Entre los rostro de los invitados se paseó la vista de Bartolomé Cormac, mirando a cada uno de los asistentes en búsqueda de quienes aseguraron llegarían. La copa de licor ya no tenía el mismo sabor a victoria. En cada rincón que observó no vió absolutamente ninguno de ellos, puesto que siempre iba más de uno, como el seguro de que al estar en problemas, el otro podía ayudarlo. Pero no había ningún Crown en la fiesta. Inclusive los invitados preguntaron más de una vez por ellos, mientras estos estaban desde un edificio contiguo, viendo por los auriculares la multitud que a leguas se notó, no estaban pasándola tan bien como les prometieron. __ Señor, solicitan que las entrevistas se den inmediatamente. - dijo el asistente personal de Cormac. Este lo miró cual bicho raro, mientras siguió en su inútil búsqueda. - ¿Señor? __ No están quienes deben llevarse todas las cámaras. - musitó.__ Creí que nadie debía llevarse más atención que usted esta noche. - exclamó el sujeto de esmoquin q
Gálata vio las caras de todos en cuanto los vio llegando. No eran buenas noticias, dedujo. Claro que no las eran, como podían serlo si ninguno de los hermanos Crown llegaron. Los únicos que llegaron fueron Braulio y Marcelo, siendo recibidos por un Aarón que se notó no estaba nada bien con las noticias que estos le dieron. Mauro estaba con vida y el lugar que rastrearon estaba vacío, pero una buena era que encontraron una infinidad de objetos que indicaron el estado del hombre que aterrizó junto a su padre en una propiedad casi a la deriva. Ese sitio fue prácticamente su única salida. La única que pudieron constatar que era útil. La mañana llegó y con ello, se tuvieron que ajustar a los cambios. __ Vacié las cuentas. - dijo Hernán. - Necesitamos todo el efectivo posible, solo así podremos salir de esta ciudad sin ser detectados.__ No me iré. Escapar de ellos jamás lo haré de nuevo. - replicó Mauro sosteniéndose de una de las muletas que le ayudaron a mantenerse de pie. __ Está
Cada habitación fue revisada con la finalidad de encontrar algo que indicara la permanencia de los Daemons en ese lugar. La casa entera, sin dejar un solo espacio fue abierta de par en par, mientras se les indicó no hacer mucho alboroto debido a que el niño presente no tenía que presenciar tal desorden. __ ¿Que hay allí? - cuestionó el General que se asomó por la ventana.__ El cobertizo. - señaló Joseph con una taza de café en la mano. - Si quiere revisar también, hágalo. Aunque supongo que si busca en ese lugar es porque sabe que son muy obvios y personas incompetentes que no pueden ni siquiera esconderse bien. - la burla en las palabras fue un motivo más para que el general se viera molesto. - Llévalo al cobertizo. Supongo que deben ser tan básicos como para que piense que están ahí y ni siquiera dar con ellos.El hombre a quien este le dió la orden se movió, pero el general no quiso hacerlo. Se sintió muy humillado y no sabía si encontrarlos ahí sería una buena forma de resaltar
Joseph se despertó muy temprano. La oscuridad aún cubría cada uno de los rincones de la ciudad, pero tenía una misión que cumplir. Liberar a los Daemons de la orden que fue girada horas antes, por lo que dejó resguardada su casa,. activó cada uno de los sistemas de seguridad y emprendió su traslado, encontrando el siguiente auto que guió a la pista donde un grupo de hombres ya esperaba por ellos.__ Necesito que este avión despegue ¡para ya! - dispuso saliendo de su vehículo, los Daemons encabezaron el grupo, subieron sus equipos y subieron a la aeronave que Joseph revisó. __ Espero que esto no sea una mierd4 de nuevo. - farfulló Cray entregando su rifle a Ron para subir los maletines. __ ¿Seguros que esto es lo mejor? - consultó Ben pensando en que tal cosa era un suicidio prácticamente. __ No reniegues y sube. - lo empujó Alaya tomando la delantera. __ Nos veremos en unos días, jefe. - Liban dedicó un saludo militar a Joseph y este solo movió la cabeza alejándose del Jet cuando
__ Johan es hora de tu cena, cariño. - le sonrió su madre, el pequeño levantó la mirada y correspondió dicho gesto. Casi no le gustaba hablar, pero siempre lo hacía más con Gálata, a quien le relataba sobre cosas que descubría a su corta edad. Ya fuera una nueva forma de jugar o un juguete nuevo que ella solo admiró como cuidaba con recelo.Lo escuchó en el recorrido hasta la cocina, el lugar elegido para comer esa noche. Lo sentó en su lugar y recibió el plato que colocó sobre el mesón.__ ¿Te encuentras bien? - le preguntó Gálata al verla muy torpe en ese instante. - Siéntate, yo voy a servir la cena. __ Tu cocinaste. - rió Adela. - Lo justo es que yo haga algo.__ Hay muchas cosas que son justas , otras no tanto. Deja la tontería y deja que lo haga. - le quitó el plato de las manos para seguir ella misma. - ¿Por qué no salimos mañana a comprar tus...__ Gálata, no. Estoy bien, no tienes que hacer nada para quitarme el peso que crees que tengo. - la interrumpió la mujer que se sen
La calle oscura y la vegetación tupida cubrió todo tipo de rastro de lo que estaba sucediendo en el lugar. La lluvia se volvió cada vez más fuerte y para cuándo el auto se detuvo al llegar al fondo del barranco, Marcelo soltó a Galata y Johan, quienes no podían creer que continuaran con vida luego del arranque que le dió al sujeto que vio la sangre que tenía en la frente con el corte debido a un vidrio que le rozó la piel. __ Salgan del auto. Vienen por nosotros. La orden de Marcelo no la esperó, siendo más una exigencia que acató a la brevedad. __ Si vienen por nosotros¿porque nos trajiste aquí? - le cuestionó Gálata con su hijo en brazos.__ Porque necesito uno con vida. - replanteó sin más sosteniendola del brazo para que no cayera con las piedras resbaladizas que habían en el camino. - Camina. No hables y escucha sus pasos.La forma de hablar de Marcelo la dejó con incógnitas, pero era debido a no estar enterada del todo, lo que este tuvo que pasar.Tuvo que aprender a disting
Las pisadas de los presentes fueron veloces al salir de sus autos, sabían donde estaban por lo que corrieron al lugar que Gálata había dicho los llevaría directamente a donde estaban.Joseph no reconoció ningún auto de su tío en el sitio, pero esa fue la dirección que les dieron. Solo había un vehículo aparcado afuera y no era más que de la gente de Mauro, por lo que se puso a la defensiva sacando el arma con el cual apuntó al solo abrir la puerta corrediza. Estaba oscuro, pero no tardó en escuchar el Clik del seguro de arma al ser quitado. __ ¿Gálata? - preguntó y solo así la mujer suspiró.__ Que bueno que llegaste. Intenté llamar a los demás, pero no pude localizar a ninguno. - tiró de su mano indicando que la siguiera. Empujó la puerta de la habitación en donde ya estaba intentando curarlo o detener el sangrado. __ ¿Como te encontraron? - interrogó yendo por su tío, quien tenía dos orificios en el abdomen que lo tenían sangrando por montones. __ Fue Adela, ella me traicionó.
Las puertas de la habitación donde sabían que Gálata estaba fue derribada con una patada que les dio la oportunidad de entrar al lugar.Se dispersaron por todos lados con la única finalidad de llevarla a donde la necesitaban. Sin embargo nada encontraron allí. Las habitaciones estaban vacías, había ropa en el basurero y muchas cosas desorganizadas como si hubiera salido con prisa. __ Está vacío, señor. - avisó el hombre mediante la línea. __ ¿Como que vacía? El rastreador dice que están ahí. - indicó viendo en la pantalla. - Busca bien, de seguro se escondió en algún rincón.__ Es una habitación de dos cuartos, baño y en cada sitio ya revisamos muy bien. No están. - reiteró entrando al baño. __ El rastreador en su reloj no puede equivocarse. Busquen bien. __ ¿Un reloj plateado? - cuestionó el sujeto. Mauro confirmó, preguntando cómo era que sabía. - Porque lo dejó en la cama, señor. Lo dejó por accidente o se dió cuenta, pero ya no lo carga con ella. __ ¡Maldit4 sea! - cortó la l