Mi charla con Edward no dura más de la mitad del camino y me despide deseándome dulces sueños.

Cuando guardo el teléfono en mis pantalones miro a Nik sonriendo, el hombre se ha mantenido callado todo el transcurso como si ni siquiera estuviera aquí.

-Ya puedes hablar Nik, no te resistas más - me burlo un poco de él sabiendo que no importa si estoy al teléfono o no el hombre parece invisible cuando está al volante.

-Tratare de no abrumarla tanto el día de hoy señorita- me río cuando sigue mi broma y me entretengo mirando la vista nocturna de la ciudad por los siguientes minutos.

Nik estaciona el auto justo en la entrada, el flujo de gente que pasa por estas calles ha desaparecido y me percato que las puertas del edificio están cerradas.

-Permitame- Nik saca unas llaves de su bolsillo y abre las puertas con facilidad, le sonrío aliviada y paso al edificio vacío.

Las luces por suerte están encendidas pero con un tono menos intenso, el elevador parece apagado y tengo que subir escaleras,