Enseguida me asomo y veo cómo se pierde entre los arbustos, moviéndose de forma ágil y sin miedo.Me doy un baño y me siento en la orilla de la cama, una enorme sonrisa se dibuja en mis labios al ver que Ares vino a buscarme, a pesar de todos los peligros que corre… vino.—Él… él vino por mí—Mi corazón late de alegría y emoción, cierro los ojos y siento como la esperanza vuelve a nacer en mí. Me pone un poco melancólica tener que dejar otra vez a Hades, pero ahora entiendo que… tiene que estar con su mujer y no conmigo, tiene que formar su familia con Perséfone y… no conmigo.Unas pequeñas lagrimas se deslizan por mis mejillas, mi corazón se estruja al punto que me duele, me duele darme cuenta de todo esto ahora, me duele saber que mi amor jamás será correspondido y que jamás, jamás estaremos juntos, no como a mí me encantaría.—Que idiota eres Minte… tuviste que pasar por todo este calvario para darte cuenta que… él no es para ti y nunca lo será… él…— Un pequeño sollozo se me escapa
Por mi mente pasan miles de imágenes, trato de hacer memoria para saber dónde se me han escapado esos tres largos años, pero siento que todo ha ocurrido en un par de días, semanas tal vez... pero... ¿Tres años? ¿Dónde se ha ido mi vida? No puedo creer que Hades albergue tal amargura en su corazón, que me ha alejado de nuestro pequeño hijo por tantos años. La garganta me arde de tanto gritar, pero mis dolencias físicas no son nada comparadas con el dolor que siente mi corazón y mi alma.Mi abuelo entra rápido a la habitación y se acerca a mí, coloca su cabeza sobre mi espalda y acaricia con suavidad mi cabello, me consuela lo mejor que puede. La verdad, es que agradezco mucho de que él este a mi lado en este momento tan difícil de mi vida, es gratificante saber que mi familia esta aquí para cuidarme.De tanto estar llorando me quedo dormida, pero antes de caer ante los brazos de mi madre, le he pedido a mi abuelo que no me deje sola, tengo miedo de no tener a nadie a mi lado en estos m
—Minte ¿Hace cuánto que no comes? ——No lo sé… he perdido la cuenta, lo único que he consumido es agua——Bueno, tendrás que consumir algo más que eso, si lo que te preocupa es comer las semillas de granada, déjame traerte algo de la superficie con la ayuda de tu madre——¿Serias tan amable, abuelo? —Me giro hacia él con dificultad, la amabilidad de Érebo es un aire bastante fresco para mí; muchos dicen que las entidades del Inframundo, incluso las deidades primordiales son seres crueles y despiadados, pero yo he visto que mi familia no es así, sino todo lo contrario, son amables y muy unidos. Érebo asiente con la cabeza y se dirige a la ventana, antes de salir por ella mira en mi dirección.—Volveré pronto—Sin decir nada más, salta por la ventana; sé que puede surcar los cielos, pero eso no quita que me asuste cada vez que sale de esa forma por mi ventana. Me quedo parada cerca de la entrada del baño, no pienso irme hasta escuchar como extiende sus alas para emprender el vuelo. Cuand
Escuchar esas palabras me saben a gloria en estos momentos y alivia mi alma, no quiero tener que preocuparme constantemente por comer semillas de granada. Un suspiro de alivio se me escapa, miro a mi abuelo y asiento repetidas veces con la cabeza como si fuera una niña pequeña. Él me da un pequeño beso en la frente y me dice que debería ir a descansar, que tengo que estar en condiciones para cualquier cosa que se presente, una vez que se va, me levanto de mi lugar y camino hacia la cama, llena de alegría y fe.Durante los últimos tres días; sé que sólo han pasado tres días porque mi abuelo me lo dijo. Hades ha venido a mi cuarto como siempre, se nota algo tenso, pero eso no le impide hacerme suya hasta el amanecer. Tengo ganas de preguntarle que ha sucedo esta última semana, pero prefiero no decirle nada, no quiero que desquite su ira conmigo.—Minte, te veo mucho mejor que la última vez, debo admitir que estoy impresionado y siento curiosidad por saber que ha sucedido— Se le escucha
Una parte de mí se siente feliz de que él esté a mi lado, cuidándome y protegiéndome… muy a su manera, por otra parte, no sólo tengo miedo a las represalias de Perséfone, sino también por mi hijo, me duele el saber que él piensa que ha tenido culpa de mi desaparición, sé que Ares me dijo que se ha tranquilizado con las palabras de mi madre, pero tanto él como yo, sabemos que no es así y me angustia pensar que cometa alguna imprudencia o que se ponga en peligro de una forma innecesaria por culpa mía.De forma semi inconsciente detengo mi música, miro a la nada y puedo ver el rostro de mi hijo, la última vez que lo vi, estaba dormido junto con su lobo blanco, se veía tan adorable. Cuando está dormido, se parece mucho a Hades, se ve tan feliz en el mundo de los sueños que hasta me da pena despertarlo, sus enormes ojos negros siempre me han mirado con mucha atención y ternura.Me pierdo por completo en mis pensamientos, recordando con claridad el día que vino al mundo, sus pequeñas manita
A pesar de estar cansado, él no se detiene, en sus ojos se ve reflejado el dolor que siente, pero no estoy segura si es porque tuve un hijo con Ares y con él no o si es porque no tiene la dicha de ser padre por más que le ruga a su mujer.Estamos muy cansados y exhaustos, nuestras respiraciones son agitadas, ni siquiera tengo la fuerza necesaria para acomodarme bien en la cama o siquiera taparme con las sábanas. Mi cuerpo está muy adolorido, seguramente me quedaran marcas en todas partes.Al parecer, Hades tiene más fuerza que yo, ya que logra acomodarme a su lado y después taparme con las sábanas. Apoyo mi cabeza sobre su pecho y cierro los ojos, estoy tan cansada que podría caer dormida en cualquier momento, de eso no hay duda alguna.—¿Por qué? — Susurra con suavidad cerca de mi oído. —¿Por qué… con él sí? —Escuchar sus palabras me acongojan, de verdad que me muero de ganas de decirle la verdad, de gritarle en la cara, que mi niño, no es hijo legítimo de Ares sino suyo, pero todav
Una enorme sonrisa se dibuja en mis labios, miro hacia el horizonte con una enorme sonrisa y empiezo a correr a todo lo que dan mis piernas.—¡Minte! — El grito atronador de Hades hace que me detenga en seco, escucharlo tan furioso me pone los nervios de punta, su grito fue tal, que el suelo tembló, temeroso de que el dios del Inframundo desquite su ira con él.Me detengo en seco para luego voltearlo a ver, estoy aterrada por la ira del rey de los muertos, pero esta es mi única oportunidad de estar con mi hijo y no pienso desaprovecharla, ambos nos miramos a los ojos de forma fija, suavizo mi expresión para que no piense que estoy retando su autoridad en forma de burla.—Hades, tengo que irme… no puedo quedarme——¡Te dije que te quedarás aquí conmigo para siempre! —Empieza a caminar en mi dirección, pero se detiene al sentir el suelo temblar, pero esta vez no es por su enojo, sino por algo más. Un alboroto se escucha a mis espaldas, curiosa volteo a ver de qué se trata, para mi enorm
—¿Qué? — Susurra suavemente y con sorpresa.Su confusión es palpable en su rostro, tiene los ojos abiertos de par en par y da unos pasos hacia nosotros, pero se detiene casi enseguida, abre un poco la boca, pero no emite ningún sonido. Yo todavía sigo llorando por lo ocurrido.—¿Cómo? P-Pero… mis papás son Apolo y Ares… ¿No, mamá? — La voz de mi pequeño se escucha igual de confundido que su padre.Me giro hacia él y me pongo a su altura, tomando su rostro con delicadeza, Ares hace lo mismo, pero pone su enorme mano sobre la cabeza de Calix.—En efecto, eres mi hijo porque te he criado, pero no te engendre con tu madre—Puedo escuchar afligido a Ares, incluso parece que su voz tiembla levemente.—Es… una larga historia—Mi voz tiembla, tengo miedo de contarle la verdad, pero ya va siendo hora de que lo sepa.—Quiero escucharla— Me contesta decidido y firme.Volteo a ver a Hades por unos momentos y regreso la vista a Calix.—Como ya sabes, yo viví en el Inframundo junto con tu abuelo y tu