Rio quedamente y saco el agua de la jícara, luego hago que recorra todo su cuerpo, sanándolo enseguida.—¿Mejor? —Sin decir nada, se levanta y entra a la carpa, aun conmigo encima de él.—¡Ares! — Exclamo divertida mientras mis manos se aferran a su espalda evitando caer.Me deposita en el lecho con suavidad para después arrancar mi túnica y se pone encima de mí, besando y mordiendo mi cuello. Una de sus manos juega con uno de mis senos y la otra me levanta la pierna izquierda.Sin hacerse esperar me embiste con fuerza, una y otra vez, haciendo que grite de placer, sus manos recorren mi cuerpo, acariciando mis senos y besando cada centímetro de mi piel, haciendo que todo lo que me hace sentir se intensifique.Trato de rodear en su totalidad la cintura de Ares con mis piernas, pero me es imposible ya que es bastante ancha y cada vez que lo intento, él suelta un fuerte rugido. Toma posesión de mis labios de una forma salvaje, esto hace que nuestros gemidos se ahoguen un poco.Separa un
Cuando el aire me falta, aleja su rostro del mío. Pensado que me dejara ir, lleva sus labios a uno de mis senos y empieza a morderlo y besarlo.—¡Hades! — Suelto con dificultad.Me retuerzo entre sus brazos, se siente tan bien.—Me perteneces, Minte… nunca lo olvides… eres mía—Una vez que termina de tortúrame con sus labios, se aleja de mí. Mis piernas están tan débiles que caigo al suelo derrotada, levanto la mirada hacia él, un poco enojada.—¿Qué quieres? ¿Sólo para eso viniste? ¿Tanto te duele que esté en brazos de otro? —No dice nada y se va, desapareciendo en la espesa oscuridad.Después de lo sucedido, ya no tengo sed, así que decido volver al campamento, pero el tacto de Hades, sus besos y su presencia me ha provocado.Apenas llego me subo encima de Ares, él se despierta y me mira sorprendido, pero al darse cuenta de mis intenciones, no dice nada, sólo suelta una risa seductora y me vuelve a hacer suya hasta el amanecer.Me acomodo sobre su pecho otra vez y me quedo dormida,
Le tomo de la mano y lo llevo hasta la habitación, luego lo obligo a sentarse en una de las sillas y cierro la puerta con suavidad, volteo a verlo y resoplo con fuerza. Sin darle más largas, le cuento lo que ha sucedido en su ausencia.Escucha con atención y asiente levemente con la cabeza.Cuando termino de decirle lo que sucede, se levanta de la silla, pone sus manos sobre mis hombros y me mira directo a los ojos.—Si quieres acostarte con él, hazlo——¡Pero está casado! — Exclamo en voz baja.—¿Y? Tu sabes que me he follado a Perséfone de forma ocasional… aunque claro… ahorita ya no, ya no me hace falta— Sacude la cabeza levemente. —Pero el caso es que, él no lo sabe y si tanto desea estar contigo… hazlo——¿No te va a enojar? ——Minte, nena… ¿Volverás a casa conmigo? ——¡Claro que sí! —Se encoge de hombros y se ríe levemente.Al entender mejor la situación, le doy un golpe tonto en el abdomen, sin dejar de reíste me besa suavemente.—Te voy a preparar el baño—Como siempre, Ares ll
Puedo sentir como con sus dedos abre mis pliegues, dejándome completamente expuesta, luego su lengua empieza a recorrer cada centímetro de mí.Mis gemidos son cada vez más fuertes e intensos, mi mano derecha se posa sobre su cabella y tiro de su cabello levemente, con mi otra mano juego con uno de mis senos.—Hades, Hades… más, más—Aumenta su intensidad y siento como mis piernas empiezan a flaquear, siento que voy a desfallecer de placer.—Hades… si… si—Tiro de su cabello con algo más de fuerza, puedo sentir como mi orgasmo está a punto de llegar y él lo sabe, así que se pone a jugar conmigo, torturándome para que no llegue tan rápido.—Hades, por favor…— Le ruego de forma suplicante y sumisa.No se siente satisfecho por lo que le digo así que decide atormentarme por un rato más. Yo no paro de rogarle y cuando por fin se apiada de mí, hace que me corra de una forma espectacular.—¡Hades! — Grito su nombre con deleite y gozo.Se levanta y ahora soy yo la que se arrodilla para meter s
Miro hacia mis espaldas y camino sin quitar la vista de encima, luego choco contra alguien, que me toma de los brazos enterrándome las uñas.—¿A dónde crees que vas? — La voz de Hades me petrifica al instante.Volteo a verlo temerosa, mi cuerpo tiembla y mi mente se queda en blanco por completo. La expresión que tiene es de enojo y desaprobación absoluta, sus ojos se clavan en mí con tal injuria, que no me atrevo a apartar la vista por miedo a desatar su rabia.—Hades… no puedes hacerme esto, no me puedes dejar encerrada aquí— Mi voz se quiere quebrar, pero trato de contenerme lo mejor que puedo.—Dijiste que te quedarías a mi lado siempre, a no ser que yo te dijera que te vayas— Responde con amargura y soledad.—¡Eso era antes de que me cambiaras por otra mujer y que me alejes de mi hijo! — Rujo con fiereza e impotencia. —Si no trataras de mantenerme lejos de mi hijo, y-yo…— Bajo la mirada y la desvío.—Tu hijo jamás tocara mis dominios, lo que menos quiero es tener al vástago de Are
—Tengo que encontrar una forma de salir… pero ¿Cómo? Todos aquí son fieles o temen a la ira de Hades, nadie me va a ayudar y los únicos capaces de desafiarlo están muy lejos de aquí—Acaricio mi cabello que ya está demasiado largo, ya me llega por debajo de la rodilla.Un suspiro pesado se me escapa.La puerta se abre y volteo a ver a Hades, que como siempre… trae una charola con comida.—Minte, debes comer algo——No tengo hambre, gracias por preocuparse Dios Hades—Regreso la vista al exterior, trenzando mi cabello y sin dejar de pensar en la forma de salir de aquí.—Minte… por favor… come algo—Decido no contestar.Deja la charola de comida y se va.Me acerco a la comida y veo que tiene semillas de granada, arqueo una ceja y decido tirar las semillas por la ventana.—No pienses que me vas a amarrar de esa forma tan absurda Hades, quizás a la… de tu mujer sí, pero no a mí—Al ver esto, decido revisar toda la comida y para mi sorpresa, tiene semillas de granada escondidas por todas pa
Hades abre la puerta, no se hace esperar y entra con la charola de siempre, depositándola sobre la mesa que está en la habitación, a varios metros de mí.Me levanto de mi lugar y camino hacia ella, me dejo caer sobre el sillón y miro la comida con agonía, estoy segura que cuando coma las semillas de granada, me voy a condenar para toda la eternidad, sin esperanza de poder librarme de esto… seguramente mi señora se pondrá furiosa, pero… ¿Qué más opciones tengo?Estoy por darle un bocado a la comida, puedo sentir la mirada ansiosa de Hades puesta sobre mí, pero antes de que pueda meter la comida en mi boca, alguien toca a la puerta.—Señor Hades… le buscan en la sala del trono—Él refunfuña enojado, toma la charola entre sus manos y se da media vuelta.—No creeré nada hasta que vea lo vea con mis propios ojos, cuando termine con mis asuntos, te traeré otra charola—Sale de la habitación sin decir nada más.Puedo sentir como mi alma abandona mi cuerpo por unos instantes, me siento tan al
A la distancia veo algo que brilla, frunzo levemente el ceño y volteo a ver a Hades, él simplemente sonríe y sigue caminando.Cuando llegamos, veo un hermoso camino con pétalos de flores que es iluminado con velas que rodean una cama hecha de cojines y sábanas, a un lado hay una pequeña canasta con algunas frutas. Asombrada, me acerco al lugar para verlo mejor.—Es hermoso— Suspiro asombrada y extasiada. —Hades… es…— Volteo a verlo entusiasmada. —Es precioso——Me alegro que te guste—Me toma de la mano con suavidad y me lleva hasta el lecho con delicadeza, ambos nos sentamos en el centro de la cama, toma la cesta de frutas y me ofrece una, su mano no para de temblar.—Hades… no tienes por qué tener miedo—Como la fruta que me ofrece, su rostro se ruboriza levemente. Luego yo le ofrezco una y él la acepta.Nos acostamos en la cama y miramos el cielo por un rato, él me acuesta sobre su pecho y empieza a acariciarme, poco a poco las cosas van escalando hasta que nos encontramos siendo un