¿Por qué había actuado así?
Reí para mis adentros, mientras revisaba el cuaderno de cuentas. Negué con la cabeza recordando cómo me había puesto está mañana.
Nerviosa, asustada, sólo porque un chico beso mi mano y mi novio iba al lugar. Parecía una colegiala qué tenía que preocuparse de que su novio universitario no fuese rompiendo caras por doquier; ¿Bonito eh?
Volví a sonreír. Traté de concentrarme, más sin embargo, la campana de entrada sonó y levanté mi vista.
Él susodicho.
- ¿A qué viene esa sonrisa? - Él también sonreía.
- Nada. Estaba recordando lo de está mañana. - respondí volviendo a ver el libro.
- Ya, sonreías como colegiala por el John Frinch.
Y ya estaba enojado. No tenía que levantar la mirada para saberlo. Respondí entre dientes mientras gruñía.
- No, si no por como me puse al verte. - respondí señalandolo con el lá
Hace dos semanas Oficial Rogers. Oficina Policial del centro. Servir y Proteger. Ese era el lema cuando realice la preparación para policía, lo que no dijieron es que tendría que pasar todo el día detrás de una silla recibiendo llamadas inconclusas, niños jugando, personas que solo llaman para saber si realmente el 911 existe. ¿Es que esto sería toda mi vida? Recibir y pasar las llamadas a mis superiores. Mi vida diaria o simplemente, el Rogers ve a por café, Rogers recoge unos papeles, Rogers contesta las llamadas y sigue el protocolo. Nadie tomaba en serio mis ganas de más, nadie notaba que me desgastaba detrás de un escritorio. El teléfono suena por primera vez en el día, me enderezó en la silla y lo tomo mientras hago click en mi boli para tomar notas. —Oficina Policial del centro, ¿en qué puedo servirle? —Em
Recuerdo claramente ese suceso, como si fuese real. Era algo que me perseguirá toda mi vida. Algo que no olvidaré. 22 de febrero del 2015 Una oscuridad obsoleta, no veía nada. De pronto, en el centro del lugar donde me encontraba, se encendió una luz, tenue, frágil, pero se encendió. Y allí pude ver, lo que estaba en el centro. Una silueta. Atada a una silla. Otra silueta apareció de la nada, para indicarle a alguien lo que tenía que hacer. De la nada salió él, Derk a ordenar lo que tenía que hacer. — Hazlo. — ordenó de una manera retant
Samantha. No te voy a mentir, ir al plantel hoy es lo menos que quiero, pero todo por las notas. Para poder estudiar lo que deseo tengo que tener las notas suficientes. Parece ilógico que, de todas las cosas de las cuales debería ocuparme, esté hundida en el instituto. ¿Por qué? Para olvidar la monótona verdad de tú existencia. Además, el estar de aquí allá debido al trabajo de Michael mi padre, no me permite transferir las notas. Dicen que es engañoso. Engañoso él. Yo digo que es una pérdida de mi tiempo en el ámbito estudiantil. Pero ni porque mi padre sea el empresario más reconocido, tenemos poder sobre las decisiones del plantel. Ah claro, pero él si tiene el poder de muchas cosas. Salí de casa, un poco enojada porque no estaba nadie allí. Ni mi m
Samantha (....) Luego, de ese momento incómodo que ese chico me mirara tanto, y que yo me haya puesto a mentirle a mi acompañante, camino con el mismo al aula. El cual no deja de preguntarme qué; por qué no le doy una oportunidad al amor. Solo si él supiera. Son tantas cosas que quisiera decirle, pero, no puedo. Ni él, ni a nadie. Son cosas tan privadas que no creo que algún día vaya a decirlas. Entro al salón donde mi profesora de historia la señorita Liz. Me recibiera tan amablemente. —Madison, tarde. Otra vez. — sisea y me ve detrás de sus lentes. Empiezo a creer que me odia, tarde solo por dos minutos. ¿Es en serio? Tengo fama de llegar tarde, lo sé, pero es que, la semana pasada, Jay y yo estábamos comiendo detrás de las gradas. Hace un mes, nos perdimos p
Samantha«Louis Parker».Pienso mientras veo la clase de Matemáticas, no es su nombre lo que se me hace familiar, es todo de él, no lo sé, sigue habiendo algo en él, qué aún sin hablar con él, sé que no me gusta.La clase de literatura transcurrió normal, hasta que ocurrió la segunda desgracia del día.Tendrán 2 semanas para realizar un trabajo sobre el otro en parejas. Con su compañero de asiento, serán dos semanas ni antes ni después. Si es necesario se pueden ver fuera del instituto. Todo esto para que consigan reponer sus notas para quienes lo necesitan —Genial. — bufé, el estúpido soltó una risa. ¿Por qué ríe? ¿Qué le divierte? De verdad me está estresando. Quisiera saber de dónde lo conozco, pero no preguntaré.
SamanthaLlegamos a la casa de Louis o eso me dijo, la verdad vi muy innecesario el viaje en auto, sin tan solo vivimos a dos casas. Se lo reproché y solo se puso nervioso.Estamos hablando y tomando nota uno del otro. Luego de cierto tiempo con él, pude notar que no es tan irritante, solo tengo una... ¿mala impresión?Mala impresión que sigue estando ahí, poco, pero estaba.— Entonces, ¿leer o bailar? —me preguntó, mordiendo su lápiz —Me refiero, cuál prefieres — completo notando que no entendí.Si había entendido, pero, ¿A qué venía esa pregunta?— Ummm, me gusta bailar, pero prefiero leer — respondí sonriendo.— Lo sabía — dijo anotando en su libreta.<
SamanthaHabían pasado aproximadamente como cinco minutos, luego que esos cinco chicos peculiares llegarán. No me quejo, me agrado conocerlos. Hasta ahora solo estamos hablando como si fuésemos amigos de siempre. La mirada de Camile sigue ahí, estoy empezando a molestarme, ellos no parecen notarlo.Si a ella no le caen bien que no les caigan, pero a mí sí y siempre hago lo que ella quiere.La miro fijamente, mueve sus labios en un ‘no los conoces, ¿nos vamos?’Y se supone que tú tampoco. Blanquee mis ojos y dirigí mi mirada a los chicos a mis lados. James estaba a mi lado izquierdo. Jeff al lado de Cam, Thomas estaba, uhm, no sé dónde esté. Ethan estaba al lado de James. Y Ray, justo frente a mí.Luego de su acto de presencia, tomaron asie
Samantha Descansar era mi propósito ¿Lo logré? No. Miles de preguntas estaban en mi mente sobre Theo. ¿Estaría bien? ¿Me extrañaría? ¿En verdad me quiso? Y para todo ello hay una sola respuesta: No. Quise en serio, con todas mis fuerzas no pensar más en él, pero siempre sale en todos lados y es aún peor. Trate de ser feliz y dejar de pensar en el pasado y ver el futuro, pero ¿Qué futuro? ¿Habría uno? Y eso hacía que volviera a pensar en lo desastre que es mi vida. Cuando al fin pude dar con los brazos de morfeo la estúpida alarma me despertó. —¡Agh!— musite con mi almohada sobre mi cabeza —¡Samy arriba! — Grito ella desde su habitación— ¡Vamos que es viernes! Odiab