Emiliano Santorini
Salí de la habitación de Ginna con la frustración de no poder explicarme, o despedirme. Mi entrepierna latía con la imagen de su cuerpo desnudo ante mi. Tenía que haberme tomando unos minutos más para hacer entrado en razón a esa hermosa impertinente.
Tiempo es algo de lo que no dispongo ahora mismo. Maria Eduarda no está bien y es lo más importante para mi en este momento. Regresarla a casa a su zona de confort es una necesidad imperiosa.
Pero aunque mi responsabilidad con mi hermana me obligue a partir, no impide que tenga sentimientos encontrados. Es la primera vez que me aferro a un lugar, siempre habia tenido la libertad de partir sin sentir un nudo en la garganta, donde estuviera Duda pues
Ginna RenauxCuando aterrizamos en Londres mi padre nos esperaba en el aeropuerto. Mila venía en su burbuja feliz y yo más callada que de costumbre. Mi hermana estuvo todo el vuelo narrando todo de Carlos como si fueran hazañas todos sus movimientos . Yo me contenía el “¡yuppi!” y solo le ofrecía mi mejor sonrisa.No es que Carlos tuviera las dimensiones de Emiliano, porque sino Mila no se podría sentar derecha durante el viaje, después de dos días que la vi en unas escasas tres horas si sumamos todo el tiempo que estuvimos juntas. Pero a ella todo de él le parecía perfecto, al parecer es así cuando uno se enamora, maximiza todo lo del otro a extremos alarmantes. Ginna RenauxYo:[¿Mi Galería? No te habrás atrevido o... si?]✅✅Leo otra vez su mensaje. Si soy sincera... Ojalá no se hubiera detenido, sería épico haber sido suya. No me arrepentiría jamás de que Ra fuera el primer hombre en mi vida. De cierta forma lo es, fue el primero en llegar tan lejos y en tocarme tan íntimamente. También fue quien me enseñó que con los labios se puede dar y recibir tanto placer como no lo creía posible. Tal ves si me hubiese hecho suya, todo habría terminado entre nosotros, es posible que toda esta tensión sexual quCAPÍTULO DIECIOCHO
Ginna RenauxMe he quedado absolutamente sin habla. No puedo gesticular palabra alguna. Alicia me habré los ojos como platos para que reaccione y salude correctamente a Emiliano Santorini y a su tía.La sonrisa de Emi ante mi sorpresa hace que su cara sea un poema, y yo solo puedo imaginármelo sosteniendo la almohada como lo he visto mil veces desde ayer en mi galería.Pareciera que es otro hombre enfundado en ese traje a la medida que marca el pecho y la espaldas perfectos. No se parece al coqueto salvaje que tengo semidesnudo posando para mi en tres fotos que tengo marcadas con la estrellas de favoritas.
Ginna RenauxSaque el paquete de toallas de mi gaveta y limpie el exceso de fluidos que bañaba mi entrepierna. Alcancé mis bragas destrozadas y miré a Emiliano de mal modo que en ese momento se abotonaba la estrujada camisa.—No me culpes—dijo alzándose de hombros— disfrutaré de sobremanera la tarde sabiendo que ese culo divino estará descubierto y disponible para ser tocado por mi en cualquier momento.—No se que te hace pensar eso—refute.—Ya veremos—agregó ladeando la cabeza.Salimos con cuida
Ginna Renaux Alguna vez has sentido que estás en el lugar equivocado irremediablemente. Cómo si el universo conspirase en tu contra, y ahora te has quedadocomo unárbol fijado con raíces a un mismo sitio.Eso sentí cuando comenzó a entrar la noche por la ventana de nuestra habitación y yo seguía estancada allí. Milenne estaba un poco más calmada, y la sombra de la resignación por haber perdido a Carlos Martínez apareció en su rostro.Aunque esta no era su primera desilusión amorosa, todo parecía indicar que esta vez estaba mucho más interesada en el chico en cuestión que las anteriores.Apoyar a
Emiliano SantoriniEspero pacientemente que Ginna me confirme que salió del restaurante. Ya sé que abordo el taxi. Tengo fotos que así lo confirman. Pero deseo que ella me lo informe. Deseo tener a esa hermosa impertinente con el trasero expuesto sobre mis piernas y darle una buena dosis de palmadas. Isis GREn línea[¿Contento Mr. 🍆?]Yo:[ No precisamente, me desobedeciste abiertamente, te dije que te alejarás de ese hombre. Me estoy imaginando el castigo que te impondré, y ya me gusta]
Ginna RenauxMi semana ha sido en extremo normal. Mi madre y mis hermanas están fuera de la ciudad trabajando con los deportistas. No tengo idea de qué va la campaña publicitaria, sólo sé que Dora y Laura se la están disfrutando al máximo. Mila por su parte ya no luce triste, más yo que la conozco demasiado entiendo que aún le duele su distanciamiento con el dueño de la Zandal.Lo más excitante de todo es que me han estado llegando mensajes picantes de Emiliano, las bragas se me mojan al punto de caérseme cada vez que leo. He intentado con todas mis fuerzas no escribirle mensajes, sin que recibir alguno suyo; no quiero que piense que me trae loca por él. Más no miento cuando digo que se me van los dedos por las ganas de escribirle, o de llamarle. Cada vez que estoy desocupada me encuentro pensando en él, en sus besos, e
Ginna RenauxSalí con una tristeza poco común en el pecho. Conduje a casa y al llegar estaba mi padre en en living.—¿Salimos a cenar Ginna?— preguntó al verme entrar.—Grandiosa idea Sexy— exprese tratando que no me notara mi desasosiego.Mi padre siempre me levanta el ánimo, y si bien no le conté que casi viajaba contra mi voluntad, me instó a aprender todos lo que pudiera de ese evento al cual asistiría. Todo aprendizaje es válido según él.A qué a veces le pesa que no me haya