—Hades… eres mi perdición, pero al mismo tiempo mi salvación…—Un suspiro de tristeza se me escapa, pongo mis manos sobre mi rostro y trato de tranquilizarme.—Vamos Minte… ya han pasado siete años desde que te dejo, ya debiste de haberlo superado… ya… debiste olvidarlo—Froto con fuerza mi cara y aprieto con fuerza los puños.Sé que estos futuros encuentros no llegaran a nada, se nota que el ADORA a Perséfone y que… se ha olvidado de mí al punto de que no quiere hablar de mi existencia, pero… quiero tener esta tonta fe de que… quizás… algún día él vuelva a amarme… aunque sea un poco.La mitad de mes pasa bastante rápido, pero luego siento como si mis deberes se hubieran vuelto toda una tortura, me cuesta mucho concentrarme a la hora de tocar para los dioses ya que por mi mente pasan las imágenes de Hades durmiendo y mi corazón sólo quiere tocar para él, las clases de Apolo de canto se me hacen muy confusas y las tardes de té con Hera se han vuelto un caos ya que no tengo ánimos de ir
—Ares— Digo en un tono algo molesta.—Tranquila Minte, su madre murió y traje al cachorro para que no muera...—Arqueo una ceja y salgo poco a poco de la habitación, él se acerca a mí, posando sus manos sobre mi cintura y depositando un pequeño beso en mis labios.—Ve afuera a jugar con tu perro Calix... tu madre y yo tenemos que hablar——¿Oh? — Le digo de forma dubitativa. —¿Tenemos que hablar? — Pregunto en un tono que solo él escucha.—Claro que si… tenemos mucho que hablar… bueno… quizás hablar no sería la palabra adecuada—Me sonríe de forma picarona.Escuchamos como Calix se aleja de la cabaña, Ares me levanta haciendo que rodee su cintura con mis piernas y nos metemos al cuarto. Luego de un rato, el niño regresa y él se levanta para atenderlo.—Si quieres yo voy, me imagino que estas muy cansado——Más que tú ahora mismo no— Se acerca a mí y me besa. —Descansa…—Veo como se enrolla una túnica sobre su cintura, la amarra con un cinto negro y sale de la habitación, al otro lado de
—Es verdad… mi hijo es algo rebelde——¿Algo? — Pregunto con sarcasmo. —Tú sabes que cuando estas cerca, es un niño desobediente y le gusta mucho explorar—Se encoje de hombros y se ríe.—¿Qué te puedo decir? Es mi hijo, Minte… tenía que sacar algo de mí—Antes de que caiga la noche, llegamos a un lugar ideal para Ares, nos costó mucho trabajo hacer que el señor por fin se decidiera, ya que los lugares que vimos, no les gustó nada.—Bueno, voy a montar las carpas, ven hijo, ayúdame—Calix emocionado empieza a ayudar a su padre, yo me siento en el suelo y veo como ambos se ponen a montar todo. Ares le explica cómo debe hacerlo y él obedece a su padre y sigue su ejemplo lo mejor que puede.Ya con todo listo, nos acomodamos para dormir, ha sido un viaje bastante agotador.A la mañana siguiente nos levantamos y Ares sale a cazar junto con el niño, mientras ellos se van, yo junto varias ramas y piedras para hacer la fogata.Mientras camino, no puedo evitar pensar que hoy debo ver a Hades, pe
—Ten cuidado con lo que dices Perséfone, que de esa unión saliste tu——¿¡No podías buscar a otro hombre?! ¡Justamente tenías que volverte otra amante de Zeus! Por eso nadie me toma enserio y se burlan de mí——Cariño… nadie se burla de ti, la mayoría de los que están en el Olimpo son hijos de tu padre, no tienes nada de qué preocuparte, además, eres la reina del Inframundo, no veo razón por la cual no te tomen enserio—Ella resopla con fuerza, puedo escuchar sus pasos y me pongo tensa, aprieto mi citara con fuerza al punto que se escucha como cruje levemente.—¿¡Quien está ahí?! — Exclama furiosa.Una rama sale del suelo y me levanta, para luego tirarme a los pies de Perséfone, que me mira con repudio y asco.—¿Qué haces aquí? ——Me he perdido… estaba acampando y… me caí…—Al darse cuenta del mal estado de mi pierna, camina hacia ella y la pisa con fuerza, mis huesos crujen y un fuerte alarido de dolor se me escapa de los labios, mi citara se clava sobre mi pecho ya que caí encima de
—Recuerda Minte… recuerda… ¿Qué te dijo madre? —Cierro los ojos con fuerza y trato de recordar las lecciones de mi madre.—Muy bien cielo, recuerda que el poder del sueño es muy termino por los dioses, es algo a lo que jamás podrán resistirse——Entiendo madre… eso explica porque nos han encerrado en el inframundo, aunque… tampoco es un mal lugar para vivir—Ella ríe quedamente.—No, cariño… no lo es— Su voz maternal es muy tierna. —Ahora, la única forma que tienes de canalizar tu poder es por medio de la música, pero conforme vayas practicando, lo podrás manifestar como se te antoje—Ella levanta su mano, y de ella se genera una luz azul con brillos, luego la expulsa y golpea con fuerza un estante, haciendo que vuele por los aires.—Si…— Digo con incomodidad. —Prefiero no hacer eso… no me gusta hacerle daño a nadie, además, me gusta mucho eso de ayudar a los dioses a dormir——Bueno cariño, eso es bueno, pero de igual forma tu poder va a evolucionar con el tiempo y lo hará más rápido
—¡Deja que termine de hablar! — Le reprocha a su hijo con severidad.—Mejor que no le hables así a mi hijo, Zeus— La voz de mi señora da bastante miedo, incluso parece que su esposo sabe que eso es muy peligroso.—Bueno… me entretuve mientras recogía leña y cuando me di cuenta estaba perdida en medio del bosque, estuve vagando por bastante tiempo hasta que me caí por ese— Señalo el declive por donde caí. —Declive, trate de esquivar lo mejor que pude los árboles, pero desafortunadamente no pude esquivar aquella roca y me rompí la pierna, luego me arrastre hasta ese tocón— Lo señalo también, así como la primera vez, los presentes fijan su vista en el pedazo de árbol—Estaba pensando en la forma de cómo llamar la atención de Ares——¿Qué sucedió? — Hera se escucha un poco afligida.—Bueno, escuche a la diosa Perséfone discutir con su madre y decidí quedarme callada, ya que sabía que no le caigo bien a la diosa Perséfone, soltó un estruendoso grito iracundo e hizo que apretara con mucha fue
Rio quedamente y saco el agua de la jícara, luego hago que recorra todo su cuerpo, sanándolo enseguida.—¿Mejor? —Sin decir nada, se levanta y entra a la carpa, aun conmigo encima de él.—¡Ares! — Exclamo divertida mientras mis manos se aferran a su espalda evitando caer.Me deposita en el lecho con suavidad para después arrancar mi túnica y se pone encima de mí, besando y mordiendo mi cuello. Una de sus manos juega con uno de mis senos y la otra me levanta la pierna izquierda.Sin hacerse esperar me embiste con fuerza, una y otra vez, haciendo que grite de placer, sus manos recorren mi cuerpo, acariciando mis senos y besando cada centímetro de mi piel, haciendo que todo lo que me hace sentir se intensifique.Trato de rodear en su totalidad la cintura de Ares con mis piernas, pero me es imposible ya que es bastante ancha y cada vez que lo intento, él suelta un fuerte rugido. Toma posesión de mis labios de una forma salvaje, esto hace que nuestros gemidos se ahoguen un poco.Separa un
Cuando el aire me falta, aleja su rostro del mío. Pensado que me dejara ir, lleva sus labios a uno de mis senos y empieza a morderlo y besarlo.—¡Hades! — Suelto con dificultad.Me retuerzo entre sus brazos, se siente tan bien.—Me perteneces, Minte… nunca lo olvides… eres mía—Una vez que termina de tortúrame con sus labios, se aleja de mí. Mis piernas están tan débiles que caigo al suelo derrotada, levanto la mirada hacia él, un poco enojada.—¿Qué quieres? ¿Sólo para eso viniste? ¿Tanto te duele que esté en brazos de otro? —No dice nada y se va, desapareciendo en la espesa oscuridad.Después de lo sucedido, ya no tengo sed, así que decido volver al campamento, pero el tacto de Hades, sus besos y su presencia me ha provocado.Apenas llego me subo encima de Ares, él se despierta y me mira sorprendido, pero al darse cuenta de mis intenciones, no dice nada, sólo suelta una risa seductora y me vuelve a hacer suya hasta el amanecer.Me acomodo sobre su pecho otra vez y me quedo dormida,