Cada habitación fue revisada con la finalidad de encontrar algo que indicara la permanencia de los Daemons en ese lugar. La casa entera, sin dejar un solo espacio fue abierta de par en par, mientras se les indicó no hacer mucho alboroto debido a que el niño presente no tenía que presenciar tal desorden. __ ¿Que hay allí? - cuestionó el General que se asomó por la ventana.__ El cobertizo. - señaló Joseph con una taza de café en la mano. - Si quiere revisar también, hágalo. Aunque supongo que si busca en ese lugar es porque sabe que son muy obvios y personas incompetentes que no pueden ni siquiera esconderse bien. - la burla en las palabras fue un motivo más para que el general se viera molesto. - Llévalo al cobertizo. Supongo que deben ser tan básicos como para que piense que están ahí y ni siquiera dar con ellos.El hombre a quien este le dió la orden se movió, pero el general no quiso hacerlo. Se sintió muy humillado y no sabía si encontrarlos ahí sería una buena forma de resaltar
Joseph se despertó muy temprano. La oscuridad aún cubría cada uno de los rincones de la ciudad, pero tenía una misión que cumplir. Liberar a los Daemons de la orden que fue girada horas antes, por lo que dejó resguardada su casa,. activó cada uno de los sistemas de seguridad y emprendió su traslado, encontrando el siguiente auto que guió a la pista donde un grupo de hombres ya esperaba por ellos.__ Necesito que este avión despegue ¡para ya! - dispuso saliendo de su vehículo, los Daemons encabezaron el grupo, subieron sus equipos y subieron a la aeronave que Joseph revisó. __ Espero que esto no sea una mierd4 de nuevo. - farfulló Cray entregando su rifle a Ron para subir los maletines. __ ¿Seguros que esto es lo mejor? - consultó Ben pensando en que tal cosa era un suicidio prácticamente. __ No reniegues y sube. - lo empujó Alaya tomando la delantera. __ Nos veremos en unos días, jefe. - Liban dedicó un saludo militar a Joseph y este solo movió la cabeza alejándose del Jet cuando
__ Johan es hora de tu cena, cariño. - le sonrió su madre, el pequeño levantó la mirada y correspondió dicho gesto. Casi no le gustaba hablar, pero siempre lo hacía más con Gálata, a quien le relataba sobre cosas que descubría a su corta edad. Ya fuera una nueva forma de jugar o un juguete nuevo que ella solo admiró como cuidaba con recelo.Lo escuchó en el recorrido hasta la cocina, el lugar elegido para comer esa noche. Lo sentó en su lugar y recibió el plato que colocó sobre el mesón.__ ¿Te encuentras bien? - le preguntó Gálata al verla muy torpe en ese instante. - Siéntate, yo voy a servir la cena. __ Tu cocinaste. - rió Adela. - Lo justo es que yo haga algo.__ Hay muchas cosas que son justas , otras no tanto. Deja la tontería y deja que lo haga. - le quitó el plato de las manos para seguir ella misma. - ¿Por qué no salimos mañana a comprar tus...__ Gálata, no. Estoy bien, no tienes que hacer nada para quitarme el peso que crees que tengo. - la interrumpió la mujer que se sen
La calle oscura y la vegetación tupida cubrió todo tipo de rastro de lo que estaba sucediendo en el lugar. La lluvia se volvió cada vez más fuerte y para cuándo el auto se detuvo al llegar al fondo del barranco, Marcelo soltó a Galata y Johan, quienes no podían creer que continuaran con vida luego del arranque que le dió al sujeto que vio la sangre que tenía en la frente con el corte debido a un vidrio que le rozó la piel. __ Salgan del auto. Vienen por nosotros. La orden de Marcelo no la esperó, siendo más una exigencia que acató a la brevedad. __ Si vienen por nosotros¿porque nos trajiste aquí? - le cuestionó Gálata con su hijo en brazos.__ Porque necesito uno con vida. - replanteó sin más sosteniendola del brazo para que no cayera con las piedras resbaladizas que habían en el camino. - Camina. No hables y escucha sus pasos.La forma de hablar de Marcelo la dejó con incógnitas, pero era debido a no estar enterada del todo, lo que este tuvo que pasar.Tuvo que aprender a disting
Las pisadas de los presentes fueron veloces al salir de sus autos, sabían donde estaban por lo que corrieron al lugar que Gálata había dicho los llevaría directamente a donde estaban.Joseph no reconoció ningún auto de su tío en el sitio, pero esa fue la dirección que les dieron. Solo había un vehículo aparcado afuera y no era más que de la gente de Mauro, por lo que se puso a la defensiva sacando el arma con el cual apuntó al solo abrir la puerta corrediza. Estaba oscuro, pero no tardó en escuchar el Clik del seguro de arma al ser quitado. __ ¿Gálata? - preguntó y solo así la mujer suspiró.__ Que bueno que llegaste. Intenté llamar a los demás, pero no pude localizar a ninguno. - tiró de su mano indicando que la siguiera. Empujó la puerta de la habitación en donde ya estaba intentando curarlo o detener el sangrado. __ ¿Como te encontraron? - interrogó yendo por su tío, quien tenía dos orificios en el abdomen que lo tenían sangrando por montones. __ Fue Adela, ella me traicionó.
Las puertas de la habitación donde sabían que Gálata estaba fue derribada con una patada que les dio la oportunidad de entrar al lugar.Se dispersaron por todos lados con la única finalidad de llevarla a donde la necesitaban. Sin embargo nada encontraron allí. Las habitaciones estaban vacías, había ropa en el basurero y muchas cosas desorganizadas como si hubiera salido con prisa. __ Está vacío, señor. - avisó el hombre mediante la línea. __ ¿Como que vacía? El rastreador dice que están ahí. - indicó viendo en la pantalla. - Busca bien, de seguro se escondió en algún rincón.__ Es una habitación de dos cuartos, baño y en cada sitio ya revisamos muy bien. No están. - reiteró entrando al baño. __ El rastreador en su reloj no puede equivocarse. Busquen bien. __ ¿Un reloj plateado? - cuestionó el sujeto. Mauro confirmó, preguntando cómo era que sabía. - Porque lo dejó en la cama, señor. Lo dejó por accidente o se dió cuenta, pero ya no lo carga con ella. __ ¡Maldit4 sea! - cortó la l
La velocidad no era suficiente, las mando pesaron y los latidos de los tres nietos de Braulio Crown tenían en mente una sola acción que sus cuerpos les exigieron.La cuenta regresiva los tensó. Pero fue aún más angustiante como Braulio les dejó escuchar lo que pasaba en su auto. __ Lo tenemos, señor. - exclamó el sujeto sobre el auto, cuando al fin pudo ver a su objetivo frente a él. - Tenemos al pilar de los Crown. __ Traiganlo. - dispuso Mauro Lance con la mirada puesta en el hombre que no se vio intimidado para nada ante lo que estaba sucediendo. __ Espero que hayas logrado todos tus objetivos, viejo. Porque la vida te dirá adiós dentro de muy poco. - indicó el tipo que entregó el motosierra a uno de los que esperaban por ellos. __ Claro que los logré. Sobre todo el de tener quienes sepan encontrarme donde sea. - declaró soltando el teléfono, a tiempo que un auto impactó contra los hombres que ni se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde, del vehículo que les pasó encima.
Joseph vio a Keyla y a su hijo en el consultorio médico, en donde a Mateo le harían una cita con el médico que no podían cancelar o posponer. La salud de su hijo era de gran prioridad, por lo que accedió a salir con los dos, aún estando en un momento tan tenso. Vio al médico decirle a Keyla que ya podía cubrir con el abrigo al pequeño, pues la tarde era muy fría con los días de nieve que ya habían en todo el lugar.A la salida el pequeño caminó rápido, imitando los pasos de su padre, quien le abrió la puerta para subirlo. Le dió un gesto divertido, logrando la sonrisa que desencadenó en silencio. __ Le diré a Sara que iremos por tus documentos antes de ir a su casa. - avisó Keyla cuando estuvo dentro del auto que se puso en movimiento de inmediato. __ Puedes quedarte allí si lo deseas, yo tengo que ir a un lugar a dejar víveres. - le informó porqué en cuanto llegara debía movilizarse. - Así no te quedas sola en la casa. __ Estaba pensando lo mismo. Mateo se ve muy cansado y de seg