>>"En ocasiones hay que dejar ir a lo que amas más..."<
>>"No todas las verdades son para todos los oídos"<<—Vendito fin de semana— gritó mi conciencia sacándome una sonrisa y por primera vez estoy de acuerdo con ella, ya necesitaba unos días de descanso mi cuerpo últimamente sin importar lo mucho que duerma se mantiene agotado.Me di una ducha rápida, cepille mis dientes mientras sonaba por la bocina de mi móvil "Neverland" de Francely Abreu.♪♫ Que sorpresa, he perdido la cabeza ♪♫♪♫ me asusta la monotonía de todos los días, que delicadeza ♪♫♪♫ del destino de decirnos que aquí todo se regresa ♪♫♪♫ bésame los sueños para que las pesadillas desaparezcan ♪♫♪♫tal vez no nos convertimos en lo que queríamos ♪♫Tarare o más bien grité las estrofas de la canción mientras terminaba de vestirme y recogía torpesmente mi cabello en una coleta desajustada para bajar rumbo a la cocina con uno de mis auriculares puesto.Al pasar por el umbral de la puerta de la cocina me percate que la televisión estaba prendida por lo que fue sencillo suponer que
"me asusta un poco, ¿Sabes?, sentirme sentimental"La treguaMario Benedetti.Escuchaba algunos golpes toscos en la puerta principal de la casa. Me removí en mi cama y traté de ignorar el ruido para continuar con mi placentero sueño.Pero quien fuese que se encontraba del otro lado de la puerta no desistió, continuó. ¿Quién carajos hacía semejante alboroto a estas horas? Maldije por lo bajo y me senté sobre la cama, cogí mi móvil y vi la hora: 4:20 a.m.—¡Julia!Di un repingo y permanecí inmóvil en mi lugar ¿esa había sido la voz de Max?—¡Julia!— Mierda Efectivamente era el, de prisa me incorporé de la cama. Baje las escaleras apresuradamente hasta abrir la puerta y observarlo bajo la lluvia.— ¿En qué momento comenzó a llover? —cuestionó mi conciencia y a decir verdad ni siquiera lo había notado antes de que mis ojos se posaran en él.Su cabello empapado se pegaba en su rostro dejando que pequeñas gotas de lluvia escurrieran por sus mejillas mezclándose con sangre proveniente de u
“No me tientes, que si nos tentamos no nos vamos a olvidar”Mario BenedettiMi móvil sonaba como por quinta vez y yo solo maldecía al que fuese que insistiera tanto.Restregándome mis ojos los cuales aún no se acostumbraban del todo a la claridad del día, tomé entre mis manos el odioso aparato y me dispuse a contestarle la sexta llamada a Lissette.—Se puede saber cuál es la urgencia — bufé molesta—Llevas día desaparecidas — se limitó a responderme y puedo asegurar que sonreía del otro lado de la línea.—¡No digas tonterías! ¡nos vimos hace nada! ¿no?— dudé—Julia, no te he visto en toda la puta semana, ¿Donde demonios has estado? — me recriminó y entonces caí en cuentas que tenía razónDesde mi encuentro con Anderson en la cafetería de la universidad no había visto a mi mejor amiga.—Sorry —susurre sincera.—Y una mierda— su tono me daba a entender que estaba molesta y que me pediría algo a cambio de su perdón .—Vamos dime que quieres que haga para que perdones a esta tonta amiga q
"la historia de los villanos es mucho más entretenida que la de los héroes, porque los monstruos no nacen, son creados"Fleur Dupont.🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀Sus dedos quedaban marcados en mi piel en cada roce, en cada tacto lujurioso al compás de aquellos besos que me robaban más que el aliento.Me cargo sujetándome de mis glúteos a la vez que mis piernas se enroscaron a su cintura y mis manos a su cuello. Mi espalda choco contra la pared aumentando la intensidad del beso. Nuestras lenguas danzando mientras la electricidad que ese beso recorría cada célula de mi cuerpo terminando en mi latente y húmedo sexo.Max me dejo sobre la pequeña mesita de estudios que estaba frente al enorme espejo de cuerpo entero y colocándose entre mis piernas las separo con delicadeza y corto el apasionado beso.Se tomó unos minutos para observar mis bragas negras de encaje que eran lo único que tenía debajo de mi playera. Dibujo una maliciosa sonrisa en sus labios, sus ojos tomaron un
"Sus besos son el descontrol que mi mundo necesitaba."~Roos.Después de almorzar caminábamos por el centro comercial. Debo admitir que me causo gran sorpresa que Max se ofreciera acompañarme a pesar de comprender que mi visita al mismo este día demoraría.Entraba y salía de una y otra tienda buscando el regalo idóneo para mi amiga. Las vendedoras se mostraban atentas enseñándome vestidos elegantes, cadenas de oro, brazaletes carísimos, zapatos de marca que jamás podría pagar, bolsas de ensueño e inclusive me mostraron pendientes con diamantes que me sacaron bufidos de burla al notar la gran cantidad de ceros a la derecha que contenía su precio.Pero eso solo sería un una copia más de las muchas que Lissette coleccionaba en su habitación. Quería algo único para ella y estaba dispuesta a conseguirlo aunque largara completamente la piel de la planta de mis pies de tanto caminar.—¿Puedes solo elegir algo? — gruñó mi acompañante cuando salía frustrada de otra de las tiendas—Es Louis Vui
“Hay heridas que solo el alcohol puede curar”El ruido llegaba a ser ensordecedor, a decir verdad ni siquiera entiendo como Lissette logró escucharme. La casa estaba repleta de jóvenes quienes en su mayoría rayaban la intoxicación etílica o por sustancias que habían inundado mis fosas nasales en cuanto atravece el umbral de la puerta.—¿Dijiste que era algo tranquilo? —indagué en un tono elevado con temor a que no pudiera escucharme.—¡Lo es! —respondió divertida recorriendo el lugar con la vista a la vez que se daba un trago de un extraño liquido de ese vaso rojo que no puedo asegurar como llegó a sus manos —lo era antes de ir a por ti—se corrigió sonriendo para comenzar a gritar completamente feliz a la vez que levantaba su vaso.El bullicio seguía el chillido de mi amiga gustosos de alzar sus tragos con ella y yo simplemente sonreí al verla así ocultando mis manos en los bolsillos de mis pantalones.—¿Están listos para la cuenta regresiva? — gritó el gemelo al inicio de las escaler
“La mente es una perra sisañosa”Tom me había acompañado casi toda la noche, sus conversaciones ocurrentes y chistes tontos me sacaron más de una sonrisa; permitiéndome conocer un poco más de ese chico no tan tímido que él era.Eran casi las 2:30 de la madrugada y los cocteles ya provocaban reacciones involuntarias en mi organismo, el calor era sofocante al punto de dejar mi ropa empapada y mis pies habían llegado a la pista de baile en varias ocasiones tirando del pelirrojo del brazo para que me hiciera compañía con aquellos movimientos irregulares y discordantes que mis caderas provocaban intentaban danzar al compás de la estruendosa música.Mi obsesión por aquellos ojos negros se borró de mi mente a medida que mi sangre se inundaba en alcohol. Mi mirada en cambio; fue secuestrada por aquellos ojos café que me generaban calma después de la tormenta que Max generaba en mi vida.Estábamos de vuelta a la barra mientras disfrutábamos de otro de esos cocteles maravillosos que él preparab