Capitulo11
Juan negó con la cabeza.

—No lo compré yo.

—¿Qué?— Las dos mujeres se quedaron atónitas al escuchar eso.

Cristina expresó su escepticismo.

—Señor García, qué discreto eres.

De repente, vio la bolsa que Juan llevaba en la mano y sus ojos se iluminaron.

—Señor García, ¿esto está lleno de dinero, verdad? Escuché que a los ricos les encanta usar efectivo.

Sin esperar la respuesta de Juan, dio un paso adelante, tomó la bolsa de su mano y la abrió. Al instante, su rostro se puso verde.

No había dinero dentro, solo latas vacías y botellas de agua mineral, sucias y malolientes.

—Esto es basura que recogí hace un rato— dijo Juan con una sonrisa irónica.

—¿Basura que recogiste?— La sonrisa de Cristina se congeló.

—Sí.— Juan asintió.

La expresión de Cristina se volvió sombría de inmediato.

—¿Así que has venido aquí a recoger basura después de todo este alboroto?

Mientras hablaba, sacaba un pañuelo y se limpiaba frenéticamente las manos.

—Qué decepción, un pobre diablo, y me emocioné tanto.

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