—¡La Orden de la Melodía Celestial ha emitido igualmente este tipo de comunicado!—¿El mismo? —exclamaron Xavi y el anciano al unísono, sorprendidos.—La Orden de la Melodía Celestial siempre se ha mantenido al margen de los asuntos mundanos, y ha estado siempre casi completamente independiente de las demás sectas. ¿Por qué ahora salen con este tipo de advertencia?El grupo se miró con evidente confusión.—Parece que ese muchacho guarda un secreto evidente pero que ninguno de nosotros conoce —comentó Xavi, con frustración evidente en su tono.Mientras tanto, en uno de los bares más famosos de Luzaria, entraron dos figuras. Se trataba de un hombre de mediana edad y un joven.Ambos cruzaron el umbral del establecimiento, donde la música ensordecedora llenaba el ambiente y en la pista de baile jóvenes atractivos movían sus cuerpos con energía al ritmo frenético de las melodías.Eran Juan y Lucio, que se abrieron paso entre la multitud.—¿Dónde anda metido? —preguntó Juan, claramente incóm
El Cazador fijó su severa mirada en Lucio.De repente, hizo el gesto de levantar una botella de la mesa con la intención de lanzársela.A pesar de tener armas apuntando hacia él, Lucio, siendo luchador, reaccionó de inmediato. En un instante, se abalanzó al adelante, tomó una botella de la mesa, la rompió contra el borde y con un ágil movimiento, la usó como arma mientras corría directo hacia el Cazador.Sin embargo, el Cazador, siendo también alguien con experiencia, esquivó el ataque de un salto hacia atrás.—¡Mátalo! —gritó con furia.El sonido de los disparos llenó el lugar.Los presentes no dudaron en abrir también fuego, todos estaban completamente dispuestos a acabar con Lucio.Pero antes de que las balas pudieran impactar, Juan, con un movimiento de su mano, detuvo todo de golpe.Las balas quedaron suspendidas en el aire, como si el tiempo mismo se hubiera detenido.Los matones, acostumbrados solo a peleas callejeras, quedaron petrificados al presenciar algo tan fuera de lo com
—¡Así es, en efecto me conoces bastante bien! —dijo el hombre como si estuviera dando órdenes—. Más tarde, deja que esas dos jovencitas se queden. Esta noche quiero hacer un poco de ejercicio.—Claro, Eugenio, ahora mismo lo organizo —respondió Benicio con una sonrisa.Benicio no podía ocultar su entusiasmo. Sabía que, si lograba agradarle, cualquier favor que recibiera de él sería suficiente para llevar su negocio a un nivel nuevo.En la entrada del ascensor del hotel, Juan y su grupo de tres salieron.—Es por aquí —dijo el Cazador guiaba el camino.El ascensor no llevaba directamente al último piso. Después de salir, tuvieron que subir unas escaleras para llegar a su destino.En la puerta, dos hombres estaban de guardia. Ambos reconocieron de inmediato al Cazador.—El Cazador, el jefe está ocupado adentro. Espera aquí un momento —dijo uno de los guardias, pensando que venía a informar algo, sin prestar demasiada atención a los otros dos.Juan miró a los dos guardias con indiferencia.
Juan asintió levemente con la cabeza.Benicio, al verlo, señaló al hombre a su lado y dijo con calma:—Este de aquí es Eugenio, el joven maestro de la familia Calvillo, una de las ocho grandes familias de Luzaria. Además, es el hermano menor de Patricio, líder señor de los Lobos Oscuros.Juan, al escucharlo, se sorprendió un poco, pero no lo mostró. Respondió indiferente:—¿Quién pues lo diría? Resulta ser alguien de la familia Calvillo.Benicio, al notar la actitud de Juan, se enfureció y le gritó:—¡Insolente! ¿Cómo te atreves a no arrodillarte ante Eugenio?Eugenio también habló en ese momento:—¿Todavía estás de pie ante mí? ¡Estás buscando tu muerte!Con esas palabras, Eugenio se levantó, liberando una presión propia de un Gran Maestro en su punto más alto.Sin embargo, Juan no lo notó.—¿Y ustedes saben quién soy yo?Ambos quedaron confundidos y, casi sin pensarlo, preguntaron:—¿Quién eres?Juan miró a los dos con una sonrisa y respondió:—Soy tu padre.—¡Maldito! ¡Le estas busc
Eugenio, al llegar a semejante punto, pareció despertar repentinamente de su ensimismamiento. La persona frente a él, con tal interés en los asuntos de la familia González y semejante nivel de poder, no podía nadie más.—Entonces… tú eres Juan… —dijo Eugenio, señalándolo lleno de terror.—Al parecer no eres tan bobo después de todo —respondió Juan, sin negar nada, mirándolos con calma.—¡Juan… no, señor González! Le juro que no diré nada. Prometo guardar absoluto silencio —dijo Eugenio, viendo la expresión de Juan e interpretándola como una intención de matarlo para no dejar cabos sueltos.Juan, al notar esto, suspiró y trató de tranquilizarlo.—Tranquilo, no soy un demonio que mata indiscriminadamente a quien mal se le cruce por el camino.—Todo lo que hago es por descubrir la verdad de lo que ocurrió en aquel entonces.—Mencionaste que tu hermano es uno de los obispos de los Lobos Oscuros. Él debería saber más, ¿no? Llámalo.Al escuchar la petición, Eugenio mostró una expresión de d
—En aquel entonces, el patriarca de la familia González aprovechó dicha oportunidad única y rompió sus límites, alcanzando un nivel altísimo en su cultivación —explicó Apolinar con mucha seriedad.—La noticia conmocionó en todo el mundo de los cultivadores. Por lo que sectas y clanes comenzaron a llegar en masa, dispuestos a pagar cualquier precio para acceder al dominio secreto de la familia González.—Pero los rumores comenzaron a crecer y volverse más extravagantes. Se decía que quien lograra que el dragón lo reconociera como su maestro podría conquistar el mundo.—El patriarca de la familia González, decidido a acabar con dichas especulaciones, e incluso planeó matar al dragón en el dominio secreto. Sin embargo, ya era demasiado tarde. Todo el mundo de los cultivadores se había movilizado hacia la familia González, invadiendo su dominio.—En cuanto a lo que ocurrió dentro del dominio secreto, no tengo mayor idea.—Pero lo único que le puedo decir es que después, el dragón desaparec
—¡Ese tipo oculta su verdadero nivel de cultivación! —exclamó Juan mientras observaba la figura de Apolinar alejándose rápidamente.Antes, Juan percibía que Apolinar no pasaba del tercer o cuarto nivel de Poderoso Marqués Guerrero, pero aquella velocidad que acababa de mostrar no era algo que alguien en ese nivel pudiera alcanzar.Esto dejó claro que Juan había subestimado el poder oculto de los grandes clanes de Luzaria.Sin embargo, decidió no pensar demasiado en ello y, con un movimiento rápido, su figura desapareció del lugar.Pero dentro del Santuario del Dragón, Juan apareció frente a Elías y le dijo:—Señor, ¿puedo preguntarle algo?—Dime —respondió Elías, mirándolo fijamente.—¿Por qué entraste al dominio secreto de la familia González en aquel entonces? —preguntó Juan con calma, aunque con una mirada penetrante que intentaba descifrar cualquier reacción de Elías.Aunque Apolinar le había contado algo sobre los sucesos de aquella época, Juan quería confirmarlo directamente con
Evidentemente, este lugar no solo impedía el reconocimiento espiritual.—Juan, en este tipo de eventos es mejor mantener un perfil muy bajo. Aquí hay bastantes cultivadores de alto nivel —advirtió Eusebio al notar que Juan había liberado su conciencia espiritual, intentando evitar posibles problemas.Al escuchar esto, Juan retiró su percepción y cerró los ojos, adoptando una postura relajada.Poco después, un anciano vestido con una túnica larga entró al centro del salón.—Bien, ya es hora después de todo, por lo que no esperemos más, ¡y comencemos! —anunció el anciano con voz firme.—Permítanme presentarme: soy Alfredo, el patriarca de la familia Ares.Tras la presentación de Alfredo, el salón se llenó de murmullos.Muchos cultivadores jóvenes mostraron expresiones de asombro.—¡Es el patriarca de la familia Ares!Mientras tanto, los cultivadores mayores asentían, mostrando respeto.Después de una breve pausa, Alfredo continuó:—Esta subasta la dirigiré personalmente. Sin más preámbul