Evelyn Peterson
El frío me hizo despertar poco a poco, tenía mi cabeza recargada en el vidrio del auto, empecé a moverme lentamente, no tenía la fuerza suficiente, me sentía adormilada. Me di cuenta que estaba sola en el interior, recordé mi celular que se me había caído de la mano, temblorosa, deslicé mi mano hasta que lo encontré a un lado de mi pie, mientras lo llevé hacia a arriba, me di cuenta que estaba a un lado de una carretera, mi corazón comenzó a latir a toda prisa, en cualquier momento podría aparecer Gary, mi pantalla se iluminó, tenía más de treinta llamadas de William, de un número que no conocía, de Orson, de Chase…
Un sollozo salió de mi boca, mis dedos adormilados comenzaron a teclear para llamar, la puerta de mi lado se abrió y vi a Gary, me arrebató el celular, con su mano libre tomó mi cabello y de un tirón, me bajó, caí a la tierra, intenté soltarme de su agarre, pero fue imposible, quería g
Jack Brooks Momentos después que Evelyn se marchó. Vi como Evelyn salía con Gary del local, terminé de dar el último trago a mi bebida, los seguí con la mirada, ¿Qué le habrá pasado a la directora de EB? Esa pregunta sonó sarcástica dentro de mi cabeza. —Señor Brooks, ¿Quiere otra bebida? —preguntó uno de los empleados de la fiesta, distrayéndome, luego, miré mi vaso vacío. —Yo mismo iré a la barra por uno. —Puedo ir yo…—dijo con una gran sonrisa, “La lambisconería en persona” intenté ocultar mi irritación. —Iré yo, gracias. —caminé a la barra y me senté en el banquillo vacío, le pedí al bartender lo mismo y me lo sirvió, di un sorbo, luego miré hacia la salida del local, no creo que hayan ido a fumar, o, ¿a platicar? Torcí mi boca. — ¿Era tu chica? —escuché la pregunta, regresé la mirada a
Logan BrooksLondres, InglaterraCerré la puerta detrás de mí con el pie, tenía mi maletín colgando de mi hombro, en mi otra mano tenía la bolsa de comida china. Tenía hambre, Mucha hambre. Estos últimos días estaba olvidando mi hora habitual de comer con la nueva sucursal de Editorial Brooks, finalmente quedaba un mes para que estuviese listo el edificio, luego empezaría la otra gestión que ya no me correspondía. Dejé la comida en la isla de la cocina, luego el maletín en el banco, fui al refrigerador en busca de una cerveza, al cerrar, sentí como mi celular vibró en el interior de mi bolsillo de mi pantalón, al dejar la cerveza a un lado de la comida aún en la bolsa, miré el nombre de mi padre, me sorprendió que me llamara a esta
Jack Brooks—Tienes que revisarte eso. —escuché decir, levanté la mirada de mis manos y era Orson, detrás de él estaba Chase. Acababan de llegar a la sala de espera. —Se ve muy mal...—dijo sentándose a mi lado, su esposo se quedó a su lado de pie.—Lo sé…—regresé la mirada a mis nudillos que estaban rojos e hinchados. —Cuando regrese mi padre, iré a revisarme. —no quería irme aun.— ¿Cómo sigue Evelyn? —solté un largo suspiro de cansancio.—Bien, el doctor ha dicho que está estable.—Bendito Dios…—escuché decir a Chase.— ¿Por qué no llamó si no se sintió bien? Sabe que Chase o yo, pudimos ir a recogerla personalmente. —presioné mis labios cuando r
Evelyn Peterson “Corre, Evelyn, corre” Me exigí a mí misma, la carretera se alejó más, más y más, siendo imposible llegar a ella, sentí unas manos, al volverme, era él, Gary Jenkins, grité con fuerza, con miedo de que me volviera a tocar con sus sucias manos, pero luego se esfumó, estaba en la tierra, mis dedos se enterraron, sentí el frío recorrerme de pies a cabeza, el sabor del miedo estaba aún en mi boca. Me levanté con la poca fuerza que pude y entonces apareció Jack, estaba abriendo sus brazos para que corriera hacia a él, lo primero que hice fue preguntarle “¿Jack? ¿Cómo me has encontrado?” — ¿Evelyn? —gemí al escuchar mi nombre, ¿Era William? —Soy Jack, estoy aquí…— ¿Jack? Me pregunté a mi misma, sentí su toque en mi mano, y brinqué en mi lugar, abrí mis ojos con temor de que no fuese él realmente, el dolor comenzó a propagarse por cada rincón de mi cuerpo, cerré los ojos e intenté removerme. —No te mueva
Jack Brooks Me pasé una mano por mi cabello, luego retiré la silla para tomar asiento y tomar mi café, estaba muy dormido aún. Solté un suspiro, di un sorbo y sentí el líquido caliente deslizarse por mi garganta. No era de calidad, pero no me importó. — ¿Cómo estás? —escuché decir, levanté la mirada y me encontré con Logan, luego se acercó mi padre, pidieron café... También. — ¿Quién está con Evelyn? —preguntó Logan. —Está Orson y Chase... —Logan arrugó su ceño. — ¿Qué? —pregunté a su reacción. Pero él, negó. —Logan y Chase no se llevan del todo bien... —respondió mi padre. Ahora yo era quien estaba arrugando el ceño. — ¿Por qué? —Logan apretó su mandíbula. —No quiero hablar de ello. —dio un sorbo al café. —Logan. —mi padre usó un tono de advertencia. Logan lo miró por un breve momento, luego desvió su mirada en mi dirección. —No lo trago, no me cae, me irri
Evelyn Peterson —Dios mío—susurré cuando Jack cerró la puerta del baño, mi corazón siguió latiendo a toda prisa, mi cuerpo había reaccionado de una manera que era nuevo para mí, ¿Qué fue eso?, intenté concentrarme a lo que había venido, pero no podía dejar que mi corazón dejara de latir como un loco. —Evelyn Peterson, tranquila…—dije para mí misma, hice un movimiento brusco con mi brazo, gruñí entre dientes por el dolor, pareciera que un tren me hubiese pasado por encima, tenía mi cuerpo muy adolorido, más los costados, me dolía mucho si respiraba agitada. Se escuchó un toquido en la puerta, pero no respondí de inmediato. Intenté inclinarme para levantar mis bragas, pero dolía, sí que dolía. —Dios, Dios, Dios…—susurré bajito. — ¿Ya? —escuché a Jack decir del otro lado de la puerta. —Voy. —respondí, mi corazón siguió latiendo más rápido al escucharlo. Mis dedos tomaron la tela y poco a poco los subí hasta
Jack Brooks Las puertas del elevador se cerraron, Evelyn estaba a mi lado, estaba con la cabeza baja mirando su nuevo IPhone que Logan le había comprado para reponer el de ella, se detuvo y levantó su rostro hacia a arriba, cerró sus ojos y maldijo entre dientes algo que no alcancé a entender. — ¿Qué? ¿Estás bien? —pregunté, ella asintió despacio. —Es solo que me duele la cabeza…—susurró. —Dentro de una hora te toca la pastilla que recetó el doctor…—abrí su bolso y revisé el interior, encontré la bolsa de plástico blanca, revisé las cajas de pastillas. —Aquí están, las pondré a la mano. —Gracias, Jack. —hizo una pausa, abrió sus ojos y me miró al mismo tiempo que se recargó en la pared de acero inoxidable. —Eres demasiado amable, ¿Lo sabes? —arrugué mi ceño al escuchar sus palabras. —Solo soy educado. —ella no hizo ningún gesto. —Y caballeroso. —ella siguió sin mostrar
Evelyn Peterson No pude detener el beso. No quería hacerlo. ¿Ya qué? ya había cruzado esa línea delgada entre jefe y empleado, a pesar de llevar alcohol en mi sistema, estaba totalmente consciente de lo que estaba haciendo, pero si estuviese sobria, era seguro que jamás me hubiese brincado mi regla más importante: No involucrarme. Mucho menos con un Brooks. Evelyn, es el alcohol. Tenía metas. Metas altas. No estaba en un momento estable, debido a lo que Gary me había hecho, luché con todas mis fuerzas para borrar esa noche y, aunque lo estaba logrando, temía ser tocada de cierta modo, incluso, pensé que podría necesitar ir a un psicólogo. Y ahora que Jack me está tocando así, mi cuerpo no se bloquea, no siente repudio, solo deseo que lo haga. Nadie más ha despertado a esta Evelyn. —Evelyn…—dijo Jack cortando el beso, puso con cuidado su frente con la mía, ambos estábamos respirando de manera agita