Capítulo 211
—¿Por qué siempre dicen lo mismo antes de morir? ¿No podrían ser un poco más originales?

Juan se acercó cauteloso a él, negó con la cabeza y luego, con un movimiento brusco, le arrancó ferozmente la cabeza.

Encendió un cigarrillo, sacó una bolsa y metió la cabeza de Ciro en ella, luego se marchó sin prisa alguna.

Dentro del club de lucha, la gente finalmente salió de su terrible estado de shock, observando con asombro el cuerpo decapitado de Ciro y la sangre que cubría el suelo.

No pudieron contenerse y comenzaron a gritar con ferocidad, algunos empujaban para escapar, mientras otros vomitaban en las esquinas.

Afuera del club, una patrulla policial llegó al instante con la sirena encendida.

—¡Rápido, entren!

Sofía, vestida de uniforme, saltó apresurada del coche, seguida de dos personas que intentaban entrar en el club.

De repente, Sofía notó a una persona que caminaba a unos diez pasos de distancia, llevando consigo una bolsa de plástico.

La bolsa que sostenía escurría sangre, lo que
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