—grité por segunda vez al ver que salía con Evelyn. Los comensales a mí alrededor me miraban de manera extraña, la ira estaba creciendo poco a poco en mi interior, ¡Estaba humillada! ¿Cómo se atreve a...? Arrugué mi ceño, ¿Acaso le ha contado lo que pasó entre él y yo? ¿Cómo es que sabe de la infidelidad? ¿Cómo es que sabe que es lo único que Jack me pidió? Gruñí entre dientes, el mesero se acercó para preguntarme si rejuntaba la mesa, no contesté de lo cabreada que estaba. Salí entre las miradas de las personas del lugar, azoté la puerta al salir, busqué mi celular en mi bolso, tenía que llamarle a Ellie y decirle lo que acababa de pasar, marqué su número, al segundo tono, contestó: — ¿Cómo te fue?—Ellie preguntó del otro lado de la línea, lancé mi bolso en el asiento del copiloto. —No salió como lo planeaste, Ellie. Jack llegó y se la llevó, ¿Hay algo que no me estás diciendo? ¿
Jack BrooksLa forma en la que me miró, me molestó. Sus ojos azules se dilataron, luego se mordió el labio inferior, apreté con fuerza mi mandíbula.— ¿Siempre estuvo debajo de todo ese hermetismo e indiferencia… este hombre? —ronroneó, retrocedí cuando intentó tocarme.—Sí, pero afortunadamente no para ti. —ella detuvo sus intenciones de intentar acercarse cuando escuchó esas palabras salir de mi boca, su rostro se enrojeció de la ira, bajó su mano, luego se enderezó.— ¿Y ya sabe Evelyn cual era tu plan principal al tomar el mando de Editorial Brooks? —escupió, luego sonrió al ver que no decía nada.—Es asunto mío. —le respondí con los dientes apretados. Ella se cruzó de brazos sin dejar de mir
Evelyn Peterson — ¿Hablar? —sentí como su cuerpo se tensó debajo de mí, esto me alertó, intenté bajarme de encima de él, pero me detuvo. — ¿De qué vamos a hablar? —Jack presionó sus labios, era como si lo que pensaba decir no fuese algo bueno, sus dedos comenzaron a trazar un pequeño camino en mi trasero. —Quiero…—detuvo sus palabras, su ceño se arrugó, era como si se debatiera en si decir las siguientes palabras. —Mi padre no estaba en edad de seguir trabajando, así que me propuse a tomar las riendas de Editorial Brooks… — ¿Y? ¿Realmente esa fue tu decisión? —sus ojos lo delataron, arqueé mi ceja, luego arrugué mi ceño, no podía creer lo que estaba intentando decirme. —Tu madre te metió a Editorial Brooks para que me alejara de tu padre y así tu poderme sacar, ¿No? —él siguió callado, esperando que su silencio a mis preguntas, contestaran por él. Me intenté levantar pero él apretó su agarre. —Necesito…necesito espacio. —al escucharme me solt
Jack Brooks —Quiero exclusividad, Evelyn Peterson. —esas palabras salieron sin más, mis manos las tenía en su rostro, ella sin palabras, seguí hablando. —Podemos ser lo que tú quieres que seamos, pero siempre y cuando seamos exclusivos. —lo que menos quería era presionarla, si le daba la opción de elegir, podría sentirse un poco libre de tomar su propia decisión. Sentimientos encontrados. Es lo que tenía en estos momentos al verme en los ojos marrones de Evelyn, sentía una conexión que no podía descifrar, que no podía encontrarle respuesta. ¿Acaso era algo más que atracción? ¿Por qué mi necesidad de estar con ella crece día a día? ¿Por qué ardo en ira el solo imaginar que otras manos puedan tocarla? ¿Es acaso algún tipo de brujería? Dios mío, ¿Qué es lo que me pasa con ella? — ¿Eso quiere decir que…?—ella arrugó su ceño, como si estuviese buscando las palabras correctas. — ¿Solo ser amigos con derechos exclusivos
Evelyn Peterson Esta mañana me había despertado con una nota de Jack, su lado estaba frío así que deduje que había madrugado para irse a cambiar a su casa, sonreí en ese momento cuando recordé tener su camisa de vestir puesta, antes de salir del edificio había pedido al recepcionista el pedido de la tintorería. Me giré en mi silla giratoria hacia la ventana, crucé mi pierna y di un sorbo a mi taza de café, no había querido desayunar, así que por el momento me conformé con un buen café para despertar, me había sorprendido no encontrar a Jack en Editorial Brooks aun. Miré de reojo mi reloj. ―De tal palo a tal astilla. ―alcé mis cejas al escuchar esas palabras de una mujer a mi espalda, luego tomé aire para soltarlo lentamente. Me volví en mi silla hacia a ella. ―Buenos días, señora Brooks. Si busca a…―me interrumpió. ―No vengo a ver a Jack, vengo a verte a ti, veo que estás consiguiendo tu n