Capítulo 171
—¡Hay un asesino!

—¡Protejan rápido al jefe!

Al ver esto, los secuaces de Gael se alarmaron y se lanzaron con ferocidad hacia el repartidor de agua.

Sin embargo, no fueron lo suficientemente rápidos. El repartidor ya estaba cerca de Gael.

Extendió una mano y con dos dedos se dirigió con sagacidad a la garganta de Gael.

—¡Jefe, cuidado!

Uno de los secuaces se interpuso frente a Gael sin dudarlo dos veces, y su garganta fue aplastada instantáneamente, cayendo muerto al suelo.

Gael aprovechó el momento para rodar rápidamente hacia un lado y caer al suelo.

—¡Sálvenme!

Gael gritó con pánico.

Por fin, los secuaces llegaron y comenzaron a luchar contra el repartidor de agua.

—¡Mátenlo, mátenlo!

—¡Hagan pedazos a ese miserable bastardo!

Gael rugía de furia.

El repartidor de agua, enfrentándose a la multitud, no mostró ningún temor. Sus movimientos eran letales y muy precisos, y con cada golpe, caía un hombre muerto.

En cuestión de unos cuantos segundos, los secuaces de Gael yacían muertos en e
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