Una enorme sonrisa se dibuja en mis labios, miro hacia el horizonte con una enorme sonrisa y empiezo a correr a todo lo que dan mis piernas.—¡Minte! — El grito atronador de Hades hace que me detenga en seco, escucharlo tan furioso me pone los nervios de punta, su grito fue tal, que el suelo tembló, temeroso de que el dios del Inframundo desquite su ira con él.Me detengo en seco para luego voltearlo a ver, estoy aterrada por la ira del rey de los muertos, pero esta es mi única oportunidad de estar con mi hijo y no pienso desaprovecharla, ambos nos miramos a los ojos de forma fija, suavizo mi expresión para que no piense que estoy retando su autoridad en forma de burla.—Hades, tengo que irme… no puedo quedarme——¡Te dije que te quedarás aquí conmigo para siempre! —Empieza a caminar en mi dirección, pero se detiene al sentir el suelo temblar, pero esta vez no es por su enojo, sino por algo más. Un alboroto se escucha a mis espaldas, curiosa volteo a ver de qué se trata, para mi enorm
—¿Qué? — Susurra suavemente y con sorpresa.Su confusión es palpable en su rostro, tiene los ojos abiertos de par en par y da unos pasos hacia nosotros, pero se detiene casi enseguida, abre un poco la boca, pero no emite ningún sonido. Yo todavía sigo llorando por lo ocurrido.—¿Cómo? P-Pero… mis papás son Apolo y Ares… ¿No, mamá? — La voz de mi pequeño se escucha igual de confundido que su padre.Me giro hacia él y me pongo a su altura, tomando su rostro con delicadeza, Ares hace lo mismo, pero pone su enorme mano sobre la cabeza de Calix.—En efecto, eres mi hijo porque te he criado, pero no te engendre con tu madre—Puedo escuchar afligido a Ares, incluso parece que su voz tiembla levemente.—Es… una larga historia—Mi voz tiembla, tengo miedo de contarle la verdad, pero ya va siendo hora de que lo sepa.—Quiero escucharla— Me contesta decidido y firme.Volteo a ver a Hades por unos momentos y regreso la vista a Calix.—Como ya sabes, yo viví en el Inframundo junto con tu abuelo y tu
—Mierda, Minte… no eres una simple ninfa… eres una mujer maravillosa y sólo un imbécil no se daría cuenta— Refunfuña Ares enojado, mirando de reojo a su tío irritado.Le doy un suave codazo, ambos reímos levemente.—Cielo… tu sabes lo mucho que te amo ¿Verdad? ——Claro que sí, mamá… ustedes han visto por mí desde el día que nací hasta ahora— Su voz se vuelve melodiosa y aterciopelada.—Bueno, dicho esto… no es fácil para mi contarte lo que te voy a decir, pero tienes que saberlo— Aprieto sus hombros, lo miro directo a los ojos con mucho pesar. —Después de abandonar el castillo de Hades, fui a hablar con Caronte y contarle que todo lo que había sucedido, en ese momento le dije que estaba esperando una criatura del rey y… y le dije…— Rompo una vez más en llanto, no quiero tener que decirle esto. —Y le dije que no quería tenerte… le dije que no debía traerte al mundo—Calix abre los ojos de par en par.—¡Minte! — Me regaña Hades furioso.—Le dije que había sido una estupidez mía haberme
—Pero no se va a quedar mientras tu esposa este aquí, no pienso poner su vida en riesgo, quizás tu estés demasiado desesperado por sentir el cuerpo de alguien en tu cama, que no te deja pensar con claridad, pero es muy peligroso para ella quedarse aquí abajo, la estarías dejando a la merced de Perséfone— Se vuelve a cruzar de brazos, resoplando con fuerza. —Mira… si lo que quieres es coger, puedo traerte a otras ninfas e incluso mortales con las cuales puedas desquitar tus ganas, como dice ella… no hay necesidad que se quede——No quiero… coger…con una mujer, Ares, no busqué a Minte porque necesitara a alguien en mi cama, como bien dices… para eso, puedo buscar a cualquiera, pero no es el caso… yo… la extraño—Puedo notar como sus mejillas se ruborizan levemente, desviando la mirada brevemente, un pequeño suspiro se le escapa y niega levemente con la cabeza.—Bueno, bueno… eso es diferente y te entiendo, ella es muchísimo más cálida que tu amarga e insípida mujer y no sólo me refiero a
—Atravesar un portal podría debilitarla aún más… tampoco sería conveniente— Le responde Hades con un tono realmente tranquilo, me alegra saber que al menos uno de ellos se ha calmado realmente.Los dos se miran directo a los ojos en completo silencio, pareciera que han acordado algo entre ellos y siento curiosidad por saber que pasa por sus cabezas. Entrecierro los ojos, mirándolos de forma dudosa.—Debo advertirte, estando ella embarazada se pone muy delicada de salud y es probable que tenga que dar a luz aquí——Está bien, debo mantener alejada a Perséfone y para eso, necesito que la mantengas distraída— Una sonrisa de satisfacción se dibuja en sus labios, se nota que es su desquite por parte de Hades.—Pfff… mierda… no quiero tener que tirármela… enserio, es horrible… buscaré otra forma de distraerla, pero me niego a meterme con ella otra vez— Resopla con fuerza y se soba las sienes con fuerza. —Buscaré la forma de distraerla mientras esté arriba——¿Qué sucederá con mi hijo? Quiero
—Y usted… ¿Cómo está? ——Bien, gracias por preguntar—Se acomoda en la cama y mira el techo, tiene sus manos sobre su pecho y puedo notar que algo lo inquieta, se vuelve a mover levemente en su lugar sin despegar la vista del techo, es como si buscara en su cabeza las palabras adecuadas para decirnos que tiene en mente.—Hijo, puedo notar que algo te perturba… dinos ¿Qué sucede? —Su voz paternal es tan tierna, que me conmueve.—¡Quiero ir a cazar! — Grita emocionado y se sienta en la cama, la forma en como mira a su padre es tan enternecedora que me llena de amor de tan sólo verlo.Hades se queda sorprendido por las palabras de su hijo, me voltea a ver y regresa la vista a su hijo, se sienta en la cama y toma una gran bocanada de aire.—Hijo mío… hay algo que debes saber de mí, no soy cazador ni tampoco se hacerlo, muy pocas veces salgo del Inframundo y sólo lo hago a no ser que sea completamente necesario—Calix deja caer los hombros derrotado al escuchar las palabras de su padre, se
—No, te estoy diciendo que este cuarto ha estado cerrado y sólo puede entrar una mucama para mantenerlo limpio— Resopla fuertemente. —Deja de gritar, ahora si eres tan amable, sal del cuarto y espérame en la sala del trono——¿¡Como?! — Exclama enojada. —¿¡Cómo te atreves a tratarme de esta forma?! Soy tu esposa y me debes respeto, debo saber si esa perra está aquí metida—Un silencio sepulcral se apodera de la habitación, haciendo que suelte unos pequeños gimoteos del miedo, quiero asomarme por la puerta para saber que sucede, pero tengo tanto terror que no me atrevo.—Te dije que me esperes en la sala del trono— Arrastra las palabras molesto e incómodo.Escucho como alguien corre y sus pasos se pierden en la distancia. Miro hacia la puerta y me arrastro lejos de ella, me siento débil de las piernas que no tengo fuerzas para levantarme.El picaporte suena a mis espaldas, volteo en aquella dirección y parece que alguien trata de abrir. Por unos instantes siento que mi alma abandona mi
Estoy feliz de saber que él sigue sintiendo algo por mí, algo bastante fuerte, pero también me pone triste que ese mismo siente por aquella bruja que lo trata mal.—Hades y si… ¿Dejas ir a Perséfone?Abre los ojos de par en par y se aleja de mí bruscamente, una mueca de disgusto se dibuja en sus labios.—¿¡Pero que estás diciendo?! ¡Es mi esposa y no pienso dejarla ir! — Exclama furioso.—No, espera… no me refería a eso— Le hago un ademán con las manos indicándole que se tranquilice y me deje terminar de hablar. —Me refiero a que… trates de enamorarla como lo hiciste conmigo, así ella podría ver que la amas mucho y que la quieres a tu lado, seguramente con eso… ella se sentirá feliz de estar a tu lado y… te corresponda a tu amor.Decir todo esto me duele, sé que él me dijo que también siente algo por mí, pero puedo notar en sus ojos que nunca dejará de amar a su esposa y que la va a preferir por encima de todo, no lo culpo ni mucho menos exijo ser tratada igual ya que al final… soy só