Las puertas de la habitación donde sabían que Gálata estaba fue derribada con una patada que les dio la oportunidad de entrar al lugar.Se dispersaron por todos lados con la única finalidad de llevarla a donde la necesitaban. Sin embargo nada encontraron allí. Las habitaciones estaban vacías, había ropa en el basurero y muchas cosas desorganizadas como si hubiera salido con prisa. __ Está vacío, señor. - avisó el hombre mediante la línea. __ ¿Como que vacía? El rastreador dice que están ahí. - indicó viendo en la pantalla. - Busca bien, de seguro se escondió en algún rincón.__ Es una habitación de dos cuartos, baño y en cada sitio ya revisamos muy bien. No están. - reiteró entrando al baño. __ El rastreador en su reloj no puede equivocarse. Busquen bien. __ ¿Un reloj plateado? - cuestionó el sujeto. Mauro confirmó, preguntando cómo era que sabía. - Porque lo dejó en la cama, señor. Lo dejó por accidente o se dió cuenta, pero ya no lo carga con ella. __ ¡Maldit4 sea! - cortó la l
La velocidad no era suficiente, las mando pesaron y los latidos de los tres nietos de Braulio Crown tenían en mente una sola acción que sus cuerpos les exigieron.La cuenta regresiva los tensó. Pero fue aún más angustiante como Braulio les dejó escuchar lo que pasaba en su auto. __ Lo tenemos, señor. - exclamó el sujeto sobre el auto, cuando al fin pudo ver a su objetivo frente a él. - Tenemos al pilar de los Crown. __ Traiganlo. - dispuso Mauro Lance con la mirada puesta en el hombre que no se vio intimidado para nada ante lo que estaba sucediendo. __ Espero que hayas logrado todos tus objetivos, viejo. Porque la vida te dirá adiós dentro de muy poco. - indicó el tipo que entregó el motosierra a uno de los que esperaban por ellos. __ Claro que los logré. Sobre todo el de tener quienes sepan encontrarme donde sea. - declaró soltando el teléfono, a tiempo que un auto impactó contra los hombres que ni se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde, del vehículo que les pasó encima.
Joseph vio a Keyla y a su hijo en el consultorio médico, en donde a Mateo le harían una cita con el médico que no podían cancelar o posponer. La salud de su hijo era de gran prioridad, por lo que accedió a salir con los dos, aún estando en un momento tan tenso. Vio al médico decirle a Keyla que ya podía cubrir con el abrigo al pequeño, pues la tarde era muy fría con los días de nieve que ya habían en todo el lugar.A la salida el pequeño caminó rápido, imitando los pasos de su padre, quien le abrió la puerta para subirlo. Le dió un gesto divertido, logrando la sonrisa que desencadenó en silencio. __ Le diré a Sara que iremos por tus documentos antes de ir a su casa. - avisó Keyla cuando estuvo dentro del auto que se puso en movimiento de inmediato. __ Puedes quedarte allí si lo deseas, yo tengo que ir a un lugar a dejar víveres. - le informó porqué en cuanto llegara debía movilizarse. - Así no te quedas sola en la casa. __ Estaba pensando lo mismo. Mateo se ve muy cansado y de seg
__ La señal proviene de aquí. - dijo Leonardo con el móvil en la mano, no estaba su hermano y su cuñada por ningún lado, pero la señal del teléfono de Joseph aún enviaba lsu ubicación a cada nada. Eos significaba que alguien lo tenía, por lo que puso a toda su gente a revisar cada rincón de esa zona. __ ¡Señor, encontré algo! - le avisó el hombre que tenía a unos metros de su puesto.Este corrió a ese sitio encontrando la mirada de su sobrino, cubierto con el saco de su padre y la mano en el teléfono que usó para pedir ayuda.__ Mi mami me dijo que encontrarían, pero se la llevaron. - explicó Mateo, su tío movió la cabeza y lo levantó para cargarlo hasta el auto que los estaba esperando a unos metros. Tuvo que controlar todo lo que desencadenó esa revelación de su sobrino. Mantuvo sus brazos tan tensos que los sintió a punto de estallar, se habían llevado a su hermano y a Keyla, de seguro nada bueno podía esperarse. Llegó a la casa y cargó a su pequeño sobrino hasta la sala, en do
Keyla alzó los pies para poder ver más allá de lo que la pared frente a ella le permitió. Ese sitio olía a metal por todos lados, aunque supo que de seguro se debía a la sangre seca que había por todos lados. Afuera había nieve espesa en el suelo, el frío era un problema, pues tan abrigada no estaba y decir que iría por algo que la mantuviera caliente era solo para soñar. Pensó en Joseph. De él no sabía nada y aunque tenga claro que este era fuerte, preocuparse por él no podía evitarlo. Tenía que verlo, debía buscar la forma en que la llevaran con él, sin embargo eran favores que no se le darían así como así. __ Comida para tí. - le dijo su padre entrando a su celda. Ni siquiera intentó verlo. Solo quería que se fuera lejos de ella y que no se volviera a acercarse, pero la puerta al ser cerrada no fue porque se haya ido quien representó un desagrado para la chica que al girar sobre su eje encontró a su padre, esperando por una palabra suya o quizá algo que le diera indicios de que
La demanda fue puesta por el hombre que pacientemente esperó a una respuesta que le daría la posibilidad de sanarse con ayuda de la única persona que lograría la cura definitiva. Su confianza porque tal cosa sería aceptada era mucha más que en cualquier planeación antes hecha.Era conocido que un Crown jamás dejaría a otro a al deriva, algo muy provechoso para Mauro, por lo que al saber prisioneros a Joseph y Keyla, estos tendrían que aceptar sus disposiciones sin refutar. Después de todo, Gálata en la vida de los Crown solo era una aparecida y no alguien a quien podrían sobre un miembro de la familia. Jamás pasó por su cabeza que Marcelo y él afecto que Braulio le tendría a la bioquímica fuera un impedimento en sus planes. __ El rastreo nos llevó a este lugar. - dijo Aarón con la mirada puesta en la pantalla donde un territorio mayor al pensado saltó frente a sus ojos. __ Los Crackstone controlan esa zona. - manifestó Adrián apoyado en el librero.__ También los Bassett. Pero me v
Keyla no podía pensar en otra cosa que no fuera encontrar la puerta que pudo ver cuando Hernán la sacó de su celda, sus pies continuaron. lo largo del extensos pasillo con aspecto victoriano y sombrío hedor. Cada vez los pasos fueron más veloces, más fuertes, más cercanos, por lo que cuando vió al fin la puerta no dudó en querer abrir, sin embargo no fue posible debido a que funcionaba con una llave, que obviamente no tenía. Giró sobre su eje, su corazón galopó feroz mientras revisó tales posibilidades, hasta dar con la rendija que estaba a unos dos metros de alto, no podía alcanzarlo sin tomar impulso, por lo que recordando las indicaciones de Marcelo, retrocedió y saltó, deslizándose debido a la superficie lisa que tenía como recubierta.Pero no había tiempo para reprocharse no hacerlo a la primera. Sí fallaba, se podía levantar de nuevo e intentarlo, esas palabras le dijo Joseph cuando la entrenó. Así que limpió sus manos, miró hacia atrás y corrió, estirando su cuerpo tanto como
__ ¡¿Como demonios se les escapa una simple mujer?! - estalló Mauro contra el grupo de hombres que regresó cuando la noche cayó. - Es una mujer, ustedes están armados. ¡Ella es una! No dio crédito a tal situación, no tenía sentido, mucho menos al saber que se les perdió en la zona más cercana a la fortaleza, ¡Era imposible! __ El general Cock acaba de llegar. - le avisó uno de sus hombres. __ Que pase. - dispuso sentándose nuevamente en la silla que tenía en su espalda. - Y ustedes, regresen a ese sitio. Encuentrenla y la traen a mí, antes que la pelea termine. Todos salieron con las nuevas órdenes, porque aún cuando sabían cuan peligrosa era esa zona, órdenes eran órdenes. __ Usted dirá, señor Lance. - el general dijo cuando estuvo frente al bioquímico que soltó el aire que estaba atascado en su pecho. __ Quiero que custodien este lugar durante las dos horas que faltan para la pelea. - tomó el expediente que tenía cerca. - Hay algo que aún no me cuadra con esto y no quiero pens