Habiendo aceptada la reunión por Clément, el patriarca de la familia Springsteen, Marcelo junto a su hermano se abocaron a la casa donde se enteraron que ellos se encontraban. Creyeron que tendrían que esperar más, sin embargo no fue así y eso acortó el tiempo que emplearían en su búsqueda.Dejar el ordenador donde estos habían aparecido no le fue agradable a Marcelo, pero si eso le daba aún más resultados, se iba a arriesgar. La casa parecía la fortaleza de un rey que tenía su ejército , el cual custodiaba hasta el último centímetro de ese extenso y hermoso lugar. Desde que entraron se vieron revisados por los hombres que no les dejaron avanzar antes de mostrar que no tenían ningún arma para atacarlos. Esculcando todo bolsillo o lugar en el que pudieran cargar algo que representara un riesgo para quienes estaban ahí__ Déjenlos. Está bien. Sí quisieran atacarnos, armas sería lo último que necesitarían. - dijo Uri Springsteen enviando a sus sirvientes a otras labores. - Un Crown en
__ No me importa la forma, pero vas a decirme dónde está mi hijo. - exclamó Alvin al entrar al camarote de Gálata. Esta se levantó de inmediato, siendo prácticamente arrastrada fuera del sitio para llevarla del mismo modo por el pasillo. - No quería que esto fuera así, pero no me dejas opción. Has entorpecido demasiado mis planes y no pienso dejar que esto me lo quites. __ No sé dónde está. - alegó ella al ser sentada y encadenada a una silla, con las manos atadas al frente. __ Lo sabes. Tú siempre debes tener un método para encontrarlo. - dijo Alvin al sacar una inyección que preparó. - Conoces el tiopentato de sodio o suero de la verdad, supongo. Aunque creo que lo conoces más con el nombre de pentotal sódico. Como sea el dichoso suero de la verdad te hará alucinar y soltar las verdaderas que te callas y ya me tiene harto no saber. __ No te atrevas a ponerme eso. - sacudió las cadenas con tal violencia que sus muñecas obtuvieron aún más marcas de las que ya tenían.Tiró de sus ma
__ No necesito que nadie me cuide las espaldas. - le dijo Marcelo mientras sus tiros certeros derribaron a todo aquel que veía aparecer. __ Es una orden. - dijo Alaya del mismo modo, con su ojo pegado el aparato que le permitía ver en la oscuridad facilitando su camino. El hombre que sostuvo a uno de los hombres de Alvin y prácticamente le arrancó la tráquea se giró hacia ella. __ La nueva orden es que ubiques a mi mujer, a ese hijo de puta y cuando tengas al primero me dirijas a él. - determinó y ante eso no pudo decir nada la chica que junto a Liban fue recogido por Raúl esa mañana para trasladarlos hasta ese sitio donde sabían que se volvería una carnicería. Ahora lo corroboró al ver a Marcelo dejar caer el pedazo de garganta del sujeto que aplastó con sus pies, mientras sus pasos rápidos fueron a un solo sitio. Leonardo se encargó de la parte aérea, Joseph de que ningún bote tuviera tripulantes y Adrián de derribar a todo aquel que quería ubicarse como francotirador también. D
Todos los hombres de Alvin fueron acorralados, obligándolos a correr por una sola ruta, Liban derribó al primero, Raúl le atravesó el pecho al siguiente con un proyectil. Alvin aterrorizado apuntó a todos lados, mientras sus hombres formaron un círculo para no descuidar un solo lugar. __ Formación de seguridad. - ordenó uno de ellos, un segundo más tarde ya tenía el pecho lleno de proyectiles a causa del hombre que desde un helicóptero se lanzó hacia abajo para caer en el centro del círculo, arrasando con varios de ellos a una velocidad que no les dió tiempo ni siquiera de darse cuenta de quien era la persona que acabó con su vida. Alvin Müller apuntó y el arma se le fue arrebatada junto al puñetazo que le rompió el tabique de la nariz, tropezando con los cuerpos desangrándose, fue recibido por el rodillazo que lo dejó en el suelo con la nariz rota. __ Muy imbécil de amenazar a mis hijos, escoria. - la bota quedó en su cuello apretando sin compasión, mientras el cañón quedó en su
Sí los latidos de Marcelo se hubiesen escuchado en un altavoz, estos retumbarían hasta mandar abajo los muros del edificio, así como estaban a punto de romper con su caja torácica. La mirada de Gálata tenía lágrimas inundando su vista, las cuales descendieron por su mejilla y ella limpió, este miró al doctor a quien estaba a punto de estrellar contra la pared por no ser claro con lo que estaba sucediendo.__ ¿Me dirá lo que ocurre o seguirá como...__ Ven. - lo llamo su mujer extendiendo la mano que este tomó luego de no poder terminar el insulto hacia el pobre sujeto que dejó que fuera ella quien lo dijera. Estaba más seguro de esa forma. __ ¿Le pasó algo a él? - preguntó con un tinte de preocupación en su voz. __ Ellos. - dijo Gálata. - O ellas. No lo sé. Pero no les pasó nada, están bien, solo mantener una dieta muy estricta para recuperar los nutrientes que estos días no pude...__ ¿Dos? - preguntó el hombre de mirada asombrada. Aún no asimilaba lo que estaba escuchando, pero s
Lo único que podía descontrolar a la bestia es saber a su ángel amenazado. Casi perderla creó en él esa arruga que se podía agrietar en cualquier instante, pero el dolor lo encegueció y capturó los fragmentos de brutalidad, crueldad y bestialidad para entregarlos al único ser que era capaz de resistirlo a ese nivel. Los dedos se cerraron en la empuñadura del cuchillo que Marcelo incrustó con salvajismo hasta obtener un agujero por donde se abrió paso. La siguiente dosis fue puesta en el cuello de Alvin, manteniéndolo vivo y consciente de lo que estaba pasando.Sí las condenas se hubiesen considerado desde el momento en que se avisó sobre qué tan maquiavélicas podían ser, quizá se evitarían muchas cosas, entre ellas los aullidos de dolor del hombre que vio de cerca la muerte. Mientras tal imagen estaba en los ojos profundos e iluminados que no causaron nada más que terror por ser la presa de alguien que no solo causó terror, con esa sedientas ansias del olor que impregnó su ropa, cua
Johan despertó aún más emocionado de lo que los días atrás lo vieron. Se metió a bañar con tal prisa, que Luisa fue quien tuvo que llevarle el ritmo a un inquieto niño que movía los pies de aquí hacia allá, el cual solo se controló hasta que Marcelo apareció por la puerta. __ ¿Ya casi nos vamos? - preguntó sacudiendo sus pies. __ Se tardarán más si no dejas que te ponga los zapatos. - le dijo Luisa de rodillas frente a él.__ Lo haré yo. - añadió Marcelo poniéndose de cuclillas luego de ayudarla a ponerse de pie. - Gracias por cuidarlo estos días. __ Es una especialidad a la que me gusta hacerle uso en todo momento. - contestó ella entregando el par de zapatos para luego salir.Johan vio apenado al hombre que le pidió calmarse, mientras le puso uno de los zapatos y amarró las cintas. __ Comprendo tu inquietud. ¿Te confieso algo? - el niño movió la cabeza. - Estoy igual que tú. Quiero ver a Gálata de nuevo. __ ¿Y veremos a los bebés ya? - preguntó ilusionado. __ No, aún están en
Desde que Gálata llegó a su casa, se vio rodeada de atenciones de todo tipo. Personas dispuestas a cumplir todos sus deseos abundaron en la casa, pero más las miradas de Marcelo que la elevaron a un nivel más de lo que antes lo hacía. Lo escuchó. Lo dijo y ella estuvo consciente cuando al fin lo dijo. La amaba, tanto como ella a él y lo dijo en voz alta. No había nada que le gustara más que saberlo ahora y tenerlo grabado en su cabeza. Johan hablaba todo el tiempo de que Marcelo le dijo sobre sus dos hermanos, agradeciendo que le haya sabido explicar las cosas, para que no se sintiera reemplazado por ellos, porque jamás ocurriría de esa forma. Sara y Keyla estuvieron en visitas los días que le siguieron, cuando tenía que estar reposando, indicándole a Marcelo que podía ir a algún sitio donde lo necesitaran, aunque siempre extrañaba sus atenciones o las visitas de Johan cuando se lo llevaba con él. Pero no podía hacer que el pequeño se quedara en una casa cuando al parecer le ilus